28/12/10

Colonización 2.1.

Capítulo 2. Los dioses bajados del cielo

Los paleolingüistas de la Universidad de La Laguna y varias otras universidades del mundo ya habían trabajado más de dos años en la traducción de las famosas plaquitas encontradas en las "catacumbas" de Los Órganos, un famose acantilado del norte de Tenerife (Ver "Omyx: Encuentro Interplanetario"). Y los técnicos en microfilmaciones, junto a ingenieros en informática, habían trabajado casi igual cantidad de tiempo para agilizar la transposición de los microarchivos omyxianos en documentos que los lingüistas pudiesen decodificar.

Las plaquitas, que se encontraron a miles, estaban hechas de un material parecido al vidrio,
perfectamente rectangulares y en su mayor parte negras. Pero, con atención, se podían observar numerosos puntitos translucidos, que les daban una apariencia parecida a las microfichas. Utilizando una ampliadora fotográfica, habían descubierto entonces que cada punto translucido era en realidad equivalente a un micropunto lleno de una especie de escritura. Los primeros estudios de las placas mostraron que su escritura era una especie de forma primitiva
de griego combinado con pictogramas de estilo egipcio y se logró determinar -gracias a algunas
sustancias fuertemente adheridas a ellas- que debían tener una antigüedad superior a 6.000 años. El material de las placas mismas no pudo ser totalmente identificado: era una especie de cerámica, pero varios de sus componentes eran totalmente desconocidos en la Tierra. Nadie pudo explicar cómo se podía lograr la transparencia de los puntos y menos aún cómo podían haber sido micrograbados.

La prensa, enterada del asunto, bautizó rápidamente el conjunto como "Biblioteca de la Atlántida". Los paleólogos que estudiaron los escritos recuperados quedaron asombrados por su variedad y complejidad. Apelando al cuneiforme, al griego primitivo y al egipcio más antiguo que conocieran, podían traducir cerca del ochenta por ciento de las palabras, pero aún así el texto quedaba casi totalmente incomprensible. Contenía muchas fórmulas aparentemente matemáticas o químicas y esquemas de física. Gráficos y dibujos eran muchas veces más fáciles de interpretar y fueron finalmente físicos y matemáticos los que más ayudaron a la interpretación del material descubierto y al desarrollo del nuevo diccionario. Tomó años reproducir los textos encontrados y varias universidades del mundo entero constituyeron equipos interdisciplinarios dedicados al estudio de las microfichas. Es así como apareció un conjunto de placas que daban cuenta de la historia de quienes las habían confeccionado.

Lo que sigue es la traducción de las "Crónicas de la colonización del Sistema Solar" por los omyxianos.
*
La gran nave de los colonizadores había llegado por fin al sistema de Shamash y había vuelto a pasar de la cuarta a la tercera dimensión. La nave, de más de un kilómetro de largo, llevaba unas veinte mil personas, todas especialistas en distintas ramas del saber, y equipamiento para que pudiesen trabajar al instalarse en otro planeta. Les había tomado diez meses viajar por la quinta dimensión, la única forma práctica -en ese entonces- para ir de un sistema estelar a otro sin perder numerosos años. Este tipo de viaje sólo era posible gracias al conocimiento de las seis dimensiones del espacio-tiempo y a la existencia de los motores hiperlumínicos combinados con los campos antigravitatorios.

En la nave viajaban representantes de los dos pueblos que habitan Omyx: los kentois (centauros) y los nefilianos (nefilim). Los kentois habían sido guerreros y eran los especialistas en trabajos pesados y uso de maquinarias. Los nefilianos eran especialistas en las artes y ciencias de la mente: desde la filosofía hasta la informática. También dominaban la astronomía y ésta, combinada con las matemáticas les había permitido resolver los problemas de los viajes espaciales.

Los científicos nefilianos sabían desde hace tiempo que el espacio no tiene tres dimensiones sino cinco, aunque no podemos observar más de tres con nuestros sentidos y que ésto no tiene ninguna importancia a nivel local. Pero este conocimiento y el del comportamiento fluctuante de la cuarta dimensión espacial es de suma importancia para los viajes espaciales. En la cuarta dimensión, las distancias del espacio que nos parecen planas en las diferentes direcciones aparece en realidad como formado por una serie alternada de curvas, parecida a las olas del mar. Pero estas "olas" no son estáticas sino que se mueven constantemente, aplanándose o levantándose, acercándose o alejándose. Así, la geografía astronómica muestra constantes variaciones en materia de distancia relativa. Si tomamos un mapa en papel con algunos sistemas estelares y hacemos que esa hoja forme pliegos, como los de un acordeón, podemos ver que algunas estrellas se acercan. Algunas estarán en lo alto de una onda y otras en un hueco. Así, el mejor medio para viajar de una estrella a otra, acortando camino (y tiempo), es hacerlo por la cuarta dimensión cuando ambas están en lo alto de una onda y cuando estas ondas se acercan más.

