Cuando Remi salía de la oficina de Riderelli, una mujer esperaba en la tienda y entró enseguida.
- « !Olivia, querida, qué gusto verte por aquí! ¡Pensaba que estabas siempre en Europa! ¿Qué te trae? »
- « Digamos que tenía 'saudade'. Y te traigo un lindo cuadro que uno de mis amigos del Prado me ofreció gentilmente. Me hiciste esperar, querdido. ¿Uno de tus pequeños negocios privados? »
- « Un turista belga llamado Ducquet recomendado por un amigo de Lima. Logré venderle dos pequeñas piezas al mejor precio. »
- « ¿Dices Ducquet? Conozco este nombre. Es un anticuario de Bruselas. Pero es extraño: corre allá el rumor de que fue asesinado hace varias semanas... »
- « ¿Qué hace aquí entonces? ¡Qué raro! Pero no discutamos de ésto aquí. Vayamos a mi casa, estaremos más cómodos y podrás contarme todos los chimes de allá. »
Salieron entonces, tomaron el coche del anticuario y se fueron a su casa. En el camino, la mujer habló de sus viajes en Europa y de los negocios que había realizado.
- « ¿Sólo vienes a pasar algunos días? » preguntó Riderelli.
- « Creo que me voy a quedar algún tiempo. El clíma no es muy bueno para mí en este momento en Europa. »
- « Pensaba que estabas instalada allú. ¿No habías comprado un departamento en París? »
- « Lo tengo siempre, pero más vale no estar allá. Debido a un importante robo de obras del museo del Louvre destinadas a un exposición en Dubai, la policía francesa está investigando la red con la cual me contactaba. Acabo de saber que allanó la galería Artecal de Luxemburgo. Si descubre que es un centro de tráfico la cosas serán aún más complicadas. ¡Más vale estar lejos! »
- « ¿Artecal? ¿Bajo investigación? ¡Ésto cambia todo para mí! »
- « ¿Conoces Artecal? ¿Tenías relaciones con ellos? ¿Por qué no pasaste por mí? »
- « La historia es larga. Llegamos. Entremos y tomemos un trago. Refrescáte si quieres y luego te cuento. »
Entraron y se instalaron en el salón. Riderelli sirvió un coñac a su amiga.
- « ¡Cuéntame pues! Parecías sorprendido y ahora preocupado. ¿Qué ocurre? »
- « Me temo que los problemas se te adelantaron. A mediados de agosto un representante de Artecal llegó a mi tienda, recomendado por un contacto de Quito. Me ofreció los servicios de su galería para que aprovechemos su red en Europa porque querían abrirse a América del Sur. Mi financista colombiano estaba causalmente aquí y quiso aprovechar la ocasión. Le hablé de tí, pero no quería un latinoamericano allá. Decía que un latino sería facilmente sospechoso. Me ordenó por lo tanto utilizar todos los medios para explotar Artecal. Pero para ésto había que tratar con el patrón. Me exigió por lo tanto que retuviese al representante como medio de presión para que su jefe venga aquí, para convenir con él el modus operandi. Pero no vino el dueño sino el gerente. Así que ayer hemos soltado al representante para que vaya a convencer al dueño de venir, reteniendo ahora el gerente. Está en la casita que tengo en San José de Maipo. »
- « ¿El gerente es Müller, supongo? Si vino mientras la policía lo investiga quiere decir que sospechan algo y que también te están investigando. ¡Mala cosa! »
- « Entonces, que se presente justamente hoy otro belga que se hace pasar por un comprador conocido es también sospechoso. Voy a cerrar la tienda por unos días, para cortar el contacto con él. Quizás nos convenga salir de Santiago por algún tiempo. Podríamos ir a mi departamento de la costa o bien perdernos en la naturaleza y hacer un poco de prospección en terreno. »
- « ¡Debes tener alguna idea escondida si hablas de ir a terreno! »
- « En efecto. Uno de mis contacto en el departamento de arqueología de la Universidad de Chile me ha contado que uno de los profesores acababa de volver de una expedición en las gargantas del río Loa y que encontró las ruinas de un pueblito prehispánico que habría sido un centro agrícola y minero. No trajo nada porque no tenía tiempo ni equipo para iniciar excavaciones. Podríamos sin duda encontrar su guía y adelantarnoslo para recoger algunos recuerdos. ¿Qué dices? »
- « Puede ser una buena idea. ¿Pero qué harás con Müller? ¿Y si llega el patrón de Müller? »
- « Romero puede ocuparse de ésto. Este tipo nos hizo esperar tanto que le pagaremos con la misma moneda. Y si no viene, nos desharemos de Müller a la vuelta. »
El día siguiente, el detective encargado de vigilar la tienda vió que ésta se mantuvo cerrada. Dió una vuelta y se acercó como si fuese un cliente. En la puerta había un aviso que rezaba "Cerrado hasta nueva orden por razones de salud". Avisó de inmediato al comisario Figueroa por la radio de su auto. Éste avisó a Carrasco que pasó la información a Remi. Un poco más tarde se reunieron los tres para hacer un balance.
