23/2/10

2020 AC-DC #17

2020 AC 2020 DC

En la cueva, Thorn contó al jefe lo que le había pasado y le contaron a su vez cómo habían tratado de rescatarlo. Supo también así que se había llegado a un acuerdo con el Clan del Ciervo y que sentinelas de los dos clanes vigilaban ahora el velle desde las alturas.

Cuando Weinbraith volvió a su oficina, el día siguiente, supo que todos los proveedores de acceso a los cables ópticos habían sido advertidos del ataque que habían sufrido Ethercom y Venscom, y trabajan en perfeccionar sus antivirus y cortafuegos.

Zzyvherr, el jefe del clan del Lobo, ordenó a sus hombres realizar una última operación de reconocimiento cerca del río y de los clanes codiciados. Breve ataques a cada uno los decidirían quizás a entrar en combate, después de lo cual su tribu podría adueñarse de todo el bosque y del valle, para proseguir su expansión. Pero sus hombres fracasaron. Antes de atacar individuos aislados, como se les había ordenado, habían sido avistados y prefirieron por lo tanto absterner y volver a pedir nuevas órdenes. El jefe se mostró decepcionado y contrariado. Sería necesario un ataque frontal contra un clan, conservando una fuerte retaguardia para protegerse del otro, antes de volverse a luchar contra éste. Era una maniobra complicada y riesgosa, pero ya no tenía alternativa. Había provocado ya el entusiasmo de los suyos, haciéndoles imaginar el bienestar que les aportaría el agua, y no podía hacer marcha atrás. Partirían al mediodía, para atacar el clan del Oso a la caída de la noche. Esperaba así que la noche impediría al otro clan mobilizarse y sus propios hombres podrían descansar antes de lanzar el segundo ataque al alba del siguiente día.

Chem Pei quería poner su plan en marcha cuanto antes. Si la guerra entre competidores no se producía, tenía otro plan. Decidió por lo tanto lanzar un ataque masivo de su virus con falsos remitentes y olfateadores programados para observar las reacciones. Los virus camuflados se instalaron en todos los computadores zombis que SatelCorp había capturados, donde cambiaron de aspecto y partieron a la conquista de los controladores de redes ópticas. Pero la defensa estaba preparada y, en todas partes, fueron anulados. Los olfateadores de SatelCorp no pudieron detectar respuesta alguna. Y el día siguiente ningún medio de comunicación hablaba del ataque.
Chem Pei estaba furioso. Entendió que su estratagema no había funcionado. Sería necesario atacar directamente los servidores. Pero ésto significaba también bloquear todo acceso desde los cables a sus propios servidores para protegerlos y poder mantener el servicio de las transmisiones satelitales, a fin de demostrar la superioridad de éstas y su seguridad. Disponía ya de un cortafuego que bloquearía el acceso desde los cables y de una segunda versión de su virus destinada a los servicores de los cableoperadores, en lugar de los controladores de flujos. Su empresa iba justamente poner en órbita el último de una nueva serie de satélites de comunicación. En esta oportunidad, había invitado a los periodistas de todas las grandes agencias de noticias. La conferencia de prensa sería el momento ideal para realizar el ataque final contra los cables. Podría dar la noticia et su propia red sería la única que la podría dar a conocer.

16/2/10

2020 AC-DC #16

2020 AC 2020 DC

El plan de los hombres del Oso se puso en marcha pero no pudo realizarse como planeado. Desde la orilla del bosque, no vieron a Thorn donde estaba en la expedición anterior. Aunque solo eran visibles mujeres y niños, no podían arriesgar un ataque sin saber donde buscarlo. Los varones de la tribu podían estar en las cabañas y él podía también estar en cualquiera. ¿O estaría muerto? Por lo tanto, se dió la orden de dar media-vuelta.

El comando que atacó la casa principal no encontró resistencia. La puerta exterior no estaba cerrada con llave y pudieron entrar en silencio. En la planta baja había un salón, un comedor, una cocina, un escritorio y una sala de video-conferencia con un puesto de control en un pequeño anexo. Ahí dormitaba un guardia que debería haber estado vigilando algunos monitores. En el psiso superior había dormitorios vacíos. En otro piso estaban los dormitorios de servicio, donde encontraron la cocinera y un mayordomo, ambos dormidos.
En la casa anexa, las cosas fueron más complicadas. La puerta estaba con llave y era reforzada. Debieron volar las visagras con un poco de cordita, lo cual alertó a los dos guardias que estaban adentro. Recibieron a los gendarmes con un nutrido fuego de armas automáticas pero, al mismo tiempo, los comandos les lanzaron una granada aturdidora que los puso fuera de combate el tiempo sufiente para entrar y completar el trabajo con disparos de taser, armas que disparan dardos eléctricos. Fuera de un pequeño salón y una cocina ,había dos dormitorios. Uno estaba abierto y vacío. El otro estaba cerrado y, cuando trataon de abrir la puerta, recibieron a su vez una descarga eléctrica. Como no pudeiron encontrar el mando que anulada este efcto, cortaron la energía en toda la propiedad, debiendo también apagar el generador que se había puesto en marcha automáticamente en el garaje. Pero aún así, la puerta no se habría. El ariete tampoco dió resultado: bajo la madera había acero, tanto en la puerta como en el marco. Era una típica "cámara de pánico". Tuvieron que recurrir a una lanza de oxi-acetileno para cortar lapuerta. Y encontrar la pieza vacía. La policía técnica, llamada entonces, encontró las huellas de uno de los guardias y de Weinbraith. Había estado ahí pero debió haber sido trasladado y no se encontraron otros rastros de él en la propiedad.

