28/4/09

Artecal 2.5.

En Inglaterra, Abril llegó al albergue del Faisán Dorado en la mañana del sábado acompañada de Enero. Habían tomado separadamente el tren que salía de Londres y se habían reunido en la estación de Ipswich. Una hora más tarde llegaba Febrero a bordo de un Aston Martin arrendado. Almorzaron juntos en el comedor del albergue, y acordaron encontrarse a las cinco de la tarde, como de costumbre, en las ruinas de la cercana abadía. El mes de septiembre era clemente y había una buena cantidad de turistas almorzando en la sala. Nadie les prestaba atención, excepto una pareja que los observaba discretamente yque había llegado poco después de Febrero.

Hacia las tres llegaba Mayo, que venía de Alemania y había tenido que cruzar el cana de la Mancha en barco a primera hora. Había arrendado un auto en Dover, para ir a Ipswich sin pasar por Londres. Poco después de las cuatro, todos se fueron en pequeños grupos separados hacia la abadía. En una pequeña colina, había bancos que permitían observar las ruinas del siglo XII, bastante bien conservadas, qui atraían aún algunos turistas. Enero, de quién nadie conocía el nombre real ni la nacionalidad, presidía la reunión y abrió la discusión.

- « Abril, Ud. nos convocó urgentemente. Explíquenos porqué. Pero veo que Junio no ha llegado. ¿No lo invitó? »
- « Lo llamé como a todos Uds. » contestó. « Pero su contestadora decía que había salido de vacaciones. Es su señal de alarma. Ésto confirma lo que llevó a Marzo a pedir esta reunión. Marzo, ¿tú explicas? »
- « En efecto. Junio me dejó hace unos días un mensaje en mi contestadora. Me decía que la policía nos vigilaba a él y a mí y que me fuese. Salí de mi casa y ví que había efectivamente un coche de la policía estacionado cerca. Maté al agente, cambié de disfraz y me vine a Londres. Nadie me ha visto. Avisé a todos los clientes londinenses de Artecal que conozco de que no vulevan a contactar a la galería. Después del desastre de Francia, si la red belga está en entredicho creo que la cosa es grave y merece un análisis de nuestro grupo. »
- « No hay ningún desastre en Francia » alegó Febrero, que era el encargado de ese país.
- « ¿No? ¿Cómo describe lo que pasó con su red? » preguntó Enero.
- « Mi red no ha sido destruida. Está congelada. Solo algunos clientes han sido arestados. Dejemos pasar un poco de tiempo y podremo reactivarlo. »
- « ¿Ud. cree ésto? ¿Después de la muerte de Ducquet y con Junio quizás arrestado? »
- « Creo que Junio será efectivamente detenido, si no lo está ya. » dijo Mayo. « Ayer, el diario televisado de Tele-Luxemburgo anunció que habían descubierto un comercio ilegal de arte en la galería Artecal. La policía no tardará en saber que Junio es el dueño. Quizás ya lo sabía al entrer ahí. »
- « ¿Pero cómo pudo saber Junio que él y Ud., Marzo, estaban vigilados? » preguntó Enero. « Uds. se reunieron en un lugar público? »
- « Junio me citó urgentemente en el zoológico de Amberes. Hablamos unos minutos. Estaba seguro de que Verbiest, el negociante en diamantes con quién trabaja, había descubiert que manejaba otro negocio, creyendo quizás que se trataba de tráfico de iamantes. Sabía que yo había eliminado Ducquet sin dejar huella y quería que hiciese lo mismo con Verbiest. Éste me conocía y me recibiría sin problema ya que le había servido varias veces como detective privado para calificar las legitimidad de algunas ofertas que recibía. Todo ocurrió como convenido. Pero quizás no hayan visto juntos en el zoológico, aunque no sé porque él o yo hayamos sido ya vigilados antes. A no ser que Verbiest haya avisado a la policía de sus sospechas. »
- « Es lo más probable. Deben haber estado vigilando a Junio. Y la muerte de Verbiest habrá acelerado las cosas. Todo el personal de Verbiest debe haber sido interrogado y Junio debe haber encontrado el modo de avisarle. Había que saber ahora si la policía encontró en Luxemburgo algo que nos incrimine. Si la televisión habló de tráfico queda claro que encontraron registros. ¿Sabe alguno de Uds. cómo Junio codificaba sus contactos? » preguntó Enero.

