26/1/10

2020 AC-DC #13

2020 AC 2020 DC

Se sorprendió al ver la cantidad de gente que se desplazaba en su proximidad y más aún al ver la cantidad de construcciones que jamás había visto. Algunos niños pelaban la corteza de troncos cortados y unos hombres pasaban su punta por el fuego, lo que los endurecía y protegían de la humedad. Luego los plantaban, formando la estructura de una nueva cabaña. Las mujeres tejían ramas, formando las paredes.

Éstos debían ser los enemigos que los espíritus habían revelado al Guardián el menhir. Luego vió también otro grupo de hombres salir del bosque llevando un ciervo que colgaba muerto de una larga vara. Pero lo que le pareció extraño es que no sangraba. Y los hombres llevaron más varas, sin ninga punta de lanza. ¿Carazarían con bastones? Cuando los cazadores se alejaron, vió a algunos niños jugando con pequeños bastantes y huesos que se llevaban a la boca, apuntándose unos a otros. Entendió entonces que las varas servían para lanzar los dardos mortales como el que había matado a Adhir. Debían ser ellos los autores del ataque. Sabía ahora donde estaban y quienes eran. ¿Pero cómo escapar?

Diez minutos más tarde, desembocaban en una gran propiedad rodeada de altas rejas e iban a parar delante de una cabaña, a unos cincuenta metros de la casa principal. Weinbraith fue guiado hacia el interior, donde lo sentaron en una silla. Retiraron le venda de sus ojos y le deataron las manos, por lo que pudo observar la habitación. No había ventana ni decoración alguna. Estaba ante una mesa, en el centro de la pieza y, contra el muro, había otra mesita con un ordenador. Cuando le dejaron solo, lo encendió y vió que era un Empiryx con el sistema Vistar pero sin conexión a red alguna. Intentó entonces activar el implante telefónico de su garganta para avisar a su esposa, pero no funcionaba. O bien lo habían anulado cuando entró en la cabaña o bien se encontraba en un campo magnético que impedía las transmisiones. ¿Qué querrían de él? ¿Y quién le había secuestrado? Sin respuesta y sin nada que hacer, se puso a rezarle a San teilhard para que le ayudase. Teilhar era el patrón de los científicos desde su canonisación, unos meses antes, mientras en la década de 1960 sus obras habían sido retiradas de los seminarios por culpa de su teoría de la evolución y su propuesta de desarrollar una "mística de la ciencia" como base de la moral, cosa que no gustaba en absoluto a los cardenales de la Curia romana. Treinta años después, la teoría de la evolución había sido por fin admitida por la Iglesia católica y Teilhard rehabilitado. EL desarrollo de los medios de comunicación y de la telemática que dieron origen a la "Era de la Información" confirmaron su pronóstico del desarrollo de una "noosfera" (esfera del conocimiento) mundial y de una "espíritu de la humanidad", lo cual volvió a poner en valor sus teorías y se transformó en una corriente de opinión tan importante que condujo a su canonisación. Y al culto de le rendían los científicos creyentes.

Ghnees, el chamán, llegó así solo a la cueva de clan. A la caída del sol, la esposa de Thorn se inquietó de no ver llegar a su marido y avisó de llo al jefe Hoofd. Ghnees leur explica que Thorn lo había dejado para continuar su exploración y que lo había perdido de vista al volver de la cereminia. También transmitió al jefe el mensaje de los Espíritus. Éste se quedó pensativo. Si había un clan o una tribu con nuevas armas que quisiera molestarlos, la defense podría ser difícil. Sería útil saber más antes de la confrontación. Quizás los mercaderes, que pasaban de tiempo en tiempo por el clan, podrían decirle más. Si es que llegaban a tiempo. ¿Habría Thorn sido secuestrado por estos nuevos enemigos?

Marie José Weinbraith había salido del ayuntamiento pensando encontrar a su marido con su vehículo unos pasos más allá, pero no lo encontró. Recorrió la cuadra de ida y de vuelta por unos diez minutos, pensando que se habría retrasado por alhguna urgencia y trató de ubicarlo con su implante telefónico, pero no obtuvo respuesta. Llamó entonces a su oficina, pero la secretaria le confirmó la hora de su partida. Debió, por lo tanto, haber ocurrido algo grave y decidió pasar a la comisaría, donde le contó lo ocurrido al comisario Trompel, que estaba de guardia. Éste pensó que lo ocurrido podía estar ligado al asunto de las muertes en Ethercom. Y lanzó un boletón de alerta, considerando la desparición como un posible secuestro.