El computador del anexo era efectivamente, como pudieron comprobar, el que había enviado el virus. El cable de unión a la red había sido retirado -lo cual había impedido el acceso de Weinbraith a la red- pero había un cable exterior enterrado que lo unía al puesto de control de la casona y que servía también a las cámaras de vigilancia que había por todas partes.

La noche había pasado. Thorno despertó transido de frío: debió haber sido abandonado al principio o en la mitad de la noche, muy fresca, sin nada para cobijarse. Vió que ya no estaba en el poblado enemigo. Estaba en el centro de una círculo de piedras, lo cual le dió mucho miedo. Para su clan, los círculos de piedra eran encantados y nadie podía penetrar en ellos sin una cereminia preparatoria. Y, aún así, no se sabía como reaccionarían los dioses. Oía el ruido del agua y, levantándose, vió que un acantilado se eleveaba a unos pasos hacia el este. El ruido venía del oeste: si iba en esa dirección, encontraría un curso de agua que lo conducuiría a alguna parte. pero para saber qué dirección tomar, más valía intentar la subida por el acantilado, de donde tendría una mejor visión de los alrededores.

Repitió todos los encantamientos que conocía, para apaciguar a los dioses, y salió del círculo para dirigirse hacia el farallón por el que pudo subir sin demasiada dificultad. Desde arriba, pudo ver el río que había oído. Todo se parecía bastante a lo que se veía desde la cueva de su clan. Hacia el sur, creyó reconocer la geografía del extremo norte de la zona que su clan ocupaba. Decidió por lo tanto bajar y seguir el río hacia el sur. Al final de la tarde llegaba por fin de vuelta a la cueva, donde fue recibido enter hurras.

Weinbraith se despertó acostado en el banco de un parque. Llevaba una parka que no conocía, bastante gruesa y con la espalda muy rígida y pesada. Ésto le pareció extraño, pero le había protegido bien del fresco de la noche. Le habían dado sin duda un somnífero en la cena y lo habían transportado hacia ese parque. Pero no lo reconoció de buenas a primeras. Oía el ruido del tránsito de automóviles y se dirigió en esa dirección. Llegó rapidamente a la vereda de una avenida que cortaba el parque en dos mitades. Hacia la izquierda reconoció entonces los arcos del Cincuentenario. Estaba por lo tanto en Bruselas. Hacia la derecha estaba el barrio europeo. Intentó activar su teléfono implantado pero no funcionaba. Pensó en buscar un ciber-café y se dirigió hacia el barrio de Europa. En la rotonda Schuman encontró un café pero sin Internet. Decidió encontes bajar y tomar el metro, que tenía ahí una estación, para ir hacia la Estación Central, donde estaba seguro de encontrar un punto de acceso a Internet et donde podría tomar el tren para volver a Namur y luego Rochefort.

Cuando se acercó al punto de pago del acceso -donde pensaba pagar con su identificación de radio-frecuencia- se activó una alarma. Los acceso al metro fueron inmediatamente bloqueados y las entradas de la estación se cerraron. Los parlantes anunciaron que un explosivo había sido detectado y que los presentes debían esperar la llegada de la policía. Como esta estación servía también de estación de trenes para los funcionarios de las Comisiones Europeas, la seguridad era máxima y la policía llegó en poco minutos con detectores manuales de exploosivos. Todas las personas presentes fueron examinadas ... y fue la parka de Weinbriath que hizo sonar de nuevo la alarma: su espalada rígida era la sospechosa. Fue arrestado y llevado a un vehículo blindado mientras se reabrían los accesos.