Ésto implica, evidentemente, contar con una tecnología que permite traspasar las barreras de la tercera dimensión y utilizar la cuarta. Pero, aún así, el viaje podría ser muy largo si se utilizan medios de propulsión convencionales. Aunque los nefilianos conocían ya las bases de la traslación cuántica, éste sistema no era aplicable aún a naves de pasajeros. Ni siquiera a naves automatizadas de exploración, porque la transformación cuántica afectaba las memorias artificiales. Pero conocían perfectamente la tecnología de levitación magnética y, con ésta, habían desarrollado la capacidad de construir naves con poder antigravitatorio lo cual hacía que nadie, en su interior, sintiera los efectos de la acelaración, por alta que fuese. Ésto permitía además el desplazamiento a baja velocidad en la proximidad inmediata de un planeta. Pero no permitía el aterrizaje, porque requería naves enormes que, al apagar el sistema, podían hundirse en el suelo si no disponían de plataformas de alta resistencia.

Para el viaje interplanetario habían desarrollado el motor hiperlumínico y lo habían probado con naves automáticas, las cuales no necesitaban poder antigravitatorio. Pero estas naves debían desarrollar una aceleración máxima para alcanzar y sobrepasar (en 20%) la velocidad de la luz si se quería acortar al máximo el tiempo de viaje.* [*Recientemente se ha probado en laboratorio que, en condiciones especiales, la luz podía viajar a una velocidad superior al límite conocido. Ésto no quiere decir que se puede "ir más rápido que la luz" sino que la luz puede ser "acelerada".] Sólo una aceleración muy fuerte permite sacar un real provecho de la velocidad lumínica para viajar a otras estrellas y regresar en un tiempo humanamente útil. Así, los nefilianos diseñaron naves automáticas hiperlumínicas que, pasando por la cuarta dimensión, exploraron los sistemas solares más cercanos donde sus astrónomos habían descubierto sistemas planetarios donde la vida podía ser possible.

Habiendo descubierto mediante sondas automáticas, a una distancia tridimensional de veinte años luz, el sistema solar que llamaron Shamah, las sondas hiperlumínicas trajeron de vuelta datos muy prometedores respecto de tres planetas de este sistema de nueve. Mientras los cuatro planetas exteriores eran gigantes gaseosos y el primero y el segundo eran pequeños y demasiado calientes, los tres restantes reunían condiciones adecuadas para albergar la vida* [*Uno de éstos habría de desaparecer posteriormente, por lo que nosotros, hoy, sólo conocemos dos: la Tierra y Marte.]. Y no había indicio alguno de la existencia de una civilización tecnológica. El tercer planeta a partir del sol, incluso, mostraba una enorme proporción de agua. Este descubrimiento puso en marcha los planes para construir una nave hiperlumínica antigravitatoria capaz de llevar una gran dotación con el fin de iniciar la colonización de los tres planetas habitables.

21/12/10

Colonización 1.4.

De vuelta en su oficina de Bruselas, Trompel encendió su computador y transpasó las notas que había tomado en la universidad. Luego se conectó con el Registro Civil para buscar los miembros de la familia de Pollion. Descubrió así que sus padres habían fallecido dos años antes y que solo tenía una hermana que vivía en Namur. Pasó a la conexión especial de la PJF con la compañía telefónica y obtuvo el teléfono de Joséphine Pollion. Como ya eran más de las seis de la tarde, contaba con que estuviera en su casa. Y le contestó efectivamente de inmediato. Trompel se presentó y le preguntó si tenía noticias de su hermano.