18/1/10

2020 AC-DC #12

2020 AC2020 DC

Los espías de Zzyvherr le reportaron que nada ocurría a la orilla del bosque del lado de los calnes provocados. La guerra que esperaba no se estaba produciendo. Decidió entonces dar un paso más: raptar a uno u otro de los cazadores de estos clanes, para enfurecerlos más y obtener más información.








Mientras tanto, Lucio Rossi había encargado el análisis del código del virus que se había introducido en CC-5 y había provocado la muerte de Danloy y Dagent. Era un trabajo de retro-ingeniería batsante complejo pero mucho más breve y simple que analizar toda una aplicación normal. Este procedimiento había sido esencial por largo tiempo para la confección de antivirales pero había si abandonado porque solo podía funcionar a posteriori y, como tomaba tiempo, llegaba siempre atrasado. Se había logrado desarrollar otro método, semántico, basado en la identificación de las operaciones ordenadas al procesador, que detectaba y bloqueaba los accesos prohibidos al sistema operativo. Pero había quedado claro que el antivirus de Ethercom no había podido detenerlo.

Como el computador atacado tenía un procesdor ótico, era evidente que el virus debía utilizar los comandos del sistema operativo OptiX. Se sabía por lo tanto cual era el lenguaje de base que debía usar el virus et cuales eran los comandos que debía utilizar para el efecto observado. Un virus ordinario, para mantenerse muy pequeño, usaba profusamente rutinas ya incluidas en el sistema operativo, lo que se expresaba en numerosos JMP (jump) en el lenguaje del OptiX. Eran estos JMP ilegales que el antivirus debía detectar. Pero no había JMP en el virus asesino. Sin duda, en el caso observado, debía tener muchas llamadas a los comandos gráficos ya que generaba patrones y relámpagos hipnóticos. Ésto implicaba necesariamente llamados a los recursos gráficos del OptiX por medio de JMP (que no había) o bien enlaces directos hacía punteros $E5-$E7, que era lo que había sido usado. Y los numerosos llamados se producían gracias a un comando DO...WHILE exponencial que creaba líneas de código en el receptor -en vez de enviarlas- y producía colisiones gráficas, generando los relámpagos. Luego, un segundo DO...WHILE reemplazaba todo lo que había en el disco duro reptiendo el código EOF ("end of file": fin de archivo) para borrarlo y terminaba escribiendo FF en toda la RAM para borrar éta et suprimir la huella del virus. Pero esta parte no había funcionado: solo el primer DO se cumplió escribiendo un EOF porque, en vez de escribir WHILE, se había escrito WILE, lo que había parado la ejecución. ¡El programa del virus no había sido bien revisado! ¿Estaban tan apurados que olvidaron la etapa de limpieza?

Wherk había acompañado al chamán a la cita con el Guardián del menhir pero se había quedado cerca del río durante la ceremonia sgarada. Cuando ésta terminó, como estaba impaciente y frustrado por no haber encontrado nada, acompañó el chamán parte del camino de vuelta pero lo dejó para seguir investigando en el bosque. Se alejó hacia el este. Fue cuando un grupo de cazadores de la tribu del Lobo cayó sobre él. No tuvo tiempo para reaccionar: un golpe con el canto de un hacha de piedra lo dejó inconsciente y fue llevado a una de las cabañas tribales. Lo ataron a uno de los postes de madera, donde volvió poco a poco en sí sin saber donde estaba.

Esa noche, Weinbraith decidió dejar la tarea de seguimiento a sus ayudantes. No había nada más que hacer sino esperar la alarma eventual del olfateador ya que otro ingeniero había sido encargado del análisis del virus. Decidió ir a buscar a su esposa a su salida de la oficina que ocupaba en el servicio de informática de la municipalidad. Siempre la pasaba a buscar cuando salía temprano, para volver juntos a casa. De lo contrario, ella volvía a pied ya que la ciudad era pequeña. Activó el implante telefónico que tenía bajo la pera y le adivirtió que estaba listo para pasar a recogerla. Tomó entonces el city-car eléctrico que la empresa ponía a su disposición y bajo hacia la ciudad.

Acababa de estacionar frente al municipio cuando un hombre de tez amarilla y ojos de almendra, armado de una pistola electrónica, ocupó bruscamente el segundo asiento y le ordenó cortesmente de salir de inmediato y tomar la carretera hacia Namur. Más valía obedecer ya que una descarga de esta arma lo dejaría inconsciente por varias horas. El hombre se ordenó no hacer ninguna llamada telefónica. Weinbraith pensó que se mujer tuvo razón al escribir su tesis sobre la "socioecología posglobal" y que Asia se acercaba a la conquits de Europa.

