De vuelta en Bruselas, después de supervisar los trabajos requeridos en la oficina de Zesdeman, Servais ordonó la búsqueda del pianista. Cuando fue traído a su oficina, Chardonnais reconoció que tomaba regularmente Attryl. Incluso, estaba tan contento que había aumentado la dosis. Deseaba hacerlo sin avisar a su médico, pero como era imposible obtenerlo de otra manera, había sido obligado a visitar cada vez éste. Como había declarado que no sentío ningún efecto secundario, había recibido siempre el remedio sin dificultad. Servais le preguntó qué día de la semana lo tomaba. Era su día libre en el club y también, como el policía pudo comprobar, cada vez el día en que habían tenido lugar los asesinatos.
Fue arrestado como el principal sospechoso mientras se verficaban sus coartadas, cada vez más imprecisas cuando se retrocedía en el tiempo. Finalmente, todas fueron destruídas y se dió la orden de registrar su domicilio. A primera vista, no se encontró ninguna posible pista. Pero uno de los detectives tuvo la idea de ver si era posible abrir su piano por atrás. Y encontró ahí una verdadera galería fotográfica: había una foto -sin duda tomada por él- de cada mujer asesinada, acompañada cada vez de un artículo de prensa referido al hecho y de los escasos comentarios de la policía. En un pequeño cuaderno, sin relatar ningún detalle de sus delitos, el músico llevaba también un registro de los titulares de prensa y comentarios despectivos de la acción de la policía. El hombre se creía realmente superior y felicitaba a su médico por haberle provisto de un medicamento que lo volvía tan eficaz para "vengarse de las mujeres que lo habían ridiculizado a todo lo largo de su vida."
Otra sorpresa fue el único libro que se encontró su pequeña biblioteca en medio de obras sobre grandes músicos: una especie de resumen de ciencias ocultas con un importante capítulo de numerología y de interpretación de signos asociados a los números. La sección acerca del número seis estaba separada por un marcador y un párrafo relativo al horoscopo de las personas nacidas bajo el signo del seis estaban subrayadas en rojo. Se decía, entre otras cosas, que éstas tendrían mucho éxito para deshacerse de sus enemigos si lo hacían "en la sombra y de manera inteligente, siempre bajo el signo del seis". Como lo había descubierto también el inspector Remi al princpuio de la encuesta, había una marca frente al texto que mencionaba que "si se combina la cifra seis con un círculo, como un reloj a la seis, se forma un símbolo que sugiere el fin de la vida: la rueda dejó de girar".
Como la policía había constatado en su documento de identidad y confirmado en el Registro de la Población, Chardonnais había nacido un 6 de junio. Lo había considerado siempre como una fecha fatídica y, sin duda, se había entusiasmado con el horoscopo que había encontrado.
Puesto frente a las pruebas descubiertas por la policía, el pianista terminó confesando que había matado las dos "miss" y la parlamentaria. Y también que había colaborado con Bonnier para realizar el trasplante del hígado, como retribución por la ayuda que este último le había prestado en el secuestro de las miss Universo. Como la policía sospechaba, había conocido Bonnier en parís, donde este último había sido médico de su padre. Le era tan agradecido de lo que el médico había hecho durante los últimos meses de vida de su padre que lo había ayudado à ser contratado en el club "6a6" cuando fue expulsado de la orden de los médicos y dejó Francia.
Fue imposible conseguir su confesión en el caso del asesinato del juez. Este crimen se salía completamente de su línea de conducta y, a pesar de que la policía estaba convencida deque era el autor del mismo, matuvo siempre su negativa.
Los policías, que habían allanado el domicilio del juez, analizaron los documentos que habían encontrado en su caja fuerte. Les sorprendió ver allí que había varios sobres grandes conteniendo antecedentes de numerosos miembros del personal del club "6a6". Y entre éstos estaban los de Chardonnais y Bonnier. En los documentos relativos a Chardonnais, no había información sobre su tratamiento médico ni sus aficiones fuera de la música. Pero la sorpresa fue mayor cuando, en la carpeta dedicada a Bonnier, pudieron ver que el juez conocía su nombre verdadero y el historial de sus desaveniencias con la justicia francesa. Estaba así perfectamente en condiciones de chantajearlo.
