26/6/12

Agencia del Tiempo 3.4


Seguía el documento:

5. Implementación

Considerando que, como ya señalado, los objetivos históricos no se inscriben en las funciones del CERN, la UE sugirió la creación de una Subagencia Histórica que podría instalarse en la Agencia del Tiempo. Esta Agencia, en efecto, también nacida a partir de investigaciones del CERN e instalada en el mismo sitio de Meyrin, tiene los mejores expertos en teoría del caos y en sus aplicaciones ya tiene una sección histórica que provee las bases a los matemáticos, con datos acumulados desde el siglo XIX sobre las variaciones del clima, que los historiadores relacionan con otros fenómenos. Como se sabe, desde hace fines del siglo XXI contamos con excelentes pronósticos, gracias a la aplicación de la matemática del caos a la meteorología. Y hace casi un siglo que venimos actuando, cada vez con mayor eficacia, para controlar las variables y estabilizar los fenómenos climáticos. Crear, dentro de esta Agencia, una nueva "Sección Histórica" a cargo de los proyectos de viajes en el Tiempo no solo permitiría utilizar una estructura organizativa y científica adecuada sino conservar adecuadamente el secreto el tiempo que se estime necesario.

Se adjunta en anexo una descripción de la estructura de esta nueva Sección, propuesta de personal, presupuesto de instalación y de operación. Los detalles técnicos son conocidos exclusivamente de los físicos atómicos.

[ Este anexo no fue encontrado en el departamento de Gossin. ]

Creada la Sección, se iniciaron una serie de consultas a historiadores, bajo estrictas reglas de confidencialidad, para especificar condiciones de "viaje" y hechos o períodos de mayor interés. Los historiadores señalaron entonces que podía ser extremadamente complicado viajar al siglo anterior e incluso a fines del siglo XXI por las importantes medidas de seguridad desarrolladas en todas partes y que se basaban en sistemas de identificación biométricos y electrónicos que ya no se usan hoy. Importantes atentados, a inicios del siglo XXI, habían llevado la mayor parte de los Estados a crear registros y sistemas de identificación que dificultaban enormemente los viajes así como el ingreso a instalaciones industriales y científicas y ya no solamente a recintos militares. Pero los sistemas de identificación anteriores eran de fácil confección hoy y nuestros agentes no tendrían ninguna dificultad en poder contar con ellos y moverse en esas épocas anteriores. Pedimos entonces propuestas para períodos anteriores a esas medidas del siglo XXI.

Considerando las hipótesis ya formuladas acerca de la intervención en el pasado, los historiadores aconsejaron seleccionar dos tipos de hechos: los que por razones de mala información histórica serían de particular interés para la mera observación, con el fin exclusivo de mejorar el conocimiento histórico, y los que podían servir de experimento para acciones modificadoras de corto alcance o que, incluso, a la distancia, podían parecer haber sido el fruto de una intervención de este tipo. Esta opción surgió porque encontraron dos casos en que el nombre de una persona del pasado era idéntico al nombre de personas del presente que ellos conocían. Uno de ellos era Gilles de Rais, un historiador francés que tenía un antepasado del mismo nombre que aparecía al final de la historia de la vida de Juana de Arco: éste de Rais planeó un ataque con un contingente de mercenarios a Ruán para rescatar a la Doncella. Se planeó entonces ofrecer al actual Gilles de Rais la posibilidad de viajar al siglo XV para verificar la historia o incluso tratar de salvar a Juana o retrasar su ejecución. Quizás, incluso, fuese él mismo el Gilles de Rais de Ruán.

Otro era Gideon Sauvenier, un soldado francés que había combatido junto a Lafayette en la batalla de Yorktown, en 1781, que decidió la independencia de la Estados Unidos. Sauvenier era otro un conocido historiador francés. E igual que a de Rais, se pensó en proponerle el viaje al Siglo XVIII.

Éstos son los dos primeros proyectos que proponemos para la sugerida "Sección Histórica". Permitirían verificar dos hipótesis: la posibilidad de efectuar ligeros cambios históricos (y hasta donde) y la posibilidad de que un personaje del pasado haya sido en realidad alguién venido del futuro.

