15/5/12

Agencia del Tiempo 2.1

Capítulo 2. Desaparición

Bruselas, año 2003

El comisario Jean Servais salió de su oficina de la Policía Judicial y llamó a uno de sus subordinados, el joven detective Joseph Trompel, recién admitido en el servicio.
- Jef, ven conmigo. Nos vamos a la RTB. Tenemos un nuevo caso que va a tener harta publicidad.
- ¿De qué se trata, jefe?
- Acaban de denunciar la desaparición del guionista Jean Gossin, el que creó la serie "Las Curvas del Tiempo".
-¡Sí que habrá publicidad! Es la serie de mayor éxito del momento de la RTB. Anoche ví el cuarto episodio.
- No lo pude ver. Salí muy tarde de la oficina. Ví el anterior, la semana pasada, sobre Juana de Arco. Estaba muy bien documentado y era muy creíble.
- Yo no pude ver ese. ¿Qué pasó?
- Esa vez se supone que un agente del futuro fue enviado para tratar de rescatar a Juana de Arco antes de que la quemasen.
- ¿Y qué ocurrió?
- Que el agente se quedó dormido y llegó tarde. Ya la habían sacrificado. Y cuando volvió a su presente lo enjuiciaron y
lo degradaron. Terminó encargado del mantenimiento de las oficinas. ¿Y sabes cómo se defendió? - ¿Cómo?
- Alegó que la culpa era de sus jefes, porque no le habían permitido llevarse su reloj.
-¡Qué idiota! ¿Cómo pudieron enviar a un tipo así?
- Un poco endeble el argumento del guión, ¿no te parece? La ambientación era magnífica pero, además, la idea de que hubiesen podido salvar a Juana de Arco me parece una absoluta locura.
- ¡Y más aún la explicación del fracaso! ¿Cómo podían pretender cambiar así la Historia?
- Parece que pretenden explicarlo en un futuro capítulo. Pero éste iba a ser el del final de la serie. Y si no aparece el guionista, es posible que no obtengamos nunca esta explicación.
- Bueno, estamos por llegar. Vamos a ver de qué se trata y qué podemos hacer.

Los edificios de la RTB, la televisión belga, están en el bulevar Auguste Reyers. No les había tomado más de unos veinte minutos en el auto de servicio para llegar ahí.

Fueron recibidos de inmediato por Claudine Thielemans, la directora de la RTB, y Pierre Reynders, el jefe de programación.
- Cuéntenme qué pasó. ¿Por qué declarar a Jean Gossin como desaparecido?
- Hace varios días que no lo vemos. Aunque no está obligado a ello por contrato, asiste habitualmente a todas las grabaciones de su serie "Curvas del Tiempo". No nos preocupamos antes ya que su presencia no era indispensable. Pero ayer a más tardar debía entregar el guión de un nuevo capítulo. Y no apareció. Ésto nos pareció definitivamente extraño. Hoy tampoco apareció para la grabación y debería haber venido a revisar la edición final del capítulo de la próxima semana. Por ello estamos seguros de que algo le ocurrió. Más aún porque nos llegaron amenazas por el capítulo sobre el rey Leopoldo. Los familiares de Pierlot, el jefe del gobierno belga en el exilio en Londres, protestaron vigorosamente por la acusación de que él habría ordenado el asesinato del rey. Acabamos de publicar una declaración recalcando que la serie es de ciencia ficción y no tiene ninguna pretensión histórica.
- ¿Llamaron a la casa de Gossin?
- Obviamente. Empezamos por ahí, ayer en la tarde. Nadie contestaba, ni siquiera el contestador automático que usaba habitualmente cuando estaba ausente. Probamos de nuevo hoy y ocurrió lo mismo. Por ésto llamamos a la policía.
- Correcto. Vamos a ir a visitar su casa. Luego volveremos aquí de ser necesario. ¿Nos puede facilitar la dirección?
- Es 19 avenida de los Galos, al lado del parque del Cincuentenario.
- Sí, la ubico -dijo Trompel-. He vivido cerca de ahí.
- Antes de irnos: ¿Gossin tiene una oficina aquí?
- No. Concurría donde debía estar para la realización, pero escribía en su casa.
- ¿Cuando empezó?
- Hace casi un año: nos trajo el concepto de la serie y el guión del piloto. Dijo que tenía ya planeados diez episodios. El comité de programación aprobó la idea y se realizó el piloto a fines del año pasado para la evaluación final. Se aprobó y se incluyó en el plan del presente año. Como posiblemente saben, ya hemos emitido cuatro episodios.
- ¿No había colaborado antes con la RTB?
- No. Nos era desconocido.
- ¿Y lo aceptaron tan fácilmente?
- No es tan fácil como parece suponer. Debe tener un curriculum adecuado y el proyecto debe estar bien afiatado para que el comité de programación lo acepte y permita realizar un piloto. Los costos no son insignificantes. Pero todo era muy convincente.
- De acuerdo. Volveremos sobre ésto de ser necesario. Ahora nos vamos a su casa.¡Hasta luego!
-¡Hasta luego comisario! Estamos a su disposición. Ojalá lo encuentren porque de lo contrario tendríamos grandes dificultades para terminar la serie. Aún faltan varios capítulos.

Desde el bulevar Reynders era muy fácil y rápido llegar hasta la avenida de los Galos. Así, menos de diez minutos después se estacionaban en esta avenida. El 19 era un edificio de tres pisos con tres pequeños departamentos por pisos. Al preguntar al conserje supieron que se arrendaban amoblados por mes, en su mayoría a funcionarios de las Comisiones Europeas que sólo pasaban ahí algunos meses al año. Como nadie contestaba en el departamento de Gossin, el conserje les facilitó una copia de la llave, de la que disponía para permitir la entrada de los empleados encargados de la limpieza de los vidrios. Confirmó que no había visto al señor Gossin desde el fin de semana anterior.

Servais y Trompel entraron en el departamento. Había una pequeña cocina frente a la puerta, formando un pasillo que llevaba al salón-comedor, separado del dormitorio por una cortina. La única puerta, aparte de la entrada, daba de ahí a un pequeño baño. Todo estaba en perfecto orden. Pero las estanterías de libros estaban vacías y el escritorio se veía casi vacío: sólo tenía un computador portátil y debajo, en un cajón, un grueso texto anillado, aparentemente producido por una impresora de computador, con el escueto título "Agencia del Tiempo - Sección Histórica - Confidencial".

Trompel conectó y encendió el computador. Se encendió la pantalla pero no apareció nada en ella. Un disco ronroneó y luego se detuvo. La pantalla siguió en negro.
- Parece que no hay nada en el disco duro. No se carga ni siquiera la interfaz -le dijo a su jefe-.
- Tendremos que pasarlo a los técnicos, para ver si pueden recuperar algo. Nos llevaremos también ese texto. Parece que no hay nada más, salvo un terno, un par de camisas y ropa interior en el closet. Llamaré a la unidad técnica para que busquen huellas y que se lleven la ropa para analizarla. Pero dudo mucho que haya habido aquí incursión de terceros.