Trompel fue enviado a interrogar a Mamae Perla al respecto. Ésta reconoció que el juez era el asesor jurídico del club y que se encargada desde hace tiempo de investigar el personal antes de su contratación. El detective le preguntó que sabía de los antecedentes de Bonnier. Reconoció que sabía que era francés y tenía algunos conocimientos de medicina, por lo que recurrían ocasionalmente a él si alguna persona se sentía mal en el club. Pero dijo no conocer la información acumulada por el juez. Éste le remitía solamente antecedentes básicos y su recomendación, favorable o desfavorable a la contratación.
Servais concluyó que era probable que Bonneau se hubiera enterado de que el juez conocía todos los detalles de su vida. Quizás fue contactado por éste, en un intento de chantaje, y decidió deshacerse del chantajista, aprovechando la posibilidad de que la culpa recaiga sobre su colega, del cual debía conocer el juego. El imputado fue interrogado al respecto pero, igual que el pianista, mantuvo su negativa. A falta de pruebas contundentes, no se le pudo procesar por este crímen.
Epílogo
El caso de "los 6" estaba terminado. Ahora era asunto de los tribunales. Trompel agradeció al proprietario de los departamentos donde vivía Bonnier y donde se había instalado unas semanas. El dueño, sabiendo ahora del rol del detective en la detención de los asesinos, no quiso cobrarle el último mes. El detective volvió a su casa, donde sintió de nuevo intensamente la ausencia de su esposa asesinada. Pero se dió cuenta de que la investigación le había ayudado a superar el dolor y evitar la depresión. Se sentía ahora en paz. Había ayudado a hacer justicia y podía volver a una vida relativamente normal.
Dos meses más tarde tenía lugar el proceso. La sentencia fue de las más duras: prisión perpétua efectiva para Chardonnais, bajo el régimen más estricto. En cuanto a Jean Bonneau, fue condenado a treinta años de cárcel, después de los cuales se entregaría a la policía francesa por el cargo de violación de menor allá. pasaría también el resto de su vida en la cárcel.
El señor van der Helst también recibió varios años de cárcel por el delito de tráfico de órgano, mientras su médico recibió una fuerte multa y una amonestación tanto de la justicia como del colegio de los médicos por su falta de control del origen del óragno transplantado.
El Club 6a6 fue cerrado definitivamente y madame Perla recibió cinco años de arresto domiliciario vigilado por su pequeño tráfico de drogas.
Fue arrestado como el principal sospechoso mientras se verficaban sus coartadas, cada vez más imprecisas cuando se retrocedía en el tiempo. Finalmente, todas fueron destruídas y se dió la orden de registrar su domicilio. A primera vista, no se encontró ninguna posible pista. Pero uno de los detectives tuvo la idea de ver si era posible abrir su piano por atrás. Y encontró ahí una verdadera galería fotográfica: había una foto -sin duda tomada por él- de cada mujer asesinada, acompañada cada vez de un artículo de prensa referido al hecho y de los escasos comentarios de la policía. En un pequeño cuaderno, sin relatar ningún detalle de sus delitos, el músico llevaba también un registro de los titulares de prensa y comentarios despectivos de la acción de la policía. El hombre se creía realmente superior y felicitaba a su médico por haberle provisto de un medicamento que lo volvía tan eficaz para "vengarse de las mujeres que lo habían ridiculizado a todo lo largo de su vida."
Otra sorpresa fue el único libro que se encontró su pequeña biblioteca en medio de obras sobre grandes músicos: una especie de resumen de ciencias ocultas con un importante capítulo de numerología y de interpretación de signos asociados a los números. La sección acerca del número seis estaba separada por un marcador y un párrafo relativo al horoscopo de las personas nacidas bajo el signo del seis estaban subrayadas en rojo. Se decía, entre otras cosas, que éstas tendrían mucho éxito para deshacerse de sus enemigos si lo hacían "en la sombra y de manera inteligente, siempre bajo el signo del seis". Como lo había descubierto también el inspector Remi al princpuio de la encuesta, había una marca frente al texto que mencionaba que "si se combina la cifra seis con un círculo, como un reloj a la seis, se forma un símbolo que sugiere el fin de la vida: la rueda dejó de girar".