*

Trompel se dió cuenta, al leer este informe, que estos dos proyectos correspondían a los dos primeros capitulos de la serie "Las Curvas del Tiempo". El documento que leía había, por lo tanto, sido la base del guión de Gossin. ¿Pero lo habría inventado él? ¿Era pura ficción o tenía alguna base científica?

19/6/12

Agencia del Tiempo 3.3


Trompel volvió a su lectura del documento encontrado en el departamento de Gossin.

3.3. Lógica de la Historia

Si intervenimos en el pasado, ¿como podemos hacerlo sin cambiar toda la historia? ¿No dice la teoría del caos que el batir de alas de una mariposa en el Amazonas puede causar un hurracán en el Caribe o un tifón en el Mar de China? Ésto es en realidad una exageración. Puede ocurrir, pero siempre que las condiciones iniciales sean favorables para este desenlace. Y éste es un principio fundamental de la Teoría del Caos: todo depende de las condiciones iniciales. Lo mismo vale en la Historia como en meteorología, como bien lo sabemos hoy. Con el tiempo hemos logrado controlar poco a poco las condiciones iniciales del clima, lo cual nos permite dominarlo cada vez mejor. Pero no podemos dominar las condiciones iniciales de la Historia. Por lo tanto, muchas acciones no tendrán ningún efecto ni a mediano ni a largo plazo. Pero otras podrían encontrar condiciones iniciales favorables inesperadas, desconocidas por nosotros hoy, lo cual es un real peligro. Pero sólo es un peligro teórico. En realidad, no puede ocurrir ningún efecto que cambie la Historia en el largo plazo. Porque de ocurrir, nosotros no estaríamos aquí, no descutiríamos este punto, no tendríamos colisionador y nadie viajaría en el tiempo para causar este cambio. Ésta es la paradoja. En realidad, la Historia cuida de sí-misma, al menos en los macro-procesos. Lo que la Agencia estudiará es lo que ocurre con los micro-procesos. No sabemos si las "defensas" son las mismas. Ya sabemos que podemos ir y volver, sin consecuencias perjudiciales para el viajero. ¿Pero qué podemos hacer realmente? ¿Sólo observar? ¿Evitar actos perniciosas o reducir sus efectos? ¿Acelerar algunos procesos beneficiosos? Éstas son las preguntas que habrán de guiar los experimentos.

4. Verificaciones experimentales (Condiciones básicas del viaje)

Mientras los ingenieros hacían los cálculos y trataban de deducir cómo había ocurrido el primer "viaje" y cómo podía reproducirse, enfrentamos también otro problema: ¿qué pasaba si el viajero "aterrizaba" en el pasado bajo tierra, sin espacio para su cuerpo? ¿Moriría sofocado? ¿Cómo evitar ésto? Buscamos entonces en los archivos a qué correspondía el lugar donde estaba la oficina del desaparecido. Y verificamos que, hace cien años, ya existía ahí el túnel y una especie de cueva en que se habían instalado los primeros equipos para detectar muones. Las cuevas naturales vacías, salvo por los equipos de detección, eran los mejores lugares para observarlas. Y el CERN había hecho un estudio geológico de la zona y descubierta esta cueva natural, que tenía al menos cien mil años de existencia. Con, además, también una salida natural, a un kilómetro de distancia, sólo cubierta en parte por un poco de tierra y algunos arbustos, una pequeña chimenea dejando pasar el aire. Sería, por lo tanto, fácil de abrir -para salir- si alguién "aterrizaba" en la cueva. Podíamos por lo tanto utilizarla con total seguridad.

La llegada en el futuro podía presentar otro problema: se podía asegurar la permanencia de la Agencia a mediano plazo. Pero quizás, en algún momento, dejase de existir. Si ya no existía el colisionador o una máquina que cumpliera las mismas funciones, nuestro agente no podría regresar. Avanzar en el pasado conllevaba por lo tanto el riesgo de no poder volver y, por ello, nuestros agentes debían ser no solamente historiados expertos en el período visitado sino voluntarios dispuestos a no regresar.