Cinco minutos después de salir del problado, el asiático le hizo parar en el borde de la ruta y le ordenó poner el vehículo en piloto automático, para que vuelva solo a la sede de Ethercom. Gracias al GPS y al programa prefinajado, todos los vehículos de la empresa podían volver de este modo y, para poder volver, grababan el camino de ida. Por este motivo, sin duda, el secuestrador no quería seguir. Otro vehículo los esperaba en la cercana entrada de un camino vecinal. El desconocido obligó Weinbraith a subir a bordo, le vendó los ojos y le ató las manos; luego subió al lado del conductor. Anduvieron otros cinco minutos por el asfalto y luego penetraron en un camino de tierra, apenas visible entre los árboles del bosque.

5/1/10

2020 AC-DC #11

2020 AC 2020 DC

El guardián del menhir había sido contactado ya por el jefe del Clan del Ciervo y se había enterado de que, allá también, había habido un ataque. Había entonces frenado el ardor del jefe, que quería atacar al Clan del Oso. Creía que los del Oso habían respondido a lo que les había parecido una provocación. Pero el Clan del Ciervo no había asesinado a nadie. El guardián pensó entonces que ambos clanes podían haber sido atacados por otros.

- Si convocaramos a los chamanes de ambos clanes, podríamos invocar a los espíritus de los muertos y a la diosa Luna que debió observar lo que ocurrió de noche, y ellos podrían decirnos de dónde vinieron los ataques. Pronto habrá luna llena: será el momento más propicio.
- Que así sea. Nuestro chamán estará aquí mañana al anochecer. Que la Luna le sea propicia.

La mañana siguiente, el asistente de Weinbraith le informó que nuevos ataques habían tenido lugar. Tres computadoras de diferentes empresas habían sido tocadas y el análisis de las direcciones de los remitentes enviaban de nuevo a máquinas zombíes. En los tres casos, el computador atacado había sido inutilisado por un borrado completo de la RAM y del disco duro. Pero era imposible, a distnacia, saber si los operadores también habían muerto.

Efectuaron entonces un análisis de los zombíes: se trataba cada vez de máquinas con dirección IP fija, gran capacidad de RAM y alta velocidad de proceso, condiciones necesarias para que el software pirata pase desapercibido y sea enviado en su integridad.



Llegada la noche, el Guardián y los dos chamanes se reunieron alrededor del fuego, frente al menhir. El Guardián lanzó al fuego callampas secas que produjeron una humareda que, con la ayuda de su danza, los fue hipnotizando. Los espíritus se apersonaron entonces en el humo y les revelaron que el ataque provenía de un gran claron en el bosque que se encontraba lejos hacia el este, onde un poderosos enemigo quería provocarlos. Pero nos espíritus no revelaron porqué. Ni como defenderse. Y no dijeron nada del agua. El Guardián, que sabía que el agua preocupaba a ambos clanes, les recomendó de todos modos que realisasen una ceremonia de oración para pedir la renovación de las bendiciones de la Madre-Agua y lluvias abundantes.











Weinbraith se puso a analizar a fondo las huellas de las transmisiones en la entrada y la salida de los computadores zombíes. Con un poco de suerte, podrían disponer de un filtro de seguridad qui conservase las direcciones IP de los paquetes de bits recibidos y enviados. Con las direcciones de los paquetes enviados hacia las máquinas atacadas, sería fácil encontrar su identificación en las listas de entradas y, luego, de encontrar el número IP desde el cual habían sido enviados. Y si estas nuevas direcciones correspondían también a zombíes, se podría repetir el proceso hasta que las IP coincidiesen, lo cual permitiría encontrar la fuente real.

La operación no fue fácil: había que comprara las listas a ojo desnudo para luego reconstruir las rutas, porque el pirata se había cubierto siguiendo varios desvíos. Pero, finalmente, quedó sólo un número IP: 63.48.71.555.26.8. Bastaba ahora consultar un servidor de nombres: este número correspondía a Satsa, una filial de SatelCorp, la multinacional que controlaba la red mundial de satélites de telecomunicaciones.

Todos los computadores atacados pertenecían a controladores de fibras ópticas y funcionaban con el sistema operativo Optix, un derivado el viejo unix, adaptado a las potentes máquinas con núcleo electro-óptico. ¿Se preparaba SatelCorp a una "guerra dulce" (softwar)? Weinbraith puso al tanto a su jefe y a su asistente, para convenir una estrategia de defensa frente a esta eventualidad.