27/12/11

CURAS - 4.1

Capítulo 4.

Unos días más tarde, otro párroco apareció muerto, con el mismo modus operandi. En el blog pedojuzgados.blogspot.com, según comprobó Trompel, se había agregado otro breve video que mostraba nuevamente al sacedote recibiendo la bala y cayendo al suelo. También pudo averiguar que el blog se estaba haciendo muy popular, recibiendo miles de visitas, por lo que solicitó una orden de restricción que obligaría a los ISP a impedir el acceso, al menos dentro del país, ya que era imposible lograrlo al exterior.

En esta parroquia, había una sirvienta que vivía acompañada de un hijo que padecía de autismo. Mientras el detective la interrogaba, el joven repetía sin cesar una serie de cifras y letras. El policía le preguntó a la mujer lo que significaban, pero ésta contestó que su hijo era un apasionado de las matemáticas y repetía constantemente cosas parecidas cuando oía una pregunta. Así, el policía no le prestó mayor atención. Pero había grabado la conversación et, por este hecho, también las divagaciones del joven.

Escuchando después dicha grabación y las explicaciones de la mujer acerca de la condición de su hijo, pensó que podía haber ahí un indicio. Sobre todo teniendo en cuenta que ella estaba en la casa cuando ocurrió lo que ella describió como una tentativa de robo con violencia, que no había oído porque tenía el sueño pesado. Pero nada aseguraba que su hijo también dormía y podía perfectamente haber sido testigo del crimen. Buscó por lo tanto informaciones sobre el autismo y descubrió que un autista fija su atención exclusiavemnte en detalles de su interés, sin prestar atención al contexto. Así, en este caso, sería en cualquier combinación de cifras que hubiese visto. Las anotó et terminó descubriendo que se trataba de dos series que solo tendrían sentido, justamente, para la policía. La primera serie se terminaba por SW40, lo que indicaba una pistola Smith & Wesson .40. No podía ser más que la pistola usada por el criminal, porque la bala era efectivamente del calibre 40. La siguiente serie era sin duda posible una patente de auto: el joven podía haber visto por una ventana la huída del criminal y memorizado la placa mineralógica del vehículo en que había subido.

Pero nada aseguraba que su hijo también durmiera y podía haber sido testigo del crimen. Por ello, buscó informaciones sobre el autismo y vió que un autista fija su atención en cualquier detalle que lo interesa, sin preocuparse por el contexto. Así, en este caso, sería cualquier serie de cifras que pudiera haber visto.  Anotó lo que decía el joven y descubrió que se trataba de dos series que, en este caso, tenían un sentido claro para la policía. La primera se terminaba por SW40, lo que indicaba una pistola Smith & Wesson .40. Debía ser el arma usada por el criminal, ya que la bala era efectivamente de calibre .40. La otra serie era sin ninguna duda de la placa mineralógica de un vehículo: el joven pudo ver al asesino fuera de la casa, abordando algún vehículo y se fijo en este identificador.

El detective buscó inmediatamente en el registro nacional a quién pertenecía el vehículo y encontró que se trataba de una ambulancia particular, compreda en segunda mano a nombre de Jacques Vandeput, el hermano de la señora Lemie. Éste fue citado inmediatamente a la comisaría para explicar la situación.

- ¿Cuándo compró este vehículo?
- Varios meses antes de partir al Congo. Como no tengo casa y que el ejército me cambia frecuentemente de destinación, me pareció lo más apropiado para pasar mis días libres, con la posibilidad de ir a cualquier parte. Era mucho más barato que un mobilhome.
- ¿Y no la está usando ahora?
- No. Cuando me fuí al Congo, se la dejé a mi hermana. No se me ocurrió pedirsela ahora. Volví inconscientemente a mi costumbre anterior de alojar en la residencial. Éste es uno de los efectos de la tensión de este tipo de conflicto: uno se olvida de muchas cosas.
- ¿Así que no sabe donde está?
- Podría estar en el garaje. O mi hermana podría estar viajando con ella. ¿Qué sé yo?

No había motivo suficiente para detenerlo, por lo que se le soltó advirtiéndole de que no saliera de Bruselas, algo en realidad difícil de controlar.

