Servais hizo una búsqueda en su computador, conectado a la red de los tribunales de justicia.
- No aparece ninguna denuncia ni en comisarías ni en fiscalías. Así que el asesino no puede tener una fuente policial o en los tribunales.
- ¿Revisaste la lista de denunciados del arzobispado? El padre Rik Devillé ha registrado 300 quejas por abusos de sacerdotes entre 1992 y 1998. Y se siguen recibiendo denuncias.
- No tenemos este antecedente, al parecer. Sin duda esta lista no es pública.
- Pero el asesino la podría haber conseguido de algún modo. Deberíamos conseguirla y cotejarla. Se formó una comisión a cargo de un psiquiatra para recibir y analizar estas denuncias y hay un correo electrónico para comunicarse. Pidémosla.
- De acuerdo. Encárgate. Pero tenemos la confirmación de que nuestro asesino viaja. Tenías razón: es un asesino serial viajero. Se desplaza constantemente: se fue ahora de Tongre a Wavre, y son 97km. En consecuencia, es muy dudoso que tenga un buen conocimiento de los lugares en que actúa. Ésto explica el tiempo que transcurre entre un crimen y otro: responde a su necesidad de conocer estos lugares. Lo más probable es que visite previamente cada parroquia y contacte al párroco bajo algún pretexto, para conocer su residencia, antes de volver para cometer su crimen y escapar hacia otro destino.
- Un asesino serial escapa normalmente con rapidez del lugar del suceso. Es sin duda el caso, pero el que se las arregle para que una foto llegue al puesto de policía local es atípico e indica cierto atrevimiento.
- Pero esta gente acostumbre llevarse algún objeto que le recuerde su crímen, como trofeo. Quizás las fotos sean para él el equivalente.
- Es posible, pero su envío es un desafío desacostumbrado. No hemos podido determinar aún como hace para entregar las fotos, y ésto prueba también que se considera inteligente sino superior. Más aún porque ha de pensar que podríamos tener la lista de sus posibles víctimas, aunque no sea el caso.
Un par de horas más tarde, Trompel volvía con la información acerca de los sacerdotes acusados:
- El padre Devillé me dijo que las únicas copias que él hizo las entregó solamente a los obispos, en su reunión plenaria. Tiene el original bajo llave e hizo personalmente las fotocopias. Nunca usó su computador, por lo que no puede haber sido hackeada. La única fuente posible es alguién que haya tenido acceso a la lista en algún obispado.
- Los encargados del teléfono de Lemie acaban de confirmarme que su esposa llamó de un lugar cercano a Wavre. Y utilizaba un celular no registrado, no el suyo, o sea posiblemente un aparato desechable comprado por su secuestrador.
- ¿No te parece una coincidencia curiosa que la señora Lemie haya trabajado a veces en el obispado de Lieja, que desapareció cuando fue asesinado el párroco de Santa Gertrudis y que llama por teléfono siempre de un lugar cercano a un nuevo asesinato?
- En efecto. Estaba pensando lo mismo. Hubo un llamado cerca de Chièvre, o sea de Tongre, y ahora cerca de Wavre. Todo indica que el asesino la secuestró y la lleva consigo. Pero, como dices, es posible que ella misma sea la fuente de su información. Y, por lo tanto, que no se trate de un secuestro sino de una complicidad. Tendremos que obtener más información sobre ella.