30/9/13

Cerebal 11


11. ( Día 11 jueves )

El día siguiente, mientras Trompel volvía a interrogar a Ronstadt, Servais llamaba al puesto de policía comunal de Bütgenbach y les explicó la situación, preguntando si habían observado algún movimiento anormal en el pueblo y donde podría eventualmente alojarse un secuestrador con su presa. Le contestaron que no había ninguna casa desocupada y que solo había un pequeñísimo hotel, al borde de la carretera, que podía recibir unos seis pasajeros y que funcionaba más como restaurante. Dijeron que iban a ir a consultar el registro de pasajeros. Un par de horas más tarde, llamaban de vuelta informando que había dos pasajeros en el hotel: un ciudadano alemán y una joven belga. Ésta parecía enferma cuando llegó y fue conducida a su habitación por el alemán y otro hombre que luego se fue. Explicaron que se había desmayado durante el viaje, que el hombre que se fue era médico y les había asegurado que no era grave y se recuperaría con un par de días de reposo. El alemán siempre le llevaba la comida a la habitación.

Servais pidió entonces una vigilancia permanente, mientras él, con un equipo, se dirigía hacia el pueblo. Llamó entonces a su ayudante y a Trompel. Tomaron un auto y partieron en dirección a la frontera alemana, ya que Bütgenbach quedaba a pocos kilómetros de ésta. También llamó al puesto fronterizo más cercano para que revisasen cada vehículo que pasase hacia el país vecino.

En el trayecto, Trompel rindió cuenta de su nuevo interrogatorio.
- Ronstadt no reconoce nada. Sigue insistiendo en que nunca fue a la casa de Brasseur. Dice que intercambió algunas palabras con un alemán en el club Cactus, pero no lo conocía de antes ni lo volvió a ver después. Ésto no puede ser cierto porque es muy difícil entrar solo al Cactus, especialmente para extranjeros. El portero es muy exigente. Solo se entra fácilmente acompañado por un cliente conocido, en grupo o con invitación. El barman solo vió al alemán con Ronstadt.
- Ya tenemos claro que miente. Habrá que revisar la escena del crímen, por si queda alguna otra pista.
- ¿Los técnicos no habrán tomado las huellas digitales en el teclado del computador?
- Deberían. Si lo hicieron, no habrán encontrado a nadie en las bases de datos.
- Pero no deben haber tenido las de Ronstadt. Se las haré tomar y se las mandaré.

Cuando llegaron al hotel cuya localización exacta la policía comunal le había dado, Servais dejó su ayudante Frenet a la entrada y pidió a los agentes locales rodear el lugar. Entró con Trompel, con la intención de subir a las habitaciones ocupadas por el sospechoso y su presa pero, al preguntar por ellos en la recepción, le indicaron que se habían ido un par de horas antes. Los policías locales debían haber llegado minutos después de su salida. Servais exigió ver el registro de pasajeros: los nombres eran los de Josefina Mousin -habían presentado su cédula de identidad- y de Otto Rosenwald. Mousin aparecía con residencia en Bruselas y Rosenwald en Aquisgrán (justo del otro lado de la frontera).
- Usaron el nombre real de la niña. ¿No es extraño? -dijo Trompel-.
- El caso no fue conocido por la prensa, así que corrían menos riesgo que registrando una identidad falsa. Me pregunto si Rosenwald es también el nombre real del secuestrador: ésto sería mucho más extraño.
- ¿Qué hacemos ahora?
- Si se fueron, hay dos posibilidades: o van a dejar a la joven en libertad, o la trasladan a otro lugar para deshacerse de ella. Voy a llamar a su padre.
- ¿No es muy arriesgado? Podrían vigilarlo todavía...
- Hizo lo que le pidieron. La suerte de la niña debe estar decidida y debe ser lo que puso al secuestrador en movimiento. Ya no les debe importar si intervenimos.

Servais no tuvo que hablar mucho e informó a sus compañeros.
- Acaban de avisarle de que pusieron a su hija en libertad. Está en una estación de servicio en la autopista a la salida de Lieja. Iba a subir a su auto para ir a recogerla, pero le dije que estabamos más cerca. La recogeremos nosotros. Vamos.

Se despidieron de la policía local y retomaron la ruta hacia Lieja. Encontraron a la joven en el lugar señalado por su padre. Servais le pidió que contara lo ocurrido.