En el vehículo, la policía verificó su identidad, descubriendo y confirmando que era el secuestrado de Rochefort. Inspeccionaron la parka, sin sacársela, hasta descubrir que ningún hilo ni contacto la unía al resto de su ropa o a su cuerpo. Los explosivos, sin duda, serían detonados de otra manera. Llegaron al cuartel de la gendarmería y los introdujeron en un bunker especialmente acondicionado. Ahí, un experto, bien protegido, se puso a descoser la parka -sin quitarsela aún- para verificar su contenido. Descubrió entonces que el detonador estaba acopalado a un pequeño emisor-receptor regulado en la feecuencia de las etiquetas RFID. Controlaba sin duda alguna la cercanía de su propia identificación: de haberse quitado laparka, habría estallado antes de poder alejarse. La idea de tomar el metro le había salvado la vida.

Los técnicos no habrían podido separar el detector del detonado: formaban una unidad totalmente integrada. Intentar cortar la conección con la primera placa de explosivos sería demasiado riesgoso. Quedaba un sólo medio: destruir a distancia el mecanismo sin que reaccione. Introdujeron en la habitación un extraño aparato que conectaron con un cable a la pared, luego lo dejaron solo y cerraron la puerta blindada. Sintió un leve sumbido y luego el gendarme regresó y le explicó que habían quemado todo el sistema con un pulso electro-magnético. Pero su etiqueta RFID de identificación y su ímplante telefónica había sido igualmente inutilizados y deberían ser reemplazados. ¡El costo era poco para conservar la vida!

Después de unos minutos, le proporcionaron un brazalte provisorio con su identificación, que podría utilizar hasta realizar el nuevo implante. Y le ofrecieron un teléfono para hablar con su esposa, a quien contó los últimos acontecimientos. Pudo entonces seguir camino y tormar el tren en la Estación Central. Al caer la noche llegaba por fin a casa y estrechaba a su esposa en sus brazos.

9/2/10

2020 AC-DC #15

2020 AC 2020 DC

Basado en la descripción de los exploradores, Hoofd decidió que un ataque directo para liberar a Thorn no sería posible. Incluso si pudiesen aliarse para ello con el clan del Ciervo, algo debido a la competencia por el agua, la batalla podría ser muy dura. Había recurrir a una treta.

El comisario Trompel fue avisado del descubrimiento del lugar donde debía estar el computador pirata. La finca de Jamblinne fue sometida a vigilancia tanto por tierra como por satélite. En tierra, solo se podían ver las entradas y salidas de personas y vehículos ya que la ruta de entrada daba una vuelta en el bosque que circunvenía la casa. Las fotos satelitales mostraron tres construcciones que se pudo identificar como la casa principal, una pequeña casa aneza y un garaje. Fue necesario establecer una vigilancia satelital permanente para saber lo que ocurría en la propiedad. Yno ocurría gran cosa: dos hombres cubrían ocasionalmente el trayecto entre una y otra casa. Pero lo que parecía más significativo era que en las horas de comida uno de ellos llevada una bandeja desde la casona hacia el anexo et la retiraba poco después. Ahí, por lo tanto, debía haber un huésped que no podía salir. ¿Weinbraith?
El contador kilométrico del vehiculo que Weinbraith había usado mostraba que había ido lejos et el trayceto resgistrado mostraba que había ido en la dirección de Jamblinne. Debía en consecuencia haber sido llevado en otro automóvil que podía no haber ido muy lejos: hacia ese lugar.

Se encargó a los cazadores capturar vivo un cervato, lo que evitaban generalmente, mantando y consumiendo solamente caza adulta. Un equipo lo liberaría en el borde del bosque, enviándolo hacia el poblado enemigo, para atraer a los cazadores. Un segundo equipo alcanzaría entonces a Thorn para liberarlo, para volver todos, en pequeños grupos dispersos, hacia la cueva del clan.

Trompel se reunió con el comandante de los Servicios Especiales de la gendarmería para planificar el ataque a la propiedad. Ya había pasado la época en que podían presentarse en una puerta pidiendo cortesmente poder entrar. Ante un posible secuestro, los Servicios Especiales actuaban con fuerza y rapidez. Un análisis geotérmico satelital había mostrado que no había más de tres personas en cada casa y nadie en el garaje. Los comandos atacarían de noche, saltando con escaleras las rejas electrificadas, lo cual era más silencioso que llegar por helicóptero. Lanzarían franadas electrónicas que anularían todos los aparatos de este tipo et rodearían los dos edificios ocupados, para penetrar ahí luego y reducir a los ocupantes.

2/2/10

2020 AC-DC #14

2020 AC2020 DC

Zzyvherr quería interrogar a Thorn acerca de lo que ocurría en su clan, esperand osaber si la batalla estaba cerca. Pero ninguno hablaba la lengua del otro. Zzyvherr había ganado su autoridad gracias a su porte y su habilidad para la caza. Pero era lejos de ser inteligente y no había pensado a este aspecto del secuestro. Debió rendirse a la evidencia y aceptar que no había sido la mejor de sus decisiones.
Llegada la noche, Thorn pudo ver a la luz de la Luna que el clan se reunía alrededor de una zona circular cerrada por una empalisada. De cada cabaña salió un hombre vestido y con la cabeza adornada de plumas de color. Éstos penetraban en ese lugar mientras los otros, con las mujeres y los adolescentes se reunían alrededor. Oyó entonces cantos cada vez más rápidos, marcados por el ritmo de tambores. La gente que alcanzaba a ver se puso a bailar y repetía los estrebillos. Esta tribi celebraba de este modo el plenilunio, igual que se propio clan.