Mientras los historiadores contratados comenzaban a explorar el pasado en busca de períodos y hechos de interés para proyectos futuros, se enviaron voluntarios a muy pocos años de distancia solamente para afinar los procedimientos y observar las condiciones del viaje. Al principio no se les permitió salir de la cueva donde llegaban en el pasado. Luego se les permitió salir a observar brevemente el entorno y luego acercarse a las antiguas instalaciones del CERN en Meyrin y luego a la ciudad de Ginebra, pero evitando todo contacto. Debido a las otras actividades del CERN, los viajes no eran muy frecuentes. No fueron más de cinco en el primer año de experimentación.

La primera misión que planeamos con una extensión un poco mayor y un objetivo más preciso fue el asistir a la inauguración de la Agencia del Tiempo, hace un siglo. Obviamos sabíamos la fecha y conocíamos el programa oficial, pero no teníamos más detalles como la apertura al público, lo que se había podido visitar y el tipo de información que se entregaba. Ésto fue lo que encargamos que averigüe uno de los nuestros. Teníamos en el museo de la Agencia algunos de los gafetes de identificación utilizados en esa época y se lo dimos. Pero nuestro cálculo de proyección en el tiempo no fue lo suficientemente preciso.

Como nos contó al regresar al final del día, había llegado por error un par de días después de la inauguración. Entró como cualquier visitante y le hicieron pasar a la sala donde todos podían observar, en los televisores, los pronósticos del tiempo para todos los continentes, o bien instalarse en una estación de consulta interactiva en que podían obtenerse informaciones acerca de las estaciones de observación y los procedimientos utilizados. Quiso entonces utilizar su gafete para visitar el resto del edificio. Con él, pasó sin problema el primer control de acceso pero, al recorrer el corredor principal vió -al observar a otros funcionarios- que antes de ingresar en alguna de las dependencias o de tomar el ascensor había que acercar un ojo a una especie de mirilla. No sabía de que se trataba. Acercó el ojo e, inmediatamente, sonó un timbre y un par de guardias se acercaron a él. Le pidieron su identificación y les entregó el gafete. Lo llevaron a una pequeña oficina donde pasaron el gafete por un lector que lo validó nuevamente. Le pidieron entonces de nuevo que acercase el ojo a una mirilla y el aparato entregó un mensaje de error. Le dijeron entonces que no era el poseedor legítimo del gafete, que su ojo lo delataba. Nuestro hombre no sabía nada de las medidas de seguridad de la época y tampoco había quedado en nuestros registros que se utilizaban lectores de iris. Hoy se hace reconocimiento instantáneo del ADN. Fue entregado a la policía, acusado de sustracción de identidad. Le pidieron su nombre y documentos de identidad auténticos, pero no llevaba documentos de la época y no habría servido de nada dar otro nombre así que insistió en el del gafete. Le fotografiaron el iris y le tomaron las huellas dactilares con la intención de buscar sur verdadera identidad. Le interrogaron acerca de sus intenciones y explicó que una autoridad le había encargado recorrer la Agencia y verificar las medidas de seguridad. Dió el nombre del primer director y le dijeron que iban a verificar. Lo dejaron entonces encerrado, solo, en la salita de interrogatorio, momento que aprovechó para hacerse regresar.

Cálculos y experiencias posteriores -que tomaron todo el año 2240- permitieron establecer los parámetros que permitían controlar el flujo de muones y determinar, con una aproximación de una semana, la fecha a la que se enviaría el "viajero". Fue entonces cuando el CERN realizó el primer informe que, muy confidencialmente, fue entregado a las máximas autoridades de la Unión Europea. Y ello llevó a crear la Sección Histórica de la Agencia del Tiempo y redactar el primer reglamento para los viajes en el Tiempo.

