16/3/10

La conspiración 1.2.

La semana siguiente ...

- Jefe: ya asistí a tres reuniones. Repiten bastante sus invectivas contra los políticos tradicionales y el gobierno actual. Y proponen una reforma del sistema educativo para enseñar a los niños los valores de la igualdad y la solidaridad. Dicen que se ha desarrollado un sistema pedagógico estupendo en Brasil, llamado "concientización", y que probó su eficacia en América Latina. Voy a buscar más antecedentes.
Al final de la reunión les dije que era incómodo tener que venir de Bruselas cada semana pero que me gustaría seguir participando. Me dijeron que si me inscribía en el partido, podría participar de la célula de Bruselas y ayudarlos a conseguir más simpatizantes. Me pasaron u formulario de inscripción y me dijeron que lo enviara a la dirección del partido que ahí aparece. Luego me avisarían cuando y donde asistir. ¿Qué le parece?
- Creo que sería bueno que te inscribieras, para seguir infiltrándote.
- Hay otra cosa que me inquieta: en cada reunión había un asistente de facciones árabes. Y siempre se mantuvo muy atento y totalmente callado. La última vez traté de ser el último en salir para averiguar sobre éste pero no pude: se quedó ahí. Esperé afuera, cuando todos ya habían salido. Pero un cuarto de hora más tarde no había salido aún. No pude quedarme más, porque no había escondite seguro y seguir paseando en la acera habría parecido sospechoso.
- Me parece que ésto podría interesar a la Dirección de Seguridad DST. Sobre todo si, al mismo tiempo, siguen expresando malas intenciones para con las autoridades. Les voy a enviar la información. Pero entonces, creo que sería bueno que vuelvas una vez más a Lieja, llevando alguién que luego te reemplace y se infiltre allá. Podría ser alguién de la DST, son menos conocidos que nuestros hombres de allá: así les pasamos la investigación en provincia y seguimos viendo lo que ocurra en Bruselas.

Trompel encontró en la WWW que la "concientización" era un procedimiento pedagógico desarrollado por el brasileño Paulo Freire. La principal obra de Freire es "Pedagogía del oprimido" (1969), donde sienta las bases de la "educación liberadora", la cual pretende una suerte de reencuentro de los seres humanos con su dignidad de creadores y partipantes activos en la cultura que los configura. Apunta esencialmente a los adultos, principalmente analfabetas, a los cuales lleva, al mismo tiempo que aprenden a leer y escribir, a analizar su realidad mediante una reflexión grupal. En este análisis, se buscan las causas que inciden en un estado determinado de la cultura y se detectan las inercias y fuerzas que impiden la expresión y realización de las personas. El énfasis se pone en las "contradicciones fundamentales", como las relaciones "explotadores-explotados", capital versus trabajo, etc., lo cual parece fuertemente inspirado por la dialéctica marxista. Todo ésto lleva a concebir la necesidad de una revolución de concepción idealista y bastante romántica, sin un análisis de las contradicciones y de los riesgos de esta propuesta y sin una discusión del concepto y del modo de operar de la democracia.

El mismo sitio donde el detective encontró esta explicación señala que algunos de los principios expuestos por Freire siguen siendo utilizados en organizaciones de extrema izquierda para organizar la formación de sus militantes y el debate político, especialmente de los que no tienen muchos estudios y que podrían ser acallados por militantes más fogueados.

En la primera reunión a la que fue invitado en Bruselas, se le informó a Trompel sobre la organización y el modo de funcionamiento del partido. Todos los grupos de base contaban con doce a quince personas y eran llamados "células". Cada grupo elegía un delegado y doce a quince delegados formaban una nueva célula que, a su vez, elegía un delegado, y así sucesivamente, hasta el comité directivo. Así las bases estaban representadas hasta la cumbre y ésta, de vuelta, hasta la base. Los delegados podían ser cambiados en cualquier momento por sus compañeros. El partido se presentaba así como sumamente democrático pero, como advirtió Trompel, también era un mecanismo que protegía el secreto e impedía las comunicaciones horizontales. Algo propio -y copiado sin duda- del sistema soviético. Sospechoso a los ojos de la policía.

A la tercera reunión asistió el presidente del partido, Martin Daems. Cuando se le presentó a Trompel lo felicitó por sus artículos en el diario La Dernière Heure.
- Han sido muy buenos sus artículos, muy ponderados y adecuadamente neutrales. Me parece que es ud un buen periodista. Necesitamos gente como ud en el partido. ¿Qué le parece si lo invitamos a algunas reuniones de la directiva, cuando tratamos temas de propaganda? Nos podría dar algunos consejos ... y, al mismo tiempo, podría tener acceso a una que otra exclusiva...
- Me parece fantástico -contestó el detective, que no podía creer su buena suerte-. Estaré encantado de colaborar.
- Tenemos su dirección. Le avisaremos por e-mail, esperando que esté disponible en el momento señalado.
- Haré todo lo que esté en mi poder para asistir. (¡Y por cierto que no faltaría: era ese su trabajo!)