- Después de subir al auto de mi amigo, alguién desde atrás me aplicó un paño sobre la boca y la nariz, y perdí el conocimiento. Cuando desperté, acostada, tenía los ojos vendados pero tenía los brazos y piernas libres. Me saqué la venda y ví que estaba en una habitación como de hotel, que tenía un baño privado anexo. Unas horas después entró un hombre que me dijo que no tuviera miedo, que estaba segura y no me pasaría nada. Solo me pidió que no hiciera ninguna tontería; debía tener paciencia y pronto me pondrían en libertad.
- ¿Quién la recogió, para que se subiera tan fácilmente al auto?
- Era el hijo de un colega de mi padre. He salido varias veces con él a una que otra fiesta.
- ¿Pudo ver donde había estado cuando la sacaron para soltarla?
- Era un pequeño hotel. No pude reconocer la ciudad: nunca había estado ahí. Pero al salir de ella ví que llegabamos a un cruce donde se indicaba hacia Verviers y hacia Lieja. Tomaron la dirección de Lieja y, después de media-hora, me dejaron en esa bomba de bencina. El hombre que me había atendido, y que manejaba el auto, me pidió disculpas y reiteró que nunca había estado en peligro. Nunca ví a otra persona.

Noticia del 23/09/2013: Stephen Hawking aseguró durante el rodaje de un documental que «el cerebro es como un programa en la mente, que es como un ordenador, por lo que en teoría es posible copiar el cerebro a una computadora y proporcionar así una forma de vida después de la muerte», según el diario The Guardian.

16/9/13

Cerebal 10


10.

Franquin y Marchant habían seguido estudiando las memorias de los estudiantes que su programa había registrado e integrado, dando prioridad a todo lo "extraído" de quién se había presentado como Ana Zondag. Marchant tomó muchas notas y, finalmente, en la tarde del miércoles, se decidió a informar al comisario Servais.

- He estado estudiando detenidamente los registros mentales que tenemos de Zondag-Ronstadt. Registramos aquí algunas tendencias que podrían interesarle. Hay que tener un bajo nivel de ética para aceptar de trahicionar un acuerdo de confidencialidad y una mente algo retorcida para, por ello, cambiar además de identidad. Pero según lo que puedo deducir de todos sus antecedentes, parece gozar con este tipo de operación y con las agresiones. Ha molestado frecuentemente a sus compañeros de colegio y ha tenido más de una discusión con sus profesores en la universidad por las notas que le ponían. Y la resonancia magnética muestra que tiene escasa actividad en la zona del cortex prefrontal, que es el que controla la agresividad. Muchos asesinos tienen baja actividad en esa zona. Me pregunto si no será él mismo el asesino de Brasseur.
- ¿No estaría ésto grabado en su memoria?
- No en lo que tenemos aquí. Recuerde que fue grabada varios días antes del asesinato. Quedó registrada su contratación para espiar lo que hacíamos en esa etapa de la investigación, pero lo pueden haber contratado después para abordar a Brasseur e intentar obtener el programa completo.
- Gracias por la información. Vamos a tener que volver a hablar con él, y verificar su coartada para esa noche.

Servais informó a Trompel y le ordenó interrogar de nuevo a Ronstadt, que seguía bajo custodia.
- ¿Ha tenido más contactos con algún miembro del equipo de Franquin y Marchant?
- No, no los he visto más.
- ¿Ni siquiera a Brasseur? ¿No lo visitó el viernes 8?
- No.
- ¿Dónde estuvo la noche del viernes 8?
- No lo recuerdo bien. Pero los viernes, suelo salir a divertirme.
- ¿Dónde?
- Al You, al Cactus, o al Havana Club.
- Es miembro de alguno. ¡No es fácil de entrar!
- En el Cactus entro siempre sin problema. En los otros, hay que pasar una propina al concerje.
- ¿Y adonde fue el viernes 8?
- Ya no lo sé.
- ¿A que hora va por all'a?
- Entre las 11 y las 12.
- ¿Hasta...?
- Las 4 o las 5 de la mañana.
- Trataré de verificar ésto. pero tendrá problemas si no tiene testigos.
- Pregunte à Claude, el bar del Cactus. Él me conoce.
- Ya lo veremos.