- Se fue a mediados de julio a Arabia Saudita. Entiendo que se iba a embarcar ahí para realizar exploraciones submarinas en el Golfo Pérsico. Debía regresar los últimos días de agosto, para luego retomar sus clases en la universidad. ¿Por qué me lo pregunta la policía? ¿Le ha pasado algo?
- El hecho es que no llegó a hacer sus clases y el decano de su facultad se inquietó. Por ésto nos denunció una posible desaparición. ¿Su hermano no debería haberse comunicado con ud. a su regreso?
- ¡Oh, es un típico científico distraído! Si encontró algo que lo entusiasmó, habrá estado más preocupado de su hallazgo y de la publicación que podría hacer. Ha pasado más de una vez, por lo que ya no me preocupo si pasan uno o dos meses sin saber de él, especialmente cuando sale en alguna expedición.
- Entiendo, entonces, que su atraso no la inquietó.
- En absoluto. Pero si no se presentó en la universidad, sí que me inquieta ahora. ¡Era muy cumplidor y muy respetuoso de sus obligaciones para con sus estudiantes! Sin duda su ayudante, en la facultad, debería poder ayudarle: debe estar al tanto de su calendario y de sus planes.
- Ya hablé con ella y fue ella quien dió la alerta por su ausencia.
- Lo lamento mucho. Espero que pueda encontrarlo y que no haya pasado nada. ¡Por favor, manténgame al tanto! ¡Ahora sí que estoy preocupada!
- ¡Cuente con ello! Gracias señora Pollion.
- Hasta luego, inspector.

Trompel calculó la hora y pensó que no era demasiado tarde en México para hablar con Gordon Harris. Había obtenido sus números de teléfono. Dada la hora, perfirió llamar a la casa. primero le contestó alguién en español, idioma que manejaba suficientemente bien para explicar que deseaba hablar con el arqueólogo y entender que lo iban a llamar. Unos minutos después inició la conversación con él explicándole las razones de su llamado y la inquietud surgida en la UCL.

Gordon se extrañó del retraso pero explicó que había dejado a Pollion en Dubai, donde fotografiaba las tablillas encontradas en el fondo marino del Golfo Pérsico, y trabajando con el doctor Kauffman en su traducción. Era el 15 de agosto y Pollion tenía agendado su vuelta para el día 24.
- A lo mejor se entusiasmo con algún descubrimiento y es incluso posible que hayan vuelto los dos al mar. Estaban hablando de contrar el barco por una semana más, porque la expedición fue mucho más exitosa de lo esperado y querían rastrear una zona subacuática más amplia que la inicial.
- ¿Habían descubierto algo tan importante como para volver de inmediato y buscar más?
- Encontramos los cimientos de una gran construcción y, dentro de ellos, un especie de depósito pequeño de tablillas precuneiformes. Lo que alcancé a leer de las tablillas ya traducidas por Müller decía que los dioses vinieron "dividiendo el mar" y que el creador era "corazón del cielo". Había creado al mundo por etapas (como señala la biblia) y hubo varios intentos fracasados de creación del hombre, con barro y madera, hasta que se logró con "una simiente y sangre". El primer hombre podía ver toda la tierra, que era redonda, y ésto no les gustó a los dioses que le acortaron la visión. Fue creado para rendir culto a los dioses y servirles (trabajar para ellos). ¿No le parece que ésto podía empujar a buscar más? Sabemos que hubo cinco ciudades antes del diluvio. Lo que encontramos corresponde sin duda a una, quizás la primera y se necesitarán otras expediciones para buscar las otras. Pero encontramos un edificio. ¿No habrá restos cercanos de otros? Teniendo aún tiempo, Pollion y Kauffman, con lo que tradujeron, pueden haber convencido a Bin Rachid de financiarles otra semana en el mar.
- De acuerdo. Así que Kauffman es quién puede saber más acerca de lo ocurrido.
- En efecto.
- Trataré de contactarlo. A propósito, ¿encontró algo que relaciona a los sumerios con México? Me dijo la ayudante de Pollion en la universidad que ud buscaba este tipo de información.
- Hay en efecto algunos textos presumerios que llaman a los trabajadores humanos "cabezas negras". Pero, en lo que pude leer ahora, nada se refería a viajes hacia el poniente.
- Lo siento. Espero que tenga más suerte en el futuro. Le agradezco su información.
- Si le puedo ser útil, no dude en llamarme. E infórmeme de sus progresos por favor. También me está inquietando el retraso de mi amigo.
- Lo mantendré al tanto. Adios.
- Adios.

Trompel pasó a su propio computador los archivos de Pollion que se había llevado en su pendrive. No los podría leer en seguida por cuanto también tenía que atender otros asuntos. Dada la hora, se dedicaría a ellos el día siguiente.

