Los espías de Zzyvherr le reportaron que nada ocurría a la orilla del bosque del lado de los calnes provocados. La guerra que esperaba no se estaba produciendo. Decidió entonces dar un paso más: raptar a uno u otro de los cazadores de estos clanes, para enfurecerlos más y obtener más información.
| | Mientras tanto, Lucio Rossi había encargado el análisis del código del virus que se había introducido en CC-5 y había provocado la muerte de Danloy y Dagent. Era un trabajo de retro-ingeniería batsante complejo pero mucho más breve y simple que analizar toda una aplicación normal. Este procedimiento había sido esencial por largo tiempo para la confección de antivirales pero había si abandonado porque solo podía funcionar a posteriori y, como tomaba tiempo, llegaba siempre atrasado. Se había logrado desarrollar otro método, semántico, basado en la identificación de las operaciones ordenadas al procesador, que detectaba y bloqueaba los accesos prohibidos al sistema operativo. Pero había quedado claro que el antivirus de Ethercom no había podido detenerlo.
Como el computador atacado tenía un procesdor ótico, era evidente que el virus debía utilizar los comandos del sistema operativo OptiX. Se sabía por lo tanto cual era el lenguaje de base que debía usar el virus et cuales eran los comandos que debía utilizar para el efecto observado. Un virus ordinario, para mantenerse muy pequeño, usaba profusamente rutinas ya incluidas en el sistema operativo, lo que se expresaba en numerosos JMP (jump) en el lenguaje del OptiX. Eran estos JMP ilegales que el antivirus debía detectar. Pero no había JMP en el virus asesino. Sin duda, en el caso observado, debía tener muchas llamadas a los comandos gráficos ya que generaba patrones y relámpagos hipnóticos. Ésto implicaba necesariamente llamados a los recursos gráficos del OptiX por medio de JMP (que no había) o bien enlaces directos hacía punteros $E5-$E7, que era lo que había sido usado. Y los numerosos llamados se producían gracias a un comando DO...WHILE exponencial que creaba líneas de código en el receptor -en vez de enviarlas- y producía colisiones gráficas, generando los relámpagos. Luego, un segundo DO...WHILE reemplazaba todo lo que había en el disco duro reptiendo el código EOF ("end of file": fin de archivo) para borrarlo y terminaba escribiendo FF en toda la RAM para borrar éta et suprimir la huella del virus. Pero esta parte no había funcionado: solo el primer DO se cumplió escribiendo un EOF porque, en vez de escribir WHILE, se había escrito WILE, lo que había parado la ejecución. ¡El programa del virus no había sido bien revisado! ¿Estaban tan apurados que olvidaron la etapa de limpieza? |
Wherk había acompañado al chamán a la cita con el Guardián del menhir pero se había quedado cerca del río durante la ceremonia sgarada. Cuando ésta terminó, como estaba impaciente y frustrado por no haber encontrado nada, acompañó el chamán parte del camino de vuelta pero lo dejó para seguir investigando en el bosque. Se alejó hacia el este. Fue cuando un grupo de cazadores de la tribu del Lobo cayó sobre él. No tuvo tiempo para reaccionar: un golpe con el canto de un hacha de piedra lo dejó inconsciente y fue llevado a una de las cabañas tribales. Lo ataron a uno de los postes de madera, donde volvió poco a poco en sí sin saber donde estaba. | | Esa noche, Weinbraith decidió dejar la tarea de seguimiento a sus ayudantes. No había nada más que hacer sino esperar la alarma eventual del olfateador ya que otro ingeniero había sido encargado del análisis del virus. Decidió ir a buscar a su esposa a su salida de la oficina que ocupaba en el servicio de informática de la municipalidad. Siempre la pasaba a buscar cuando salía temprano, para volver juntos a casa. De lo contrario, ella volvía a pied ya que la ciudad era pequeña. Activó el implante telefónico que tenía bajo la pera y le adivirtió que estaba listo para pasar a recogerla. Tomó entonces el city-car eléctrico que la empresa ponía a su disposición y bajo hacia la ciudad.
Acababa de estacionar frente al municipio cuando un hombre de tez amarilla y ojos de almendra, armado de una pistola electrónica, ocupó bruscamente el segundo asiento y le ordenó cortesmente de salir de inmediato y tomar la carretera hacia Namur. Más valía obedecer ya que una descarga de esta arma lo dejaría inconsciente por varias horas. El hombre se ordenó no hacer ninguna llamada telefónica. Weinbraith pensó que se mujer tuvo razón al escribir su tesis sobre la "socioecología posglobal" y que Asia se acercaba a la conquits de Europa.
Cinco minutos después de salir del problado, el asiático le hizo parar en el borde de la ruta y le ordenó poner el vehículo en piloto automático, para que vuelva solo a la sede de Ethercom. Gracias al GPS y al programa prefinajado, todos los vehículos de la empresa podían volver de este modo y, para poder volver, grababan el camino de ida. Por este motivo, sin duda, el secuestrador no quería seguir. Otro vehículo los esperaba en la cercana entrada de un camino vecinal. El desconocido obligó Weinbraith a subir a bordo, le vendó los ojos y le ató las manos; luego subió al lado del conductor. Anduvieron otros cinco minutos por el asfalto y luego penetraron en un camino de tierra, apenas visible entre los árboles del bosque. |