20/12/11

CURAS - 3.2


Pasaron otros tres días y un nuevo asesinato se registró, esta vez, en el pequeño pueblo de Olne, cerca de Lieja, a unos 88km de Temploux y 117km de Bruselas. Ésto extendía cada vez más el rango de acción del asesino, si se trataba del mismo. Cabía la duda, porque la víctima no era el párroco del lugar. Era un jubilado cuya esposa era profesora en el vecino pueblo de Nessonvaux, donde la oficina de la policía recibió la foto con el número 4, lo cual extrañó a los investigadores. Servais fue puesto al tanto debido a la foto. Sin ella no habría sido informado ya que no se habría considerado el crímen como parte de la serie. ¿Por qué formaba parte de ella?

Trompel abrió la página del blog "pedojuzgados" y buscó los agregados. Había en efecto un nuevo video, que era más largo que los anteriores. No se había grabado el sonido pero se veía que la víctima hacía gestos de denegación antes de caer sangrando. Lo comentó a su jefe y éste lo envió a conversar con la viuda. Ésta le informó que se había casado ocho años antes y confesó que su marido había sido, anteriormente, sacerdote y profesor de religión en el colegio San Francisco Javier, de Lieja. No sabía de acusaciones de pedofilia o abusos en su contra. El detective fue entonces al colegio, donde entrevistó al director. Pero éste le dijo que solo estaba a cargo desde hace cinco años y no sabía nada del período anterior. Le dió el nombre y la dirección de su predecesor, ahora jubilado, y residente en la vecina comuna de Jupille.

Trompel, que sabía lo laberíntico que eran las salidas de Lieja, decidió ir a la oficina local de la PJ a pedir un vehículo y el acompañamiento de un inspector local. Con un novato al volante, llegó así sin dificultad al domicilio del ex-director.
- Lamento mucho que el señor Suikerberg haya tenido tan triste final -le dijo éste, después de ser informado-. Era muy cariñoso con todos y lamentamos mucho que haya dejado el sacerdocio.
- ¿Había sido acusado de abusos con los niños o de pedofilia?
- Efectivamente y creo que éstas fueron parte de las razones que tuvo para retirarse, un retiro que fue voluntario. No se trató de un castigo. Pero las acusaciones nunca fueron formalizadas, aunque no sé si se volvieron a formular en el marco de la actual campaña de denuncias.
- ¿Podría el colegio tener archivos al respecto?
- No lo creo. Como le dije, no hubo formalización. Recuerdo que se conversó del tema en un par de reunión de apoderados pero, como el padre se retiró de inmediato y las denuncias eran pocas y difíciles de verificar, los apoderados acordaron no proceder más.
- ¿Recuerda los nombres de los acusadores?
- Después de tanto tiempo, no, lo siento. La única forma de saber algo sería consiguiendo las listas de apoderados de hace ocho y nueve años y entrevistarlos.
- Gracias. Lo tendremos en cuenta. Pero es en efecto posible que los propios alumnos abusado -si ocurrió- hayan presentado ahora sus quejas. Y que el asesino se haya enterado. Como sin duda sabe por la prensa, alguién está persiguiendo y matando a sacerdote acusados, y éste ya es el cuarto.

Como estaba cerca de Lieja, Trompel, al volver a esta ciudad, pidió una entrevista con el obispo del lugar. Quería pedirle información tanto acerca de la última víctima como acerca del papel de la señora Lemie y, en particular, si podía haber tenido acceso a la lista de sacerdotes acusados. El obispo le dió muy buenas referencias de la mujer y se extrañó de su desaparición, especialmente de que hubiese avisado a su marido que había sido llamada a Lieja cuando no era efectivo. También se confesó tan espantado por los asesinatos como por las conductas impropias de los sacerdotes. Interrogado especialmente acerca de la lista de acusados, reconoció que era posible que la habiese tenido sobre su escritorio un día en que Martine Lemie estuvo en el obispado. No era imposible que la hubiese visto e incluso fotocopiado a escondido en un momento en que él no estaba, ya que tenía una impresora multifuncional. Así quedaba confirmada una posible fuente y el posible involucramiento de la mujer en los crímenes.

De vuelta en Bruselas, se hizo una nuevo balance de la situación. La señora Lemie pasaba definitivamente de posible secuestrada a posible cómplice o incluso asesina. Como no habían encontrado señal alguna de su presencia, sola o acompañada, en ninguno de los hoteles cercanos a los lugares de los crímenes, se le ocurrió a Servais que podía estar utilizando una residencia móvil, como un "mobilhome". Trompel fue enviado a consultar a las pocas empresas que arrendaban este tipo de vehículos en Bruselas, llevando la foto de la mujer. Pero no tuvo el resultado esperado: nadie había visto a esta mujer y, peor aún para él, ningún mobilhome había arrendado en los días más próximos a la fecha del primer asesinato.