13/6/12

Agencia del Tiempo 3.2


Sigue el documento CERN: 3. Bases teóricas

3.1. Matemática del caos
Es normal preguntar qué tienen que ver la matemática del caos y el clima con el viaje en el tiempo. Es mucho más de lo que parece a primera vista. Resulta que se ha descubierto que el tiempo, o más bien la Historia, es una función casi caótica o, como dicen los expertos, una función de "frontera del caos". Tiende siempre al desorden pero, cuando está a punto de caer en un desorden completo, ocurre una especie de salto y surge un orden nuevo. Es lo que explica desde el auge y caída de las civilizaciones hasta las grandes guerras y revoluciones. La primera hipótesis de este fenómeno, confirmada por los cálculos hace unos cincuenta años, la expuso el sociólogo Pitirim Sorokin en el siglo XX [* "Society, culture and personality", Ed.Harper & Brothers, Nueva York, 1962; traducción "Sociedad, cultura y personalidad", Ed.Aguilar, Madrid, 1973 ] : las culturas se suceden y pasan todas por tres fases, una primera en que se desarrolla lo sacral y el poder de la religión, pero poco a poco gana importancia la ciencia y esa cultura llega a su punto cúlmine, luego la tecnología y -con ella- los factores económicos van ganado importancia, reemplazando los valores de la religión y reduciendo de a poco la importancia de la ciencia, con la cual la cultura va decayendo y llega eventualmente a desaparecer, reemplazada por otra que ha empezado un ciclo parecido y ha adquirido la fuerza suficiente para avasallar la anterior. Así se van formando como olas que se suceden unas a otras.

Pero desde entonces, y gracias a la matemática del caos, hemos aprendido que este mismo fenómeno también ocurre a escala menor: cada ola grande es el producto de sucesivas olas menores tanto sucesivas en una misma zona como simultáneas en regiones vecinas. Son como las búrbujas que forman los bordes del famoso Conjunto de Mandelbrot, la primera demostración gráfica de la reproducción del orden en un conjunto aparentemente caótico.

3.2. Física cuántica
Sólo la física cuántica permite explicar cómo viaja el hombre hacia el pasado y el futuro al mismo tiempo, aunque no disponemos aún de una explicación de porque los muones -o algún otro elemento desconocido que los acompaña- escinden y desplazan de este modo los cuantones que encuentran en su camino. Los muones son unas partículas cósmicas diminutas capaces de atravesar la materia sin dejar huella ni destruir nada, y tan escasas que -según la teoría- sólo pasa una en cada centímetro cuadrado cada mil años. En qué o cómo pueden afectar los cuantones de la materia común si el flujo es más concentrado, no lo sabemos.

Pero, como descubrimos experimentalmente, cuando envíamos un hombre al pasado con el productor de muones, se crean dos versiones en espejo de los cuantones que lo conforman a nivel subatómico: mientras una parte va hacia el pasado, la otra viaja igual cantidad de años hacia el futuro. Por lo experimentado, la que comanda la vuelta, es la imagen futura del agente, porque dispone del colisionador con el inversor del flujo de muones o de un aparato mejorado que cumple la misma función. El del pasado no puede ordenar la vuelta: no hay máquina para él. Pero, en realidad, no la necesita. Cuando el flujo de muones invertido alcanza su imagen futura, se reintegra la totalidad en el presente, conforme a la teoría cuántica. Sin embargo, la misión que importa es la del agente del pasado. El del futuro no tiene, en realidad, nada que hacer salvo ordenar la vuelta. Y, como comparte información con su imagen del pasado, gracias al enlazamiento cuántico, lo pide cuando ésta lo requiere. Todo lo que sabe uno, lo sabe instantáneamente el otro en cuanto pase.

Pero, a pesar de ésto, como lo hemos verificado después, no puede traer información del futuro porque, al volver, el futuro no existe aún. No hay nada que contar; los eventuales "recuerdos" se desvanecen, salvo el del efecto de desdoblamiento. Y solo sabemos de este procedimiento para volver en forma teórica y porque el viajero regresa efectivamente. El día en que un agente no regrese querrá decir que ya no hay máquina. O que lo han matado en el futuro, lo que con suerte podríamos verificar al revisar el pasado, si su existencia -y desaparición- quedó registrada en él, porque su imagen-espejo ahí habría desaparecido también. No se espera ninguna muerte en el pasado porque, salvo un accidente imprevisible, siempre podría ordenar la vuelta.

*

Llegado aquí, Trompel detuvo su lectura. Como periodista, antes de entrar a la Policía Judicial, había cubierto algunas noticias científicas, pero se declaraba totalmente ignorante en materia de física cuántica. Solo sabía que se alejaba notoriamente de la física clásica y que no era fácil comprenderla. ¿Lo que leía tenía visos de realidad o era un mero invento? Le habría gustado saberlo y, por esta razón, decidió dar un paseo por la mayor librería de Bruxelas, la FNAC, en el centro comercial City2. Pensaba que ahí podría encontrar alguna obra de vulgarización. De lo contrario debería ir a la Biblioteca Nacional, donde temía encontrar solamente obras para expertos.

