13/9/11

Vacaciones - 1.2

A su llegada, el recepcionista le recomendó desconfiar de las jóvenes que se presentaban en los sitios turísticos para ofrecerle varios servicios. Para que esté mejor prevenido, le entregó una copia de un artículo publicado pocos días antes en el diario "La Reforma":
  • "Las Panteras", jóvenes y temibles mujeres al servicio de los narcos mexicanos
    El grupo criminal de "Los Zetas", brazo armado del Cartel del Golfo, abrió un nuevo componente delictivo en su organización, que está integrado exclusivamente por mujeres. Se trata del grupo "Las Panteras", conformado por jóvenes de entre 18 y 30 años encargadas de contactar y sobornar policías, militares, gobernadores, políticos y cualquier autoridad o personas civiles con las que se quiera hacer un "acuerdo" para beneficio de la organización. "Los Zetas" es la primera organización criminal que recluta mujeres para sus diversas actividades criminales como extorsión, lavado de dinero, cohecho, secuestro, piratería, traslado de drogas, trata de blancas, tráfico de personas, pornografía y pago a proveedores. Muchas, las que tienen mayor belleza y educación, se han logrado infiltrar en parte de la clase empresarial y política. Otras están dedicadas a las tareas de campo, como el secuestro o incluso el asesinato. Un ejemplo claro es el caso de María del Pilar Narro López, la "Comandante Bombón", jefa de un grupo de "Panteras", sindicada por la Procuraduría General de la República como sospechosa del crimen del general Mauro Enrique Quiñones [detenida el 9 de febrero 2009 en Cancún]. También está el caso de Cantalicia Garza Azuara, "La Canti" o "La Reina del Golfo", arrestada el 17 de abril de 2007. La mujer era operadora de una célula del cartel del Golfo dedicada al lavado de dinero y al tráfico de droga, armas y personas. Actualmente está siendo procesada en un juzgado de Tamaulipas. [Estos datos son reales.]

Después de refrescarse, consultó algunos volantes de información turística también recibidos al llegar al hotel y descubrió que la ciudad no había sido fundada realmente sobre la antigua capital azteca, Tenochtitlán, sino sobre la ciudad gemela de Tlatelolco, donde estaba le mercado más importante de la región.

Como era la hora de almuerzo, se fue al restorán "Los Girasoles" y decidó probar la cocina mexicana. Cuando entró, vió que la mayor parte de las mesas estaban desocupadad pero, cuando quizo sentarse a una, el mozo le dijo que todas estaban reservadas. Recordó entonces que se le había advertido que, en este país, se requería dar propina para todo, la llamada "mordida". Le dió dos dólares al mozo y esté le indicó la mesa que "estaba reservada para él".

De entrada se le ofreció un taco de verduras con carne molida. Descubrió que había que ser experto para que no se cayera el relleno y que la masa no se rompiera en un lugar inadecuado. Luego ordenó un bistec a la mexicana, en que la carne venía acompañada de pequeños plátanos fritos, toamtes, cebollas y chile... que el detective prefirió olvidar después del primer bocado. Era tan picante que se trago de golpe todo su vaso de cerveza y pidió enseguida otro. Separó la carne, los trozos identificables de tomates así como los plátanos y los comió regándolos copiosamente con cerveza. Juró entonces recurrir solamente a menús "internacionales". El postre fue felizmente más agradable: un tamal dulce, hecho de harina, almendras, pasas y nueces, servidos en una hoja de plátano.

Luego se fue a la Plaza de las Tres Culturas, una de las más significativas de la Ciudad de México, en que se reflejan tres importantes etapas de la historia del país: la prehispánica, la colonial y la contemporánea. Estas etapas se plasman en las construcciones que conviven entre sí en dicho espacio, la zona arqueológica de Tlatelolco, con los restos de  templos y palacios que atestiguan la importancia del lugar antes del siglo XVI. Tlatelolco estuvo ubicada en un extremo de una de las mayores islas del Lago de Texcoco, próxima a Tenochtitlan, la gran capital azteca. El mercado de Tlatelolco fue visitado por Hernán Cortés antes de la guerra de conquista. En el sitio tuvo lugar la última y decisiva batalla contra los mexicas el 13 de agosto de 1521 cuando derrotado Cuauhtémoc fue obligado a capitular ante Cortés.

La primera de las "tres culturas" es la de Tenochtitlan, previa a la Conquista de México por los españoles, que está representada por una serie de pirámides y ruinas prehispánicas, del pueblo mexica llamado Tlatelolca. Son las que estaban vecinas al famoso mercado que abastecía de todo tipo de mercancías provenientes de la Mesoamérica a los habitantes del Valle de México.
La segunda es la cultura del período colonial español, desde la Conquista de México hasta su independencia, representada por un convento y el templo católico de Santiago. En la zona se fundó también el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco. Los conquistadores tenían la costumbre de construir sus templos cristianos exactamente sobre los templos prehispánicos ya que, además, así aprovechaban las piedras para la construcción, lo cual llevó a la pérdia de numeras construcciones prehispánicas.
La tercera es la cultura del México moderno, representada por la Torre de Tlatelolco, sede hasta 2005 de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y actualmente sede del Centro Cultural Universitario y Memorial del 68 de la Universidad Nacional Autónoma, así como edificios habitacionales conocidos como Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco.

En la zona arqueológica se encuentran templos dedicados a deidades mexicas como Quetzalcóatl, Ehécatl y Huitzilopochtli: el Templo Mayor, el Templo Calendárico, el Templo R o Complejo del Viento, el Palacio, el Altar V y varias otras edificaciones. Trompel se intersó en especial por el Templo de las Pinturas y el "Edificio L", en que las fachadas están decoradas con moños en altorrelieve y pinturas murales. También observó los famosísimos "amantes de Tlatelolco", una pareja siendo él de unos 55 años y ella de 35 que se encuentran abrazdos. Pertenecen a un entierro de 54 personas con sus respectivas ofrendas, parte de las víctimas de la guerra de 1473 d. C. entre Tenochtitlan y Tlatelolco.

Por la nochen se contactó por teléfono con el profesor Gordon Harris, aqueólogo de la Universidad Autónoma y del Museo de Arqueología, con quien había tenido contacto en su encuesta sobre la desparición del arqueólogo belga Jean Pollion (ver novela "Colonisación"). Gordon le ofreció acompañarlo dos días después a visitar las pirámides de Teotihuacán, porque estaba libre ese sábado y quería verificar ahí algunos detalles que estudiaba. Sugirió que visitase el museo arqueológico el día siguiente y le recomendó el título de uno de los libros que se vendían a la entrada, para servirle de guía.  (Vista satelital del museo, de GoogleMaps)

Así, pasó su segundo día en este museo, famoso por su modernidad cuando fue inaugurado. Había sido uno de los primeros en cambiar completamente la manera de exhibir objetos, en un medio mucho más agradable para los visitantes, lo cual lo hizo famoso en materia de museología. Se podía recorrerlo siguiendo un orden cronológico que mostraba las diferentes culturas del país. Al centro de la sala principal, frente a la entrada del museo pero al otro lado del patio principal, se encontraba la famosa piedra del "calendario azteca".

Estaba tan interesado que se le olvidó de la hora. El hambre lo obligó finalmente a mirar su reloj: eran ya las cuatro de la tarde y, sin almorzar, había llegado a una de las últimas salas laterales. Se echó a la boca un caramelo para engañar el hambre y terminar su visita, porque no tendría tiempo para volver otro día. Luego tomó un taxi y volvió a su hotel.