Como le sugirió Marguerite Luyckx, empezó por el contenido de la carpeta "Bib-Atlantida", que le sorprendió enormemente. Era material que no se había dado aún a la publicidad. Y son los capítulos que siguen.

15/12/10

Colonización 1.3.

- Me sorprende mucho que piensen relacionar a los mayas con los sumerios -dijo Trompel-. ¿Hay realmente indicios de ello, o es una idea loca de ese norteamericano?
- El dr.Harris no es ningún loco. Hay efectivamente indicios ciertos de que tanto africanos como gente del este del Mediterráneo o de la zona mesopotámica han llegado a América hace miles de años. Le recomiendo que eche una mirada, cuando pueda, a las cabezas olmecas -que tienen indudablemente rasgos africanos- y a las cabezas de Tres Zapotes, con rasgos semíticos. El libro "Gateway to Atlantis" [ "Les routes de l'Atlantide" ], de Andrew Collins, le puede ilustrar detalladamente al respecto. Y a pesar del título, no trata de ninguna fantasía acerca de la Atlántida. La que, por lo demás, se considera cada vez menos como un mito aunque su ubicación sigue siendo motivo de controversias.

[Nota: No se sabe nada de la llegado de africanos a América antes de Colón,
excepto el misterio de las cabezas olmecas.]


- ¿La Atlántida no es un mito?
- Todo parece indicar que no. Dado que la historia del diluvio se encuentra en muchas culturas, tanto de India y de América como de Asia Menor, las probabilidades de que no solo pequeñas aldeas sino verdaderas ciudades hayan sido submergidas no solo son altísimas sino incluso seriamente establecidas, como en el caso de la primera colonización de la zona mesopotámica, que es lo que investigaba el profesor Pollion. Tengo aquí una reproducción que le mostrará que el diluvio debió ser conocido, por ejemplo, por los mayas: se le llama "el Noé maya".

[Reproducción adjunta, de D.Childress, "Les technologies des dieux", p.62 ]

Luyckx siguió explicando:
- El relato del diluvio más conocido es el de la biblia, pero estamos bastante seguros de que éste es una versión tardía de un relato sumerio más antiguo. Las excavaciones geológicas demuestran que el Mediterráneo y Mesopotamia sufrieron una gran inundación entre el 4.000 y el 3.500 a.C., llamada Transgresion Flandriana, la que hizo subir tres metros el nivel de los mares.
Esa inundación no pudo destruir las ciudades, por lo que no corresponderían al verdadero diluvio, el que más bien dataría de unos 10.000 años, época del último gran deshielo, cuando el estrecho de Ormuz se abrió y dejó entrar el mar. El Golfo Pérsico solo llegó a sus costas actuales cerca de 8.000 a.C.
En una de las más antiguas tablillas sumerias jamás encontradas, donde se habla de la "nave real que bajó del cielo" y de la fundación de las cinco primeras ciudades, se dice que los dioses se molestaron con las faltas de los hombres y decidieron su castigo mediante un diluvio. Pero uno de los dioses tuvo piedad y le dijo a Zisudra -el Noé sumerio-:
"Toma mi palabra, escucha mis instrucciones: una inundación cubrirá los centros de culto para destruir la semilla de la humanidad. Es la decisión, la palabra de la asamblea de los dioses". Falta luego un pedazo, probablemente con las instrucciones para que Zisudra construya un barco, y luego sigue el texto: "Todas las tormentas, excepcionalmente poderosas, atacaron como una sola y al mismo tiempo el diluvio cubrió los centros de culto. Por siete días y siete noches el diluvio cubrió el país y el gran barco fue sacudido por las tormentas sobre las grandes aguas." Concuerda en forma extraordinaria con el relato bíblico acerca de Noé (Gen.6,13-17), aunque el diluvio bíblico aparece con una duración de cuarenta días en vez de siete. (S.N.Kramer: "History begins at Sumer", Univ.of Pennsylvania Press, 1991)
Estos antiguos textos sumerios nombran las cinco ciudades construidas "antes del diluvio": Eridu, Badtibira, larak, Sippar y Shurrupak. Se han encontrado ruinas de varias ciudades con estos nombres en Irak, pero la más antigua, Eridu, data de 5.000 a.C. por lo que ella y las otras deben haber sido construidas después del diluvio, mucho más al norte de su posición original. Son las ruinas de las prediluvianas que el profesor Pollion esperaba descubrir bajo el mar del golfo.