13/12/11

CURAS - 3.1


Capítulo 3.

Entretanto, Trompel se había puesto a investigar a la señora Lemie. Se entrevistó primero con el marido, que le contó como se habían conocido, cuando se habían casado y las actividades habituales de ella. Martine Lemie, de apellido de soltera Vandeput, era contadora y prestaba sus servicios en la empresa que pertenecía al padre de André Lemie. Ahí se hicieron amigos y luego novios, para finalmente casarse. Ella siempre había sido muy religiosa, asistiendo a misa los domingos y participando en las actividades sociales de su parroquia. Había dejado de trabajar en la empresa cuando tuvo su primer hijo.

Trompel preguntó si habían comentado las denuncias de abusos sexuales y de pedofilia contra sacerdotes, que había estallado en un escándalo que había ocupado los medios de prensa durante varias semanas.
- Así es. Estábamos también muy sorprendidos y escandalizados. Ella me comentó varias veces que le molestaba mucho y se preguntaba si debía seguir colaborando con la iglesia. Como soy muy amigo del obispo de Lieja y que ella le llevaba también las cuentas, le sugerí que hablara del tema con él, para que supiera como enfrentaba la situación y le aconsejara en su comportamiento.
- ¿Y le comentó algo después de esta conversación?
- No entró en detalles, pero me dijo que se tomarían medidas correctivas.
- ¿Su comportamiento cambió?
- No en cuanto a sus costumbres o sus visitas a la parroquia, pero la noté más tensa. Generalmente volvía feliz de estas visitas, pero de las dos últimas, que fueron después de ese viaje a Lieja, volvió con aspecto sombrío y muy poco conversadora. Me extrañó un poco y no quiso explicarme qué andaba mal cuando le pregunté.
- ¿Sabe si se encontró con alguna otra persona, fuera de la parroquia?
- No que yo sepa. Evidentemente no estoy en casa todo el día. Puede haber recibido a alguién o haber salido y encontrado amigas o haber visitado a sus padres. No tiene que rendirme cuenta de ello.
- Pero de haber visitado a sus padres, me imagino que se lo habría dicho.
- En efecto, habría sido lo normal.
- ¿Donde viven?
- En Woluwé, avenida Vander Meerschen, cerca de la iglesia de Sainte-Alix.
- Gracias. Iré a visitarlos. Quiero saber más de ella. Y sin duda deben estar muy preocupados también, así que les aseguraré igual que a ud de que estamos haciendo todo los posible para encontrarla.

Después de despedirse de Lemie, el detective se dirigió a la dirección que le acababa de dar. Los padres de Martine Lemie eran ya ancianos y la madre estaba en cama, gravemente enferma. En consecuencia se entrevistó solamente con el padre. Éste le dió algunos detalles sobre la personalidad -muy colaboradora y religiosa de su hija, pero también muy estricta- y sus estudios. También confirmó que había visto a su hija solamente una vez después del estallido del escandalo de los sacerdotes, aunque llamaba frecuentemente para saber de la evolución de su madre. Se había manifestado muy molesta y a favor de sanciones drásticas por parte tanto de la iglesia como de la justicia ordinaria.

Trompel preguntó si era hija única. El señor Vandeput le dijo que habían tenido un hijo varón varios años más tarde y que éste había seguido la carrera militar. Había sido enviado al Congo hacía un poco más de un año, en el marco de la misión de la OTAN, y había vuelto hacía un par de semanas. Les había visitado y era muy probable que se hubiese juntado con su hermana, pero no en casa de ésta, porque no se entendía bien con su marido.

Al detective se le ocurrió preguntar si ese hijo compartía el fervor religioso de su hermana. Vandeput tembién reconoció que sus opiniones eran bastante más críticas. Para él y su mujer, había sido una gran decepción el que su hijo no haya querido ser sacerdote, como deseaban, y que -al contrario- expresara su disgusto desde sus últimos años de colegio, aunque nunca dió una explicación clara de su cambio de apreciación. De niño había sido acólito y, en el colegio, iba frecuentemente a misa, aunque no era obligatorio. Cosa que cambió totalmente en el penúltimo año de enseñanza media. Dejó incluso de ir a misa los domingos.

El policía dedujo que era muy probable que este hijo hubiese sido víctima de una conducta impropia y que el escándalo sacerdotal hubiese sido tema de conversación entre los hermanos. ¿Sería él el asesino, acompañado de su hermana?