En la noche, Trompel se fue al Cactus, en el bulevar Souverain, para hablar con el barman.
- ¿Conoce a Kurt Ronstadt? -y le mostró su foto-.
- Sí, es un cliente regular.
- ¿Cuando estuvo aquí por última vez?
- La semana pasada no vino, pero estuvo aquí la semana anterior, acompañado de otra persona.
- ¿Recuerda el día y la hora?
- El viernes, según su costumbre. Debe haber sido después de media noche. Generalmente llega más temprano, y solo.
- A visto otra vez su acompañante?
- No, es la única vez que vino.
- ¿Recuerda su nombre? ¿Podría describirlo?
- Nunca oí su nombre. Era alto, fornido, y creo que rubio. Pero no podría describir mejor su cara: aquí pasa mucha gente y solo recuerdo bien a los clientes habituales.
- ¿Nada más que le haya llamado la atención?
- Los oí hablar en alemán; ésto me llamó la atención. Y tenía una mancha roja oscura en el puño de su camisa. Pensé que venían de un restorán y que podía ser de alguna salsa.

No hacía falta visitar el You Night Club ni el Havana Club. Ya estaba confirmado que Ronstadt acompañado, seguramente, el asesino habían estado en el Cactus después del hecho. Ronstadt debe haber sido quién trató de utilizar la conexión de Brasseur. Luego deben haberse ido juntos a la discoteca antes de separarse. El policía debería volver a interrogar, más duramente, a su detenido la mañana siguiente, para conseguir más datos del asesino.


2/9/13

Cerebral 9


9.

El mismo día, sonó el teléfono de Mousin.
- Señor Mousin. Ud intentó engañarnos. Inyectó un rastreador en el software que nos hizo descargar. Ha sido una mala idea. Debería haber pensado que no somos tan tontos. Tenemos los mejores ingenieros, y lo primero que hicimos fue filtrar el programa buscando cualquier virus o secuencia espía. Limpiar el programa sin producir errores es poco seguro y muy molesto para quién no lo conoce bien. Así que si quiere volver a ver a su hija, dénos una copia limpia. Y si ésta no funciona correctamente, olvídese de la muchacha.

Mousin envió de nuevo un mensaje a Franquin por la red interna, poniéndolo al tanto.
- No creo que lo hayan descubierto todo. Hemos insertado varias capas de espionaje. Un rastreador sencillo es en efecto fácil de detectar y pensamos que -en efecto- podrían detectarlo, pero que también podrían anularlo con facilidad. Al parecer, no pudieron hacer una ingeniería inversa que les permitiera separarlo. La segunda trampa es imperceptible, porque se encuentra en el sistema de control de periféricos, sin el cual es imposible que una aplicación funcione. En este caso, se detecta una conexión con otro computador, en el intercambio de mensajes de estado, se enviará a éste un mensaje que éste interpretará como un mail a ser reenviado. Y, si tiene un puerto abierto a internet, lo enviará a un servidor proxy anónimo de donde los recibiremos nosotros. Aúnque ellos los descubrieran, no podrían ni interpretar el mensaje, encriptado, ni saber de dónde le llegó a ese PC ni hacia donde iba. El tercer nivel corresponde a los levantamientos y respaldos de datos legítimos de las operaciones. Aunque es posible que lo detecten y podrían impedirlo aislando su máquina, sería mucho después de empezar a operar y, por lo tanto, de liberar a mi hija. Les dije que debía esperar la noche para poder poner otra copia a su disposición. Saben que no soy miembro del equipo y que puede ser complejo para mí hacer que una copia sea descargable sin que se disparen alarmas de acceso indebido. Tengo la lista de las líneas a eliminar y será fácil hacer el cambio, dejando las otras trampas y me tomará meno de una hora preparar esta nueva copia. Seguramente la descargarán en la madrugada, y luego, sin duda, la probarán antes de liberar a mi hija. Si están conectados, de la forma que sea, a una red, nos llegará el mensaje; tengo un canal abierto para recibirlo, con una alarma de recepción. Ya que se están comunicando por correo electrónico, estoy seguro de que así será. Lo que no sé es cuanto se demorarán en probar el programa, para que llegue el mensaje.

Franquin reenvió el mensaje al comisario Servais. Éste preguntó:
- ¿Con este mensaje, será posible ubicar a los captores de su hija?
- Lo dudo. Podríamos saber donde está el supercomputador, pero podría estar tanto en China como en Kasajstán. La niña debe estar aquí cerca. No hay forma de que accedamos a sus comunicaciones electrónicas con los secuestradores.
- Pero nosotros interceptamos los llamados telefónicos de Mousin. Nuestros técnicos ya deben haber rastreado el origen de ese llamado.
- ¡Ojala comisario!

