15/8/13

Cerebral 8


8.

Trompel había estado pensando en quienes podrían ser los secuestradores o, en todo caso, quienes los habrían ordenado. Se acercó a su jefe.
- Jefe, he estado pensando en lo que significa que se trate de obtener el programa de Marchant y Franquin. Sin duda debe ser alguna empresa no-occidental o incluso un gobierno, que quiere tenerlo sea para propósitos políticos sea para un desarrollo comercial. Pero lo que es clave, es que para poder usarlo deberían tener un supercomputador con idéntico poder de procesamiento, es decir un Cray de última generación. Ésto no es fácil de conseguir. El gobierno de los Estados Unidos lo considera material estratégico y toda venta al exterior debe contar con una autorización especial. Es imposible que un grupo pirata cuente con este tipo de máquina.
- ¿Cómo podrían entonces usar este programa?
- Preguntémoslo a Franquin.

Servais tomó el teléfono y llamó al ingeniero para hacerle la pregunta.
- En efecto, no creo que alguién que haya adquirido un Cray en forma legal nos quiera piratear. No es la forma de trabajar de las instituciones científicas serias.
- ¿Podrían conseguir o fabricar un supercomputador capaz de emular su Cray?
- Un supercomputador asiático no tendría el mismo sistema operativo, que es indispensable. La única forma en que podría ser factible, sería adquirir y hacer trabajar en paralelo varias máquinas antiguas. Me parece que sería factible con unos cuatro Blue de IBM de hace diez años. Éstos, los podrían haber conseguido en el mercado secundario o en el mercado negro. Pero en el mercado de segunda mano sería fácil conocer el comprador: IBM les sigue la pista, para los servicios de mantención. Sin embargo, desde el mercado secundario siempre existe la posibilidad de que pasen al mercado negro y sean transferidos ilegalmente a países que no cuentan con el beneplácito del gobierno norteamericano. Ha apasado más de una vez. Incluso la CIA ha aprovechado esta posibilidad filtrando máquinas con bombas lógicas, es decir con programas ocultos que la Compañía podía activar a distancia para espiar las actividades o incluso desactivar totalmente el computador si se usaba para controlar actividades claves de un enemigo.
- ¿Quiénes podrían estar al tanto de estas ventas?
- Aparte de los vendedores ilegales y la CIA, no veo quienes. Aunque Interpol podría tener algunas pistas. Deben conocer casos pasados y ésto les podría orientar.
- De acuerdo. Gracias por la información. Contactaré Interpol, a ver si nos pueden ayudar.

( Miércoles, Día 10 )

El día siguiente, Marchant recibió de la secretaría general de la universidad los datos pedidos acerca de los estudiantes que habían participado en sus pruebas. Todos menos uno coincidían perfectamente con la información que ya tenía. Sin embargo, la "estudiante de historia", Ana Zondag, era desconocida para las autoridades. Se lo comentó a Franquin:
- Nuestra "alumna de historia" no estudiaba historia en absoluto. Tampoco era "alumna". Debió falsificar su credencial de estudiante ya que no aparece en los registros de la universidad.
- Analicemos los contenidos de su memoria. Sabremos mucho más.
...
- Aquí veo la transcripción de su memoria episódica. Según su propia historia de vida, es ingeniero en informática. Y no es mujer, sino hombre. Y su verdadero nombre es Kurt Ronstadt, no Ana Zondag.
- ¿Qué hay de sus contactos en las últimas semanas?
- Tiene un contrato con una empresa llamada Globalteck para describir nuestros proyectos, y le recomendaron cambiar de identidad. ¡Lo contrataron para espiarnos! Voy a avisar al comisario Servais.

Hizo el llamado de inmediato.
- ¿Saben donde vive? -preguntó Servais.
- Su ficha dice que en la calle Berkendael, en Saint-Gilles, pero según su memoria, aún vive con sus padres, en la calle de la Reina, en Rixensart.
- Asumiremos que la dirección de Saint-Gilles debe ser falsa. Pero le deben haber dado un número de teléfono válido para contactarlo, para las pruebas.
- En efecto. Es el 9.640.00.94.
- Un GSM. Lo rastrearemos. E iremos a visitar a sus padres.

1/8/13

Cerebral 7


7. ( Martes, Día 9 )

En la mañana siguiente, Servais recibió un llamado de Franquin.
- Comisario, acabo de encontrar un mensaje de texto de Mousin en nuestra red interna. Déme su correo electrónico para enviarle copia. Se trata de su hija.

