16/9/13

Cerebal 10


10.

Franquin y Marchant habían seguido estudiando las memorias de los estudiantes que su programa había registrado e integrado, dando prioridad a todo lo "extraído" de quién se había presentado como Ana Zondag. Marchant tomó muchas notas y, finalmente, en la tarde del miércoles, se decidió a informar al comisario Servais.

- He estado estudiando detenidamente los registros mentales que tenemos de Zondag-Ronstadt. Registramos aquí algunas tendencias que podrían interesarle. Hay que tener un bajo nivel de ética para aceptar de trahicionar un acuerdo de confidencialidad y una mente algo retorcida para, por ello, cambiar además de identidad. Pero según lo que puedo deducir de todos sus antecedentes, parece gozar con este tipo de operación y con las agresiones. Ha molestado frecuentemente a sus compañeros de colegio y ha tenido más de una discusión con sus profesores en la universidad por las notas que le ponían. Y la resonancia magnética muestra que tiene escasa actividad en la zona del cortex prefrontal, que es el que controla la agresividad. Muchos asesinos tienen baja actividad en esa zona. Me pregunto si no será él mismo el asesino de Brasseur.
- ¿No estaría ésto grabado en su memoria?
- No en lo que tenemos aquí. Recuerde que fue grabada varios días antes del asesinato. Quedó registrada su contratación para espiar lo que hacíamos en esa etapa de la investigación, pero lo pueden haber contratado después para abordar a Brasseur e intentar obtener el programa completo.
- Gracias por la información. Vamos a tener que volver a hablar con él, y verificar su coartada para esa noche.

Servais informó a Trompel y le ordenó interrogar de nuevo a Ronstadt, que seguía bajo custodia.
- ¿Ha tenido más contactos con algún miembro del equipo de Franquin y Marchant?
- No, no los he visto más.
- ¿Ni siquiera a Brasseur? ¿No lo visitó el viernes 8?
- No.
- ¿Dónde estuvo la noche del viernes 8?
- No lo recuerdo bien. Pero los viernes, suelo salir a divertirme.
- ¿Dónde?
- Al You, al Cactus, o al Havana Club.
- Es miembro de alguno. ¡No es fácil de entrar!
- En el Cactus entro siempre sin problema. En los otros, hay que pasar una propina al concerje.
- ¿Y adonde fue el viernes 8?
- Ya no lo sé.
- ¿A que hora va por all'a?
- Entre las 11 y las 12.
- ¿Hasta...?
- Las 4 o las 5 de la mañana.
- Trataré de verificar ésto. pero tendrá problemas si no tiene testigos.
- Pregunte à Claude, el bar del Cactus. Él me conoce.
- Ya lo veremos.

En la noche, Trompel se fue al Cactus, en el bulevar Souverain, para hablar con el barman.
- ¿Conoce a Kurt Ronstadt? -y le mostró su foto-.
- Sí, es un cliente regular.
- ¿Cuando estuvo aquí por última vez?
- La semana pasada no vino, pero estuvo aquí la semana anterior, acompañado de otra persona.
- ¿Recuerda el día y la hora?
- El viernes, según su costumbre. Debe haber sido después de media noche. Generalmente llega más temprano, y solo.
- A visto otra vez su acompañante?
- No, es la única vez que vino.
- ¿Recuerda su nombre? ¿Podría describirlo?
- Nunca oí su nombre. Era alto, fornido, y creo que rubio. Pero no podría describir mejor su cara: aquí pasa mucha gente y solo recuerdo bien a los clientes habituales.
- ¿Nada más que le haya llamado la atención?
- Los oí hablar en alemán; ésto me llamó la atención. Y tenía una mancha roja oscura en el puño de su camisa. Pensé que venían de un restorán y que podía ser de alguna salsa.

No hacía falta visitar el You Night Club ni el Havana Club. Ya estaba confirmado que Ronstadt acompañado, seguramente, el asesino habían estado en el Cactus después del hecho. Ronstadt debe haber sido quién trató de utilizar la conexión de Brasseur. Luego deben haberse ido juntos a la discoteca antes de separarse. El policía debería volver a interrogar, más duramente, a su detenido la mañana siguiente, para conseguir más datos del asesino.