Nadie lo sabía.

- « Otro factor de riesgo es el hecho que Junio delegaba todo en su gerente. Müller, como se llama, conoce sin dudas los códigos y podría revelarlos a la policía para salvar su pellejo. Sobretodo si se establece un vínculo entre Junio y la muerte de Verbiest » hizo notar Mayo, que era más cercana a a van Hasselt, alias Junio.
- « Lo cual significa que los polis podrían encontrar a buena parte de nuestra gente, donde sea. »
- « Hagan como en Francia » sugirió Febrero. « Congele todo. Hagan desaparecer a los contactos. »
- « No tenemos los libros. No sabemos quienes están mencionados en ellos. No es congelar lo que sugiere, francés, es hacer una carnicería y quedarse sin red. Ud. tenía la lista de los compradores de las obras del Louvre y bastaba con desconectar a aquellos y decir a los demás que se limitaran al comercio legal. Los suyos pueden estar ahora en peligro tanto como los otros. » dijo Mayo.
- « Solo podemos hacer una cosa » concluyó Enero. « Decir a todos que destruyan sus libros y dejen de operar, sin contactos, compras ni ventas hasta nueva orden. Incluso tomar vacaciones podría ser un riesgo: ¿se imagina un centenar de anticuarios tomando vacaciones juntos en esta fecha? Sería sin duda sospechoso y llamaría la atención. ¿Están de acuerdo? »

Todos se mostraron de acuerdo y la reunión de dió por finalizada. Los participantes se alejaron en diferentes direcciones antes de volver al albergue. Enero hizo seña a Marzo para que se quedase y los dos se fueron después juntos por el camino de la abadía.

Mientras tenían esta reunión, un motociclista se juntaba en el albergue con uno de los integrantes de la pareja que los había observado durante el almuerzo y recibía de éste un rollo de fotos.

Cuando todos estuvieron fuera de la vista, Enero se dirigió a Marzo.

Cuando los otros estuvieron fuera de la vista, Enero se dirigió a Marzo.
- « No me gusta el comportamiento de Febrero. Es demasiado presuntuoso. ¿Es él quién pidió que se eliminara a Ducquet, no es cierto? »
- « Así es. Cería que la policía francesa estaba sobre la pista de Ducquet. Y de ahí llegarían hasta él. Y también a Artecal, por cierto. »
- « Pero si lo que dice de su red es verdad, no tiene por qué preocuparse por Ducquet. Que yo supiera, éste no había comprado objetos del Louvre. Y si la policía encontró sus libros, parece que no entendió sus códigos porque ninguno de sus contactos ha sido tocado. Salvo Artecal, esta semana, pero está muy alejado en el tiempo del robo del camión en Marsella. Me parece más probable que la causa sea la denuncia de Verbiest. ¿Cuándo murió éste exactamente? »
- « El primero de septiembre. »
- « ¿Y cuando te habías encontrado con van Hasselt? »
- « El 21 de agosto. »
- « Así que la policía había sido alertada antes del 21 de agosto. Ésto me confirma que el problema debe haber surgido de Verbiest y que vigilaban a van Hasselt. Éste tenía razón pero llegaste demasiado tarde. Si él y Müller están detenidos, no podemos hacer nada. Pero lo que me molesta es Febrero. Habría que hacer algo, pero no demasiado visible, al menos en Inglaterra: no quiero atraer la atención de Scotland yard. »
- « ¿En qué estás pensando? »
- « Impedirle de actuar de una manera simple. Por ejemplo impedirle que abandone Inglaterra y vigilarlo. »
- « ¿Sabes cómo llegó hasta aquí? »
- « Llegó desde Madrid por el puente aéreo de Iberia. »
- « Yo podría llamar a Iberia y anular su reservación para el regreso. Y le podría dejar un mensaje en el aeropuerto ordenándole contactar a Abril. »
- « Es perfecto. Hablaré con ella para que sepa que hacer. En cuanto a tí, vigílalo sin que lo sepa. Me quedaré uno días en Londres. Encontrémonos el lunes en la noche donde acostumbramos. »