Servais llamó entonces a los encargados de las escuchas.
- El número de teléfono es de un GSM de una compañía extranjera. No hay forma de conocer al dueño, pero tenemos el número.
- ¿No pudieron localizar su posición?
- No con precisión. Ubicamos la estación base de GSM de Bütgenbach, y una estación base GSM urbana alcanza un radio de cobertura a su alrededor varios cientos de metros. Es practicamente todo el pueblo. Tendríamos que instalarnos allá con tres rastreadores para poder triangular una posición exacta, y el llamado deebría tener una duración mínima de dos minutos. Pero, con un GSM, podrían llamar desde cualquier otro lugar, y si pasa por otra estación base, no lo captaríamos.
- Bien. Gracias. Voy a ver cómo podríamos planear esta operación.

Trompel, enviado a Rixensart, encontró al "estudiante" en casa de sus padres. Lo detuvo y lo trajo a la central de la PJ, empezando el interrogatorio en el mismo vehículo policial. El joven no se hizo de rogar.
- Me contrataron para recopilar el máximo de información sobre ese programa. Ofreciéndome como sujeto de prueba, podía conocer los procedimientos de obtención de datos, algo así como el manual de uso. Reconozco que linda en el espionaje industrial, pero Franquin debía saber que ésto podía filtrarse.
- Y ud firmó un acuerdo de confidencialidad con la universidad. Sabía de antemano que lo iba a violar ya que, además, se disfrazó y escondió su verdadera identidad y profesión. Debió tener ayuda para ésto, ¿o también es falsificador?
- Me hicieron llegar los documentos, junto con un primer pago, un pequeño anticipo "para alentarme", según dijeron. Como estaba sin trabajo, por el monto, era irresistible.
- ¿Recibió un cheque o efectivo?
- Cincuenta mil euros en efectivo.
- ¿Y cómo se comunica con sus patrones?
- Solo tengo un número de teléfono de emergencia y una dirección de e-mail para el envío de información.
- Necesitamos ambos. ¿Llamó alguna vez a ese teléfono?
- Cuando me enteré del accidente y de que Franquin estaba en coma. Les avisé.
- ¿Y qué oyó?
- Una voz con acento alemán. Y música, como de un llamado en otro teléfono, porque se cortó rápidamente.
- ¿Qué música?
- El inicio de la Quinta Sinfonía de Beethoven, la "V".
- ¿Y cómo supo que Franquin estaba en coma?
- Me hice amigo de otro estudiante que participa en el proyecto MEMO y que estudia ingeniería. Visita frecuentemente los laboratorios de computación y ahí oyó que algo había pasado y que se habían detenido los experimentos después de la muerte de Brasseur porque el profesor Franquin estaba en coma.

Trompel transmitió esta información a su jefe, apenas dejó a Ronstadt bajo custodia. Servais verificó algunos datos y los fue comentando con el inspector.
- El número de teléfono no es el mismo que detectaron en la escucha del llamado de los secuestradores a Mousin. Parece que hay varios intermediarios involucrados.
- ¿Y qué hay del e-mail?
- El dominio pertenece a la compañía Globalteck que ya nos indicó Franquin y confirmó Ronstadt. Según WhoIs, la residencia asociada es de Bulgaria. Sería difícil lograr algo ahí.
- ¿Qué más sabemos de Ronstadt? ¿Una ascendencia alemana?
- En efecto. Sus padres viniero del este de Alemania, al final de la guerra.
- Así que pueden haber mantenido contacto allá. O incluso haber operado para servicios de espionaje. No nos interesa verificar ésto, pero podría explicar cómo llegaron a contactar a este Kurt.
- Su contacto tenía acento alemán. Podrían haber hablado en ese idioma.
- El contacto podía no saber este detalle. Puede ser un intermediario o el mismo secuestrador, y haber sido contratado solo para esta operación, con un mínimo de información y de instrucciones.
- Y el teléfono de donde llamaron a Mousin fue rastreado hasta Bütgenbach. Ésto es en las comunas de habla alemana, cerca de la frontera. Así que, si sumanos las pistas, los secuestradores podrían ser de Alemania, al servicio de Globalteck, que estaría registrada en Bulgaria.
- Preguntaré a Interpol si ese nombre les es conocido. Trata de averiguar de quién es el número de teléfono que tenía Ronstadt.