Como la policía había constatado en su documento de identidad y confirmado en el Registro de la Población, Chardonnais había nacido un 6 de junio. Lo había considerado siempre como una fecha fatídica y, sin duda, se había entusiasmado con el horoscopo que había encontrado.
Puesto frente a las pruebas descubiertas por la policía, el pianista terminó confesando que había matado las dos "miss" y la parlamentaria. Y también que había colaborado con Bonnier para realizar el trasplante del hígado, como retribución por la ayuda que este último le había prestado en el secuestro de las miss Universo. Como la policía sospechaba, había conocido Bonnier en parís, donde este último había sido médico de su padre. Le era tan agradecido de lo que el médico había hecho durante los últimos meses de vida de su padre que lo había ayudado à ser contratado en el club "6a6" cuando fue expulsado de la orden de los médicos y dejó Francia.
Fue imposible conseguir su confesión en el caso del asesinato del juez. Este crimen se salía completamente de su línea de conducta y, a pesar de que la policía estaba convencida deque era el autor del mismo, matuvo siempre su negativa.
Los policías, que habían allanado el domicilio del juez, analizaron los documentos que habían encontrado en su caja fuerte. Les sorprendió ver allí que había varios sobres grandes conteniendo antecedentes de numerosos miembros del personal del club "6a6". Y entre éstos estaban los de Chardonnais y Bonnier. En los documentos relativos a Chardonnais, no había información sobre su tratamiento médico ni sus aficiones fuera de la música. Pero la sorpresa fue mayor cuando, en la carpeta dedicada a Bonnier, pudieron ver que el juez conocía su nombre verdadero y el historial de sus desaveniencias con la justicia francesa. Estaba así perfectamente en condiciones de chantajearlo.
Trompel fue enviado a interrogar a Mamae Perla al respecto. Ésta reconoció que el juez era el asesor jurídico del club y que se encargada desde hace tiempo de investigar el personal antes de su contratación. El detective le preguntó que sabía de los antecedentes de Bonnier. Reconoció que sabía que era francés y tenía algunos conocimientos de medicina, por lo que recurrían ocasionalmente a él si alguna persona se sentía mal en el club. Pero dijo no conocer la información acumulada por el juez. Éste le remitía solamente antecedentes básicos y su recomendación, favorable o desfavorable a la contratación.
Servais concluyó que era probable que Bonneau se hubiera enterado de que el juez conocía todos los detalles de su vida. Quizás fue contactado por éste, en un intento de chantaje, y decidió deshacerse del chantajista, aprovechando la posibilidad de que la culpa recaiga sobre su colega, del cual debía conocer el juego. El imputado fue interrogado al respecto pero, igual que el pianista, mantuvo su negativa. A falta de pruebas contundentes, no se le pudo procesar por este crímen.
Epílogo
El caso de "los 6" estaba terminado. Ahora era asunto de los tribunales. Trompel agradeció al proprietario de los departamentos donde vivía Bonnier y donde se había instalado unas semanas. El dueño, sabiendo ahora del rol del detective en la detención de los asesinos, no quiso cobrarle el último mes. El detective volvió a su casa, donde sintió de nuevo intensamente la ausencia de su esposa asesinada. Pero se dió cuenta de que la investigación le había ayudado a superar el dolor y evitar la depresión. Se sentía ahora en paz. Había ayudado a hacer justicia y podía volver a una vida relativamente normal.
Dos meses más tarde tenía lugar el proceso. La sentencia fue de las más duras: prisión perpétua efectiva para Chardonnais, bajo el régimen más estricto. En cuanto a Jean Bonneau, fue condenado a treinta años de cárcel, después de los cuales se entregaría a la policía francesa por el cargo de violación de menor allá. pasaría también el resto de su vida en la cárcel.
El señor van der Helst también recibió varios años de cárcel por el delito de tráfico de órgano, mientras su médico recibió una fuerte multa y una amonestación tanto de la justicia como del colegio de los médicos por su falta de control del origen del óragno transplantado.
El Club 6a6 fue cerrado definitivamente y madame Perla recibió cinco años de arresto domiliciario vigilado por su pequeño tráfico de drogas.
LA PRÓXIMA SEMANA: "LAS VACACIONES DE TROMPEL"