Servais se lo dió y, a los pocos minutos, recibía el e-mail que expresaba lo siguiente:
- Mi hija ha sido secuestrada. No puedo hablar de ello con la policía y no debe acercarse. Pero los secuestradores no pueden acceder a nuestras comunicaciones internas y ud puede retransmitir este mensaje al comisario Servais. Los secuestradores quieren una copia del programa Franquin-Marchant y me han dado 48 horas para proporcionárselo a cambio de hija. La puedo ver cada seis horas y por unos minutos en "streaming" de una cámara web a través de un repetidor que enmascara la dirección IP y está bien. Les expliqué que era imposible darles una copia física del programa ya que requiría varios discos duros y sería imposible sacarlos de la universidad. Lo que voy a hacer es darles una clave para acceder a una copia del programa que podrán descargar. Pero esa copia contendrá una trampa que me enviará información de todos los proxys (relevos) por donde pasará y, así, podremos saber donde están. Y cuando traten de usarlo, les parecerá correcto a primera vista pero arreglaré que varias funciones estén deshabilitadas y reeemplazadas por instrucciones de retransmisión que, si siguen conectados a internet, nos devolverá información de su propio computador.
Trabajé en ello con Benson antes de que se fuera. Se la había ocurrido que si estaban dispuestos a atacar a Brasseur no abandonarían fácilmente y buscarían otra manera de conseguir el programa. Así que nos pareció conveniente preparar nuestra propia versión pirateada.

Servais acusó recibo por la misma vía y pidió a Franquin que le avisara a la hora que fuera si había alguna novedad. También preguntó cómo se comunicaban los secuestradores con Mousin y pidió información sobre todos los que habían participado en el proyecto, como los alumnos que se habían prestado como objeto de experimento. Franquin le contestó que los secuestradores habían llamado a Mousin por teléfono a su oficina y le mandó los datos de los estudiantes en un archivo anexo. El comisario pidió la intervención de los teléfonos de la casa y de la oficina de Mousin; así podría monitorear los llamados aún sin que Mousin lo supiera. Luego llamó a Trompel y lo puso al tanto, ordenándole verificar los datos de los alumnos.

En la universidad, Franquin y Marchant se habían reunido para seguir estudiando lo ocurrido. Franquin puso al médico al tanto del mensaje de Mousin y decidieron dar prioridad a la información que podía ser útil a la policía. Marchant revisó los datos que tenían de los estudiantes, pero éstos no le sugirieron nada anormal. Sin embargo, envió la lista de nombres a la secretaría general de la universidad pidiendo los antecedentes ahí registrados y explicando el motivo. Propuso luego a su coequipo revisar las copias mentales realizadas: si alguno estaba implicado, podrían seguramente encontrar ahí algunas pistas. La copia mental programada era mucho mejor que un detector de mentiras: registraba todo el contenido de la memoria del sujeto, lo cual no podía ser falsificado.
  • La capacidad total de la memoria se estima en el equivalente a unos 20 millones de libros de 500 páginas (o sea todo lo que contienen hoy todas las bibliotecas de la Tierra). Gran parte de esta capacidad, sin embargo, queda fuera de nuestro alcance consciente: corresponde a "reglas de uso" del "sistema", a informaciones básicas (como lo acumulado en la primera infancia) y a recuerdos que quedan "empolvados por el tiempo" (o sea de difícil "resucitación" por falta de uso).
  • "Copiar" la memoria de un sujeto, como se pretende en el proyecto aludido en esta novela, supone ubicar los rastros correspondientes al "archivo episódico" y al "archivo conceptual" del sujeto y, de algún modo, transferir esta información al sistema computacional. Producir la copia no es en sí el mayor problema, ya que se han diseñado hace tiempo redes neuronales artificiales y se puede prever que, con el tiempo, será posible llegar -quizás- a una amplitud adecuada. Individualizar en el cerebro las uniones sinápticas que correspondan a determinados tipos contenidos es algo que recién se intenta lograr. De mayor ficción es, por ahora, la idea de que se pueda, además, "sacárles una copia". Más aún si se toma en cuenta que es posible que parte de la memoria no estaría solamente "contenida" en las conexiones sino también almacenada en proteínas u otros componentes de las células nerviosas. Sin un proceso consciente (o semi-consciente) parece por lo tanto extraordinariamente difícil "extraer" contenidos de la memoria. [Se supondrá aquí, sin embargo, para los efectos de la novela, que es posible.]

El proceso de "integración" realizado por el supercomputador significaba que contaban ahora con una "meta-memoria" es decir una especie de mapa de los contenidos. Los conocimientos (archivo conceptual) de los diversos sujetos forman un gran conjunto, pero las historias personales (archivo episódico) seguían específicas y solo se interconectaban cuando los diversos sujetos habían coincidido en alguna actividad. Buscar una eventual implicación de uno de ellos en el asesinato de Brasseur suponía investigar estas historias personales en las últimas semanas: tendrían que encontrar discrepancias o, de no haberlas, hacer una lista de todos los contactos personales y pasarla al comisario para que los investigue.

- Ordenemos primero una revisión de consistencia -sugirió Marchant-. Es algo que estaba previsto de todas maneras porque podría indicar fallas en el proceso de integración. Pero también nos puede mostrar si alguno de los alumnos ha mentido en algo importante: tendría memorizada una historia que no coincidiría con su historia real.
- Excelente idea -contestó Franquin, buscando en el menú la opción, que ya estaba programada, y poniéndola en marcha-.
- Me voy al hospital -dijo Marchant-. Ésto podría demorar horas. Avíseme si obtiene algo inesperado.
- Lo llamaré. Por ahora, hay que dejar que el computador trabaje. Voy a ocuparme también de mis clases, para retomar el ritmo normal.