- ¿Tiene acceso a la oficina del profesor Pollion y a sus documentos? ¿A su computador?
- Por cierto, ya que debo reemplazarlo. ¿Quiere verla?
- Me parece indispensable. Es el primer lugar donde he de buscar pistas ahora, ya que no encontré nada en su casa. Después trataré de ubicar a sus compañeros de viaje. Espero que me pueda indicar como contactarlos.
- Encontraremos esos datos en su oficina. Está en el segundo piso. Le llevo. No me extraña que no haya encontrado nada en su casa. Apenas si duerme ahí. Siempre está aquí, en su oficina, en la biblioteca o en clase. O en alguna expedición.

Subieron por la escalera, la cual -al llegar al rellano del segundo piso- se abría hacia dos largos pasillos llenos de puertas por ambos lados.

- Éste es el piso de los profesores del departamento de Historia -indicó la joven, avanzando hacia la izquierda-. La oficina de mi tutor está hacia el final.

Llegados frente a la puerta 223, sacó una llave y la abrió. La oficina era pequeña, de no más de dos metros por tres, con un escritorio, dos sillas y estantes en dos de las paredes mientras una ventana arrojaba luz desde el muro que enfrentaba la puerta. Como en todas las oficinas de académicos, los estantes estaban llenos de libros y documentos, salvo en algunos espacios reservados a un mapa del Medio Oriente y cuadros con fotos de ciudades en ruinas y una reproducción, que parecía ampliada, de una tablilla cubierta de caracteres cuneiformes. El profesor no podía proclamar mejor su especialidad.

- No creo que haya muchos papeles que le puedan ser útiles -le dijo entonces la ayudante-. Todo el trabajo del profesor está guardado en su computador y respaldado en el servidor seguro de la universidad. También, por cierto, se debe haber llevado lo más importante en su portátil, para la expedición.
- ¿Puedo consultarlo?
- No debería tener problema. El dr.Pollion no encriptaba sus datos. Su clave de acceso es "nefilim", una palabra sumerio muy sugestiva para él. Soy sin duda la única que la conoce, para poder acceder a sus apuntes en caso de que no llegue a hacer una clase.

Trompel se sentó frente al computador, lo encendió, extrañándose al ver aparecer una pantalla KDE (Linux) en vez de Windows: un sistema operativo más bien utilizado por expertos, pero excelente para manejar bases de datos interactivas. Il sélecciona el acceso "General" et tipeó la clave de usuario "nefilim". Aparecieron varias carpetas, una de las cuales tenía por nombre "Bib-Atlantida" y otra "Golfo Persico". La indicó con el dedo:
- ¿Ésta es la carpeta de su expedición?
- Así es. En esta otra, marcada "En curso", encontrará lo último que hizo y su calendario.
- De acuerdo. No quiero quitarle más tiempo y no tiene sentido que yo me quede a investigar aquí. Voy a copiar estas dos carpetas en mi pendrive y las revisaré en mi oficina. Si descubre algó que me pueda ayudar, llámeme -y le pasó una tarjeta de visita-. Si necesito otra cosa, le avisaré. ¿Cómo lo puedo hacer?
- Me puede dejar recado en la secretaría de la facultad o mandarme un mail a joluyckx@ucl.be. Le sugiero que se lleve también una copia de "Bib-Atlantida": ahí hay elementos claves acerca de los últimos descubrimientos históricos hechos en Tenerife y que han sido uno de los principales motivadores del doctor Pollion.
- De acuerdo. Gracias. ¡Que le vaya bien con las clases!
- Gracias también. ¡Ojalá nos traiga de vuelta al profesor! Es una buena persona y un gran experto!

7/12/10

Colonización 1.2.

El día siguiente tomó el tren que, cada media hora, lleva de Bruselas a la pequeña ciudad universitaria de Louvain-la-Neuve. En la plaza Blaise Pascal estaba la Facultad de Filosofía, Artes y Letras, de la que dependía el Departamento de Historia y Arqueología donde enseñaba e investigaba Jean Pollion.

El decano, que lo esperaba, lo recibió en seguida y le explicó que el académico debía haber vuelto de una expedición arqueológica en el Golfo Pérsico, en la cual había participado durante el período de vacaciones para no perturbar el programa de docencia. Pero no se había presentado. Explicó que la expedición contaba con el apoyo oficial de la facultad pero que el financiamiento provenía exclusivamente de los Emiratos Árabes y que, aparte de los técnicos, dos otros académicos acompañaban al profesor: el doctor Gordon Harris, de la Universidad Autónoma de México y el profesor Heinz Kauffman, un eminente lingüista alemán, experto en antiguas lenguas de Mesopotamia.