Cuando volvió a la comisaría y comentó estas informaciones con Servais, decidieron tratar de ubicar a Jacques Vandeput, el hermano de Martine Lemie. En la jefatura del ejército dijeron que estaba con permiso por un mes y que no tenía dirección personal registrada, salvo el domicilio de sus padres, como referencia. No sabían de él desde su vuelta del Congo. Servais resolvió entonces lanzar una orden de búsqueda, comunicada a todas las oficinas de PJ y a las comisarías de las policías comunales. También pidió al Ejército más información sobre Vandeput.

Dos días después, se produjo una pelea en "La Becasse", un famoso bar típico del centro de la ciudad. El dueño llamó a la policía local y Vandeput fue uno de los detenidos. Se le interrogó sobre sus actividades de los últimos días y sobre su hermana. Dijo no saber nada de ella desde que la recogió en la calle Santa-Gertrudis y la dejó en un estacionamiento cerca de la Estación Midi, el mismo día en que había aparecido muerto el cura que vivía ahí. Él había viajado luego por una semana a Oostende, donde había alojado en un hotel, volviendo luego a la residencial de Bruselas donde se hospedaba habitualmente cuando estaba de permiso. La policía confirmó su estadía en Oostende y su registro en la residencial. También tenía comprobantes de pagos con tarjeta de crédito y de retiros en cajeros automáticos de Oostende y de Bruselas que coincidían con las fechas de los diversos asesinatos, lo cual parecía darle una coartada de base geográfica. Quedaba descartado como sospechoso, pero solo en forma provisoria porque el informe del Ejército no le era muy favorable: su permiso y vuelta del Congo respondía a una investigación por comportamiento excesivamente agresivo frente a la población local. La pelea en el bar era, evidentemente, otra muestra de su carácter, que le valió en este caso una multa y una severa advertencia.

6/12/11

CURAS - 2.3


Al volver a su oficina, Trompel encontró en su computador un e-mail de un técnico de la oficina de delitos informáticos. Le decía que mirara el sitio web pedojuzgados.blogspot.com, sitio que habían descubierto con los procedimientos habituales de exploración de la WWW en busca de sitios sospechosos.

Trompel tipeó la dirección y le apareció una página con la foto del párroco de Santa-Gertrudis tachada con una equis roja y la mención eliminado. Luego aparecía la foto del ex-párroco de Overpelt, con la palabra "Sancionado" seguida de la misma mención que en la foto recibida: "Tribunales 1, Dexter 2". La mención "Dexter 2" tenía un hipervínculo y Trompel lo pinchó. Se abrió otra página con un brevísimo video: se veía la cara del segundo sacerdote asesinado y cómo caía de espalda al sueldo cuando recibía el balazo. Pensó que era difícil que el asesino captara el video al mismo tiempo que disparaba. Así que debía pensar en que estaba acompañado. Y que después se conectaba a internet para "subir" el video.

Llamó por el teléfono interno al técnico informático.
- ¿Saben ya donde fue creada esa cuenta y de donde fue subido el video?
- La cuenta es claramente de alguién que usa un seudónimo: "anticleropedo" y ha sido abierta en Google Mail y Blogger, lo cual se puede hacer desde cualquier parte sin dar la identidad real. No hay manera de llegar al dueño. En cuanto al video, sabemos con qué tipo de cámara ha sido tomado -una muy pequeña y de fácil manejo, que pudo ser comprada en cualquier tiena de fotografía o de electrónica- y fue subido desde una zona wifi publica del centro de Bruselas donde no es posible identificar el usuario.
- Así, pues, es alguién que sabe como esconderse.
- Así es.

Terminada la consulta, el detective puso al tanto también por teléfono al comisario. Lamentablemente la nueva información no aportaba gran cosa, salvo que el asesino tenía una alta movilidad y posiblemente un cómplice.

Tres días después llegaba la noticia de un nuevo asesinato. En la casa de los religiosos de los Sagrados Corazones en Temploux, cerca de Namur, a 40km de Wavre, habían sido ultimados un sacerdote y el hermano que administraba la casa. Según se pudo comprobar, el sacerdote había sido párroco en la diócesis después de volver de Asia y estaba jubilado. En el obispado, confirmaron que había sido acusado de pedofilia pero no se habían podido probar los hechos. La foto recibida por la policía era del sacerdote y llevaba el número 3. Sin duda el hermano pudo haberse topado por accidente con el asesino, que lo mató para no dejar testigo. Los dos tenían un disparo en el pecho y los casquillos encontrados provenían de la misma arma que en los casos anteriores. Pero no había ninguna huella de otro tipo.