9/2/10

2020 AC-DC #15

2020 AC 2020 DC

Basado en la descripción de los exploradores, Hoofd decidió que un ataque directo para liberar a Thorn no sería posible. Incluso si pudiesen aliarse para ello con el clan del Ciervo, algo debido a la competencia por el agua, la batalla podría ser muy dura. Había recurrir a una treta.

El comisario Trompel fue avisado del descubrimiento del lugar donde debía estar el computador pirata. La finca de Jamblinne fue sometida a vigilancia tanto por tierra como por satélite. En tierra, solo se podían ver las entradas y salidas de personas y vehículos ya que la ruta de entrada daba una vuelta en el bosque que circunvenía la casa. Las fotos satelitales mostraron tres construcciones que se pudo identificar como la casa principal, una pequeña casa aneza y un garaje. Fue necesario establecer una vigilancia satelital permanente para saber lo que ocurría en la propiedad. Yno ocurría gran cosa: dos hombres cubrían ocasionalmente el trayecto entre una y otra casa. Pero lo que parecía más significativo era que en las horas de comida uno de ellos llevada una bandeja desde la casona hacia el anexo et la retiraba poco después. Ahí, por lo tanto, debía haber un huésped que no podía salir. ¿Weinbraith?
El contador kilométrico del vehiculo que Weinbraith había usado mostraba que había ido lejos et el trayceto resgistrado mostraba que había ido en la dirección de Jamblinne. Debía en consecuencia haber sido llevado en otro automóvil que podía no haber ido muy lejos: hacia ese lugar.

Se encargó a los cazadores capturar vivo un cervato, lo que evitaban generalmente, mantando y consumiendo solamente caza adulta. Un equipo lo liberaría en el borde del bosque, enviándolo hacia el poblado enemigo, para atraer a los cazadores. Un segundo equipo alcanzaría entonces a Thorn para liberarlo, para volver todos, en pequeños grupos dispersos, hacia la cueva del clan.

Trompel se reunió con el comandante de los Servicios Especiales de la gendarmería para planificar el ataque a la propiedad. Ya había pasado la época en que podían presentarse en una puerta pidiendo cortesmente poder entrar. Ante un posible secuestro, los Servicios Especiales actuaban con fuerza y rapidez. Un análisis geotérmico satelital había mostrado que no había más de tres personas en cada casa y nadie en el garaje. Los comandos atacarían de noche, saltando con escaleras las rejas electrificadas, lo cual era más silencioso que llegar por helicóptero. Lanzarían franadas electrónicas que anularían todos los aparatos de este tipo et rodearían los dos edificios ocupados, para penetrar ahí luego y reducir a los ocupantes.