- « La tienda está cerrada. Es evidente que la venta no tendrá lugar. ¿Qué es lo que pudo alertar a Riderelli? ¡Oigamos la grabación de lo que pasó ayer! » sugirió Figueroa.
Escucharon la grabación de la conversación del anticuario con Remi y luego con la mujer con la que se había cruzado.
- « ¿Dió el nombre de Ducquet? » dijo Figueroa a Remi.
- « ¡Claro, no iba a dar el mío! Dar el nombre de un verdadero traficante me pareció útil para explorar el terreno. De haber conoocido la fama de Ducquet, habría reaccionado, pero no parecía conocerlo. Y nunca se ha publicado que se trataba de un asesinato. »
- « En efecto, no dió señales de conocerlo. Pero tuvimos mala suerte: justo llegó esa mujer que lo conocía. Y dijo que había sido asesinado. »
- « Algún contacto debe tener en el ambiente. Es muy posible que van Hasselt, el patrón de Müller, esté implicado en ese hecho. Y por ésto mismo es imposible que venga aquí. Lo cual complica la situación de Müller y él lo debe saber. »
- « Bien. No podremos pescar a Riderelli entregando obras robadas. Pero tenemos su testimonio y la grabación. Además, hemos detectado a otra traficante. Están comparando la foto que le tomamos ayer con los archivos. La enviaremos también a Interpol. Como llega de Europa, puede que la conozcan allá. El equipo de Tomás Moro indicó que Riderelli condujo la mujer a su casa. Seguiremos vigilándolos. Es una pena que no hemos podido colocar micrófonos en la casa. Esperaremos un nuevo movimiento de Riderelli para decidir qué hacer. »
- « !Olivia, querida, qué gusto verte por aquí! ¡Pensaba que estabas siempre en Europa! ¿Qué te trae? »
- « Digamos que tenía 'saudade'. Y te traigo un lindo cuadro que uno de mis amigos del Prado me ofreció gentilmente. Me hiciste esperar, querdido. ¿Uno de tus pequeños negocios privados? »
- « Un turista belga llamado Ducquet recomendado por un amigo de Lima. Logré venderle dos pequeñas piezas al mejor precio. »
- « ¿Dices Ducquet? Conozco este nombre. Es un anticuario de Bruselas. Pero es extraño: corre allá el rumor de que fue asesinado hace varias semanas... »
- « ¿Qué hace aquí entonces? ¡Qué raro! Pero no discutamos de ésto aquí. Vayamos a mi casa, estaremos más cómodos y podrás contarme todos los chimes de allá. »
Salieron entonces, tomaron el coche del anticuario y se fueron a su casa. En el camino, la mujer habló de sus viajes en Europa y de los negocios que había realizado.
- « ¿Sólo vienes a pasar algunos días? » preguntó Riderelli.
- « Creo que me voy a quedar algún tiempo. El clíma no es muy bueno para mí en este momento en Europa. »
- « Pensaba que estabas instalada allú. ¿No habías comprado un departamento en París? »
- « Lo tengo siempre, pero más vale no estar allá. Debido a un importante robo de obras del museo del Louvre destinadas a un exposición en Dubai, la policía francesa está investigando la red con la cual me contactaba. Acabo de saber que allanó la galería Artecal de Luxemburgo. Si descubre que es un centro de tráfico la cosas serán aún más complicadas. ¡Más vale estar lejos! »
- « ¿Artecal? ¿Bajo investigación? ¡Ésto cambia todo para mí! »
- « ¿Conoces Artecal? ¿Tenías relaciones con ellos? ¿Por qué no pasaste por mí? »
- « La historia es larga. Llegamos. Entremos y tomemos un trago. Refrescáte si quieres y luego te cuento. »
Entraron y se instalaron en el salón. Riderelli sirvió un coñac a su amiga.