En la FNAC, en el último piso del City2, se acercó a la sección de ciencias, buscando los libros de física. Encontró varios títulos que trataban de cuántica y se preguntó cual sería lo suficientemente simple para que un policía-periodista como él lo entendiese. Estaba empezando a mirar el contenido de los libros, uno tras otro, cuando una mujer se le acercó y le preguntó:
- ¿Interesado en física cuántica?
- Sólo deseoso de aclarar algunos conceptos.
- Si no es físico o experto en matemáticas, no tiene mucho donde elegir.
- No soy ni lo uno ni lo otro. Soy periodista, y más dedicado a la crónica roja actualmente. - (Prefería evitar de presentarse como policía cuando no era indispensable, para establecer una mejor relación).
- Entonces me parece un poco extraño que se interese por la física cuántica. ¿A visto algún muerto que podría haber sido asesinado por un cuantón perdido?
- Dicho así, parece chistoso. Pero efectivamente estoy estudiando un caso en que la víctima parece tener algo que ver con investigaciones en cuántica. Disciplina de la cual no sé nada pero que podría jugar un rol importante en el asunto. ¿Ud entiende de cuántica?
- Estoy cursando licenciatura en física y, aunque parece tan increíble como los postulados de esta ciencia, sí creo entender algo.
- ¿Y me puede recomendar algún libro?
- Se me ocurre uno solo. El ABC para todos los aficionados: "El cántico de la cuántica". Está ahí en el estante. Creo que lo entenderá, o al menos sabrá lo que algunos creen entender. ¿Acaso está interesado en la desaparición del guionista de "Las Curvas del Tiempo"?
- ¿Qué le hace creer ésto?
- Por lo que sé, es el único caso de connotación pública que podría interesar a un periodista y que tiene algo que ver con la cuántica. ¿No se basa todo el asunto del viaje en el tiempo en una explicación cuántica algo espúrea?
- Ha dado en el blanco. Pero no sé si la cuántica es sólo un argumento ficticio de la serie o si tiene más implicaciones. Y espero que el libro me lo aclare.
- Si no lo hace, quizás yo pueda hacerlo. Puede resultar más provechoso hacer preguntas y que un entendido las responda. Mi nombre es Irène Moulins.
- Gracias, señorita. Pero creo que debo leer primero este libro, para saber qué preguntas hacer.
- Entonces, anote mi número de teléfono. Puede llamarme cuando guste, de preferencia después de las siete por cierto, ya que de lo contrario puedo estar en clase... o visitando una librería.

Le dió su número y luego se despidieron. Trompel llevó el libro a la caja y lo pagó. Luego se fue a su oficina. Aunque entendió un poco mejor de qué trataba la física cuántica y, sobre todo, lo extraño que resulta ser en comparación con la física clásica, no logró entender por qué la cuántica podía ser la base de la "reversibilidad del tiempo" que, como pudo leer, fue planteada ya en 1947 por Oliver Costa de Beauregard, aunque Luis de Broglie la calificó de inmediato de "insensata".

5/6/12

Agencia del Tiempo 3.1


Capítulo 3. La Agencia

Cuando Trompel abrió el grueso texto que habían encontrado en el departamento de Gossin, se preguntó si lo que leía era parte del guión o alguna novela de ciencia ficción.

2240 CERN, Proyecto de Sección Histórica - Confidencial

1. Antecedentes

El 11 de septiembre de 2239 se puso en marcha por primera vez un nuevo bucle, más amplio y más poderoso, del gran colisionador de hadrones. Se había trabajado varios años para agregarlo, en los inmensos subterráneos de varios kilómetros que pasan bajo la frontera entre Suiza y Francia. Los nuevos imánes destinados a aprovechar este circuito estaban a punto así como los nuevos generadores de energía, así que se encendió el sistema y las partículas subatómicas empezaron a circular. Cuando se las desvió hacia el nuevo bucle, se produjo un accidente. Un flujo de muones se escapó en línea tangente y atrevesó una de las pequeñas oficinas de control de los imanes. El computador central detectó el escape y apagó el sistema y se descubrió que nadie contestaba en la oficina más cercana al escape. El supervisor enviado ahí no encontró a nadie: el ingeniero que debió estar ahí vigilando el subsistema había desaparecido. No podía haber salido por sus propios medios ya que todos los corredores cercanos estaban vigilados por cámaras de televisión, lo mismo que las oficinas como la suya. Se revisó la grabación y se lo vió desaparecer instantáneamente justo en el momento en que el computador central había registrado el escape de muones.

