21/7/09

La Herencia 1.

    El grupo terrorista peruano Sendero Luminoso lleva a cabo asaltos armados en Bolivia para costear la rearticulación en su país, denunció ayer el diario La Razón de La Paz, que recoge declaraciones de un policía, quien señaló que "los grupos irregulares tienen el concepto de que realizar un atraco en Bolivia es cosa de niños".
    (El Mercurio, 7-3-2009)



    Ningún país alberga al narcotráfico sin comprometer, más pronto que tarde, a su propio Estado en esos intereses. Y ningún Estado se limpia fácilmente del narcotráfico una vez que éste lo perforó, porque no hay dinero lícito capaz de alcanzar la grandiosa generosidad del dinero fácil e ilegal.
    (Joaquín Morales Solá, El Mercurio, 21-8-2008)



1ª Parte

Capítulo  1


El investigador privado Jef Trompel había sido citado por el notario Jean Dufresne, lo cual había sido para él una enorme sorpresa. El notario, cuyo lujoso bufete se encontraba en la anchísima y rica avenida Louise de Bruselas, sólo le había dicho que se trataba de un testamento. ¿Debería acaso buscar a los herederos perdidos de algún rico difunto? Ésto no era muy común pero al menos una vez en su carrera de investigador privado le había tocado este tipo de caso, aunque no con maestro Dufresne, que el no conocía. Así, no se explicaba el llamado y era con gran curiosidad que había entrado en el estudio. Maestro Dufresne -como se acostumbraba llamar a los notarios en Bélgica- después de saludarlo e invitarlo a sentarse, pasó a explicarle lo ocurrido:

- Me he enterado de que el señor Antoine Lefranc ha sido cliente suyo. Como ud probablemente sabe, al morir su hijo quedó sin heredero. Al fallecer también él mismo, hace un par de semanas, sus bienes debían pasar a quienes él designara en testamento o, en caso contrario, pasarían al Estado. Pues bien, el señor Lefranc hizo un testamento y me encargó llevar a cabo las disposiciones que contiene. Lo he llamado a ud porque ha sido nombrado su heredero, junto con la Fundación San Vicente de Paul. La Fundación recibirá bienes muebles, que no estoy autorizado a darle a conocer, mientras ud se hace acreedor de la casa en que residía mi cliente. Ahora bien, como ha de saber, la Fundación queda exenta del impuesto a las herencias, por ser una institución de beneficencia, no así ud, por ser un particular. El avalúo fiscal de la casa es actualmente de trescientos mil euros, por lo que los derechos de sucesión se elevan a cien mil euros, al no ser ud pariente del difunto. Si no dispone de esta cantidad para pagar el impuesto antes de entrar en posesión del bien raíz, puedo poner éste a la venta de modo que, con el producto de ésta, pueda pagar el impuesto. También puedo hacerlo, obviamente, si ud paga los derechos pero no desea conservarla. Sin embargo, antes de tomar una decisión, el testamento precisa que es indispensable que ud tome conocimiento del contenido de una carta que le está dirigida y que estaba anexada al testamento. La carta está sellada y no conozco su contenido. Ud puede leerla ahora o llevársela y comunicarme después las disposiciones que decida tomar. También he de entregarle las llaves de la casa y permitirle que la visite antes de tomar cualquier decisión. Sin embargo debo señalarle que sólo dispone de un mes para decidir y que el impuesto debe ser pagado en el curso del actual ejercicio fiscal, lo cual le deja un plazo de siete meses. De lo contrario me veré forzado a proceder a un remate judicial.

Trompel recordaba perfectamente al señor Lefranc. Su único hijo había sido secuestrado hacía unos siete años y el detective había sido llamado por el atribulado padre para ayudar en la investigación. Desaparecido en el extranjero, la policía local no podía hacer nada y, sin pista alguna, tampoco podía intervenir Interpol. Pero el señor Lefranc había confiado a Trompel cierta cantidad de información privada que no había querido entregar a la policía, la cual constituyó la primera hebra de un intrincado puzzle que el investigador había logrado desentrañar, llevando finalmente los responsables a la justicia. Sus servicios habían sido adecuadamente pagados, pero su cliente le había asegurado que «le agradecería hasta más allá de la muerte». En ese momento, Trompel no había asignado a estas palabras más que un significado simbólico. Pero hoy cobraban un significado muy material.

Al recibir la carta, decidió abrirla de inmediato. Decía:

Estimado señor Trompel,

Quizás recuerde que le prometí que mi reconocimiento por haber encontrado a los asesinos de mi hijo se extendería hasta más allá de mi muerte. Cuando esta carta le llegue también quedará de manifiesto que mis palabras no eran vanas. Le he legado mi casa. No por capricho ni, simplemente, para suplementar el pago que hice por sus servicios. Mi casa es más que un simple bien raíz. Es un desafío. Necesitará un poco de tiempo para descubrir el o los secretos que esconde y que, estoy seguro, sólo ud podrá desentrañar y aprovechar. Visítela y busque las pistas. Pistas que le indicarán qué hacer con ella. Pero no hable de ello con nadie, salvo con el notario cuando resulte indispensable. Podría haber gente interesada en complicarle la vida.
No eche esta oferta en saco roto. Acepte el desafío. áY que tenga suerte!

Su muy adradecido,
Guy Lefranc.


- Muy extraño -exclamó Trompel-. Me da algunas razones para quedarme con la casa y me encarga una nueva misión. Pero no entiendo el motivo. Quizás lo descubra cuando visite la casa.
- ¿Puedo ayudarle de alguna manera?
- No lo sé. Tengo mucha información en mi archivo de la investigación del asesinato de su hijo y la tendré quizás que revisar. En todo caso, he de hacer todo lo posible por quedarme con la casa durante el mayor tiempo posible para cumplir con las últimas voluntades del difunto. Es todo lo que puedo decirle por ahora. No dispongo de cien mil euros para el pago de impuestos pero, de acercarse el plazo fatal para el pago, conseguiré un préstamo. A no ser que tenga resuelto el caso, cumpliendo con estas instrucciones, y le pueda ordenar la venta. Una sola cosa: ¿dispone ud de información acerca de la familia del señor Lefranc?
- ¿Ud se refiere a sus padres o antepasados?
- Evidentemente.
- Lo lamento, pero sólo lo conocí a él hace unos quince años, cuando recurrió a mi estudio para operaciones de bienes raíces. No he tenido más relación con él que para estos contratos y para la redacción y archivo de su testamento. Y nunca me reveló nada acerca de su familia ni acerca de sus orígenes.
- Ésto podría haber sido útil y me habría ahorrado quizás algo de trabajo pero que así sea. Espero que, más allá de la muerte, él me pueda guiar. Le agradezco su llamado y seguiré en contacto en ud para el asunto de la casa. ¡Hasta luego!
- Yo tomo nota de su actual decisión y le llamaré cuando el plazo para el pago de los impuestos esté por vencer, si ho he sabido de ud. antes. ¡Que la vaya bien!