- « ¡Cuéntame pues! Parecías sorprendido y ahora preocupado. ¿Qué ocurre? »
- « Me temo que los problemas se te adelantaron. A mediados de agosto un representante de Artecal llegó a mi tienda, recomendado por un contacto de Quito. Me ofreció los servicios de su galería para que aprovechemos su red en Europa porque querían abrirse a América del Sur. Mi financista colombiano estaba causalmente aquí y quiso aprovechar la ocasión. Le hablé de tí, pero no quería un latinoamericano allá. Decía que un latino sería facilmente sospechoso. Me ordenó por lo tanto utilizar todos los medios para explotar Artecal. Pero para ésto había que tratar con el patrón. Me exigió por lo tanto que retuviese al representante como medio de presión para que su jefe venga aquí, para convenir con él el modus operandi. Pero no vino el dueño sino el gerente. Así que ayer hemos soltado al representante para que vaya a convencer al dueño de venir, reteniendo ahora el gerente. Está en la casita que tengo en San José de Maipo. »
- « ¿El gerente es Müller, supongo? Si vino mientras la policía lo investiga quiere decir que sospechan algo y que también te están investigando. ¡Mala cosa! »
- « Entonces, que se presente justamente hoy otro belga que se hace pasar por un comprador conocido es también sospechoso. Voy a cerrar la tienda por unos días, para cortar el contacto con él. Quizás nos convenga salir de Santiago por algún tiempo. Podríamos ir a mi departamento de la costa o bien perdernos en la naturaleza y hacer un poco de prospección en terreno. »
- « ¡Debes tener alguna idea escondida si hablas de ir a terreno! »
- « En efecto. Uno de mis contacto en el departamento de arqueología de la Universidad de Chile me ha contado que uno de los profesores acababa de volver de una expedición en las gargantas del río Loa y que encontró las ruinas de un pueblito prehispánico que habría sido un centro agrícola y minero. No trajo nada porque no tenía tiempo ni equipo para iniciar excavaciones. Podríamos sin duda encontrar su guía y adelantarnoslo para recoger algunos recuerdos. ¿Qué dices? »
- « Puede ser una buena idea. ¿Pero qué harás con Müller? ¿Y si llega el patrón de Müller? »
- « Romero puede ocuparse de ésto. Este tipo nos hizo esperar tanto que le pagaremos con la misma moneda. Y si no viene, nos desharemos de Müller a la vuelta. »
El día siguiente, el detective encargado de vigilar la tienda vió que ésta se mantuvo cerrada. Dió una vuelta y se acercó como si fuese un cliente. En la puerta había un aviso que rezaba "Cerrado hasta nueva orden por razones de salud". Avisó de inmediato al comisario Figueroa por la radio de su auto. Éste avisó a Carrasco que pasó la información a Remi. Un poco más tarde se reunieron los tres para hacer un balance.
- « La tienda está cerrada. Es evidente que la venta no tendrá lugar. ¿Qué es lo que pudo alertar a Riderelli? ¡Oigamos la grabación de lo que pasó ayer! » sugirió Figueroa.
Escucharon la grabación de la conversación del anticuario con Remi y luego con la mujer con la que se había cruzado.
- « ¿Dió el nombre de Ducquet? » dijo Figueroa a Remi.
- « ¡Claro, no iba a dar el mío! Dar el nombre de un verdadero traficante me pareció útil para explorar el terreno. De haber conoocido la fama de Ducquet, habría reaccionado, pero no parecía conocerlo. Y nunca se ha publicado que se trataba de un asesinato. »
- « En efecto, no dió señales de conocerlo. Pero tuvimos mala suerte: justo llegó esa mujer que lo conocía. Y dijo que había sido asesinado. »
- « Algún contacto debe tener en el ambiente. Es muy posible que van Hasselt, el patrón de Müller, esté implicado en ese hecho. Y por ésto mismo es imposible que venga aquí. Lo cual complica la situación de Müller y él lo debe saber. »
- « Bien. No podremos pescar a Riderelli entregando obras robadas. Pero tenemos su testimonio y la grabación. Además, hemos detectado a otra traficante. Están comparando la foto que le tomamos ayer con los archivos. La enviaremos también a Interpol. Como llega de Europa, puede que la conozcan allá. El equipo de Tomás Moro indicó que Riderelli condujo la mujer a su casa. Seguiremos vigilándolos. Es una pena que no hemos podido colocar micrófonos en la casa. Esperaremos un nuevo movimiento de Riderelli para decidir qué hacer. »