- ¿Han intentado contactar a estos acompañantes? -preguntó Trompel.
- En efecto. Pero son inubicables. El teléfono de Kauffman no contesta y en la UNAM dicen que el dr.Harris está en los Estados Unidos y no volverá hasta la próxima semana.
- ¿Cuál era el objetivo del viaje al Golfo Pérsico?
- Jean Pollion es un experto en los sumerios e investigador de los orígenes de la civilización. Había estudiado documentos sumerios que dan cuenta de la llegada de colonizadores antes de la inundación del Golfo, por lo que esperaba encontrar allá restos sumergidos de las primeras ciudades, que serían las más antiguas del mundo.
- ¿Cuándo debió estar aquí?
- Como sabe, inauguramos el año académico el lunes de la semana pasada, el 3 de septiembre. Es costumbre que todos los profesores titulares estén presentes, pero no es obligatorio. No nos preocupamos hasta que su ayudante me avisó que no había llegado para el inicio de sus clases y que su teléfono no respondía. Como ocurrió lo mismo en su segunda clase, decidí avisar a la policía.
- ¿Pero debería haber vuelto del Golfo en agosto?
- Así es. No sé la fecha exacta. Es posible que su ayudante tenga el dato preciso. También le podrá informar más extensamente acerca de la investigación y de los planes del profesor. La he citado para que hable con ella. Debe estarlo esperando afuera. Si hay algo que la universidad pueda hacer, avíseme. Pero estoy seguro que ella le podrá ser más útil que yo para ayudarlo a buscar al profesor y descubrir lo que le puede haber pasado.
- De acuerdo. Gracias. Trataré de coordinar todo lo posible a través de ella. ¿Cómo se llama?
- Marguerite Luyckx.
- Bien. Adios.
- Gracias sr.Trompel y buena suerte. ¡Ojalá nos lo pueda traer de vuelta sano y salvo!


Marguerite Luyckx estaba efectivamente esperando al detective en la secretaría de la Facultad. Era una joven de unos veinticinco años, delgada, rubia y de grandes ojos verdes. Mientras lo llevaba a la pequeña oficina donde trabajaba, le explicó que estaba cursando un doctorado en historia y que el dr.Pollion era su director de tesis, porque estaba investigando los elementos que conectaban entre sí a todas las primeras civilizaciones, desde Asia a América, pasando por el Medio Oriente. Por esa misma razón había sido admitida como su asistente el año anterior y había colaborado en varias de sus clases. En su ausencia se veía obligada a reemplazarlo para dictar la materia que le correspondía ese semestre.

Trompel le preguntó cuales eran los planes de la expedición de Pollion. Le explicó entonces que se venía preparando desde hace un año y que el viaje había sido fijado para julio y agosto para no perturbar las clases dictadas por los tres coinvestigadores: Pollion, Harris y Kauffman. Gordon Harris era un arqueólogo norteamericano radicado en México que trabajaba en la UNAM y para el Museo Nacional de Arqueología. Buscaba relaciones entre los sumerios y los mayas, tema acerca del cual contaba con diversos indicios. Heinz Kauffman, de Berlín, los acompañaba para ayudarles a releer e interpretar las copias de las tablillas sumerias que les servían de pistas y, eventualmente, traducir las que esperaban -con suerte- encontrar bajo el mar.

Habían contratado por un mes un barco de exploración de las empresas Cousteau, con equipos electrónico de mapeo submarino y con un grupo de buzos para ayudarlos en caso de encontrar las ruinas que iban a buscar bajo las aguas del Golfo Pérsico.

También le comentó las dificultades que habían tenido para obtenir los permisos en el Golfo: por la ubicación, debían contar con permisos de Irak, de Estados Unidos (aún a cargo de la seguridad para Irak) y de Arabia Saudita, que controlaban el acceso al Golfo. Gordon Harris obtuvo el permiso de los USA gracias a sus contactos con senadores que apadrinaban algunos de sus proyectos y, por esta vía, también de Irak. La expedición estaba financiada por Bin Rashid, un jeque dueño de pozos petroleros, quién obtuvo el permiso de Arabia, de otro modo imposible de obtener.