Pero lo más extraño fue que reapareció en el mismo lugar una par de horas después. Estaba completamente confundido. Declaró que se había encontrado simultáneamente cien años en el pasado y cien años en el futuro. En uno de los dos lugares, parecido a su oficina, le habían dicho que lo estaban esperando: sabían que iba a venir y lo iban a devolver a su época de origen mediante la inversión del flujo de muones. Éste, cuando se produjo por primera vez, lo había hecho viajar en el tiempo en ambas direcciones. Y desde el futuro sabían como enviarlo de vuelta. Preguntó cómo se hacía y le dijeron que no podían darle los detalles porque no podían intervenir en el pasado. Debíamos averiguarlo nosotros y sabían que lo haríamos porque ellos lo sabían hacer desde que nosotros lo habíamos inventado. Debió esperar un tiempo. Lo dejaron sólo en la oficina y luego, de pronto, estaba de nuevo aquí. Pero también dijo que todo estaba algo confuso en su mente. Porque, al mismo tiempo que experimentó este encuentro con gente que decía que era el futuro, se había encontrado en un corredor vacío, que parecía recién excavado y sin terminar. Como no lo reconoció y que se sentía ocupado con la gente que le hablaba en el futuro, no había investigado más.

En los siguientes meses, el colisionador sólo se ocupó en la forma habitual, sin utilizar el nuevo bucle. Los ingenieros se dedicaron a estudiar todos los datos registrados a partir del experimento que produjo el escape de muones. Los expertos en física cuántica participaron en el análisis de los datos y consideraron el relato del ingeniero "muonizado". Llegaron a la conclusión que el bombardeo de muones había causado la partición de todos los cuantos que formaban subatómicamente su cuerpo, enviándolos en dos direcciones opuestas a través del continuum del Tiempo. Así tuvo una experiencia simultánea de dos momentos diferentes, equidistantes, en el pasado y en el futuro. Y su mente, que seguía siendo una sola, registró ambas experiencias. Cuando los operadores del futuro produjeron la corriente inversa de muones, lograron la reintegración de los cuantos y, así, volvió al punto de partida. Este proceso era un descubrimiento aún mayor que el de la desviación temporal de los cuantos y abría la puerta a la posibilidad real de viajar en el tiempo.

2. Objetivos del proyecto

En el ámbito propio del CERN, el descubrimiento anterior obliga a considerar los siguientes objetivos:
1. Desarrollar mecanismos y procedimientos que permitan invertir la operación de "envío" en la dimensión temporal, para recuperar el sujeto desplazado;
2. Investigar y desarrollar una teoría que permita explicar de qué modo el flujo de muones afecta la materia ordinaria en su nivel cuántico y en su estado temporal.

En otro ámbito -que escapa a las funciones propias y a los objetivos asignados al CERN desde su fundación-, se debería considerar que el equipamiento podría ser utilizado para cumplir funciones innovadoras en materia de investigación histórica. Un primer comité, reunido de urgencia con la presencia de calificados historiadores, ha propuesto los siguientes objetivos en este campo:
3. Seleccionar fechas que, por razones de mala información histórica existente en la actualidad, serían de particular interés para la mera observación, con el fin exclusivo de mejorar el conocimiento histórico, y
4. Estudiar también los hechos que podrían servir de experimento para acciones modificadoras de corto alcance o que, incluso, a la distancia, podrían parecer como haber sido el fruto de una intervención de este tipo.

La realización de acciones acordes con estos objetivos quedó sujeta a la confirmación de bases científicas y experimentales que confirmasen la seguridad de tales acciones, elementos que se consignan a continuación.

(Continuación del documento la próxima semana)