Después de una hora de soledad, otro asiático entró en la pieza donde estaba encerrado Weinbraith y se puso a interrogarlo acerca de lo que había ocurrido en Ethercom. Como no veía ninguna razón para guardar el secreto acerca de los daños y furioso por la muerte de sus colegas, dió cuenta rápidamente de los acontecimientos. Pero prefirió callar lo que sus pesquisas habían logrado descubrir.
Descontento, el asiático encendió el computador y lanzó un programa que hizo aparecer varios gráficos en la pantalla. Obligó a Weinbraith a observarlos y se sintió pronto hipnotizado. Pero era extraño: se sentía como desdoblado. Había un yo que veía una especie de bruma de color cambiante, entendía las preguntas y contestaba. Y otro yo que veía al primero y seguía siendo capaz de controlar las respuestas. Si el objetivo era obtener de él "la verdad", quedaba claro que la aplicación no servía para nada ya que respondía lo que quería y no lo que querían escuchar, auqneu seguía con la impresión de estar soñando.
En el otro extremo del mundo, Chem Pei, el presidente de SatelCorp, observaba el interrogatorio en su pantalla de video. Una microcámara le permitía observar la escena en tiempo real. Se sorpendió al oír que los operadores habían muerto. No era su propósito. Era cierto que había pasado lo mismo con losprimeros monos sometidos a la prueba, pero el programa había sido corregido y, en los últimos ensayos, los monos volvían en sí después de una hora de inconciencia, lo que era más que suficiente para cubrir el período proyectado para el ataque general. Afinar mejor tal efecto podría tomar varias semanas. Gracias a sus enormes instalaciones, que contaban con el mejor de los laboratorios de neurotecnologías, tenía expertos y aparatos que permitían lograrlo. Pero no querían esperar más. Simepre podrían hacer algunas pruebas complementarias reduciendo la intensidad de los relámpagos.
Esa noche había plenilunio, pero a nadie le importó.

La caza necesaria para obtener carne había sido exitosa el día anterior, por lo que Hoofd decidió, junto al Consejo, hacer una batida por el bosque en dirección del este para intentar saber donde estaba realmente el enemigo, cual era su potencia y si era el autor de la desaparición de Thorno. Estaba claro que deberían ir más lejos que nunca porque no habían encontrado nunca a ningún desconocido en el bosque sino solo sus competidores del otro clan.
Los hombres fueron enviados dos a dos con la orden de evitar todo contacto y de vigilar la luminosidad del bosque para poder volver antes de la caída de la noche. Cuando el sol se puso, dos equipos volvieron con la ansiada información: habían descubierto un claro donde había construcciones de un tipo que nunca habían visto y Thorn estaba atado a una de ellas. Habían escapado por un pelo de un pequeño grupo de cazadores que volvía con un corzo colgado de una pértiga.

En ausencia de Weinbraith, Juana Suarez fue encargada del trabajo de identificación de la fuente de los ataques. Lanzó su perro de caza hacia el IP 63.48.71.555.26.8. El 8 final indicaba la máquina y el 26 la red interna a la cual pertenecía. Al llegar al sector 26, la mujer descubrió algo muy extraño: para ir hacia el puesto 8 veía, en realidad virtual, veía que el perro se lanzaba por un sendero empedrado: una vieja línea telefónica con modem ADSL, un sistema que se había dejado de usar unos años antes ya pero que las compañías telefónicas aún soportaban en sus redes fijas. La líena estaba activa y había un potente computador conectado.
¿Dónde estaba realmente este computador? El dominio internet de Satelcorp era de la serie .net et, por lo tanto, VeriSign -que distribuía estos dominios- debía saber donde estaba el servidor principal. Requerida por NetPolice, VeriSign reveló que estaba en Manila, en las Filipinas, donde también estaba la sede central de SatelCorp, como todos sabían. Pero la máquina 26.8 podía estar estar en Tumbuctú con una empresa tan grande como ésta. Había que poner un trazador sobre la pista de la subred 26, que debía pasar por un central telefónico. La localisación de éste diría en que zona georgráfica se encontraba. El trazador encontra la conexión: en la región de ... ¡Rochefort! Y la compañía dió el número de teléfono y la dirección exacta. No estaba en Raochefort mismo, sino en Jamblinne, un pueblito a una decena de kilómetros. Saber más sería asunto de la Policía Judicial.