20/3/12

Paralelo 10


10.
 
- Éste es el libro más antiguo que tenemos, pero nadie lo puede leer porque no conocemos estos signos...
- Ésto es griego. Aunque mi especialidad es la Edad Media, tuve que aprender algo de griego. El título es "Las guerras de los dioses".
- Me suena conocido -dijo Trompel-. Hace un tiempo estuve buscando al profesor Jean Pollion, cuya especialidad era Mesopotamia y leí mucho sobre los dioses de la época.
- Veamos como empieza... "Cuando los dioses llegaron a la tierra, se instalaron en una zona fértil entre dos ríos..."
- ¡Mesopotamia! ¡Como le decía!
- "El mayor de los dioses era Zeus y, a medida que los asentamientos crecían, los dioses a cargo de cada uno se hicieron más poderosos y terminaron por desafiar a Zeus, que se había quedado en el cielo..."

De La Rue traducía al francés, por lo que los primusianos no lo podían entender.
- Le oí pronunciar el nombre de Dzeus -intervino el maestro Urim-. Ésto es extraño: el nombre del Primer Maestro era Dzeus Mentor.
- Los textos que manejaba Pollion designaban a todos los jefes como dioses -explicó Trompel-. El mayor era el dyaus o Zeus Piter, de donde viene Jupiter. También había los dyaus Enki, Enlil, Marduk y Seth. Seth encerró a Marduk en la gran pirámide de Egipto e Ishtar fue enviado a liberarlo. Hay tablillas cuneiformes que cuentan esta "Guerra de la Pirámide". Ishtar también debió luchar contra Zu, para recuperar las "tablas de los destinos" que servían para guiar las naves aéreas.
- Necesitaría tiempo para leer este libro y ver si aporta algo. No me es fácil leer y traducir el griego. Dejémoslo para el caso de que no tengamos otra pista -resolvió De La Rue-. Si es muy anterior al Primer Maestro, dudo que aporte algo.
- ¿Si de aquí, viajamos hacia el sur, llegamos a la gran mar interior? -preguntó Trompel, siendo traducido por su compañero.
- Seguro, al Mare Internum -contestó Urim-. Y al sur del mismo hay un gran continente cubierto de bosques y habitado por salvajes de tez negra. Ha sido imposible mantener trato con ellos.
- ¿Y al éste?
- Solo hay tierras baldías y edificios en ruina. Parece que el cataclismo destruyó todo lo que había. - ¿Atlantis?
- Este nombre aparece en efecto en uno de los textos más antiguos. Pero se trataría de una leyenda mucho más antigua.
- ¿Dyaus Master podría haber venido de ahí?
- No lo creo. La leyenda de Atlantis es muy anterior a su llegada. Pero los textos dicen que vino del este y que "atravesó las marismas del Tiempo". Nunca se pudo descubrir lo que ésto significa.
- ¡Cuéntenos la historia del Primer Maestro!
- ¿Es que uds, que vienen del Mundo de los Justos, no la conocen? ¿Cómo es ésto posible?
- Como le hemos dicho, nuestros libros y nuestros relatos coinciden en muchos puntos pero no son idénticos. Es así como tenemos la historia de Israal -o Israel para nosotros- pero no la de Ismar. Queremos saber si lo que uds tienen acerca del Primer Maestro se corresponde con lo que tenemos nosotros. Juntando ambos relatos, podremos quizás descubrir nuevas pistas que nos conduzcan a su sepulcro.
- Ésto es, en breve, lo que cuenta nuestra historia:
    "Dzeus Mentor atravesó las marismas del Tiempo y llegó con algunos compañeros al centro de la península, cerca del río Tiber, a una ciudad llamada Roma.
    Proclamó que el ángel Gabriel le había indicado que había sido elegido como el gran portavoz de todos los dioses. Basándose en las revelaciones del ángel, predicó la palabra de Cronos, el Dios Supremo, prediciendo que habría un Juicio Universal, cuando llegase el Fin de los Tiempos. Y que antes del Fin, habría grandes tribulaciones causadas por los Injustos. Para estar preparado, había que respetar los Siete Mandamientos, rendir culto a Cronos y siempre estar atentos a los acontecimientos históricos que permitirían prever el Fin.
    Muchos romanos se convirtieron y, así, se fue desarrollando la Cronofilia, religión del Tiempo Final. Dzeus Mentor siguió después su camino predicando esta fe por los caminos que llevaban al norte, junto con los ejércitos que iban conquistando esta región.
    La leyenda agrega que murió a manos de los bárbaros, cuando éstos atacaron uno de los campamentos que se habían levantado cerca de aquí. Su restos fueron recogidos por los sobrevivientes y puestos a resguardo por una cohorta que llegó a socorrerlos. También dice que se le edificó un sepulcro, pero no se dice donde.
- La palabra para designar al ángel Gabriel o los compañeros del Dzeus Mentor era "nefilim" o "anunnaki"? -hizo preguntar Trompel.
- ¿Conocen estas palabras? En efecto, los compañeros eran "nefilim". Nosotros la tradujimos por "compañeros", porque no sabíamos su significado. Y Gabriel era un "anunnaki", que fue traducido como "ángel". ¿Uds conocen otro significado?

De La Rue tradujo la respuesta a Trompel, que tenía dificultades para seguir la conversación en latín. Y éste le dió la información requerida:
- Los anunnaki son «los que descendieron del Cielo a la Tierra», dioses «de base», encargados del trabajo en la Tierra. Aparecen con alas en grabados sumerios, por lo que pueden ser llamados ángeles. Los nefilim son «aquellos que fueron arrojados a la Tierra». Eran trabajadores, de menor "grado" por lo tanto que los anunnaki.

- Así que deberíamos encontrar el sepulcro del Primer Maestro. ¿Y no tienen ninguna pista al respecto?
- Podríamos revisar los textos de historia de la época, pero dudo que nosotros encontremos algo por cuanto nuestros historiadores nunca pudieron encontrarlo. Lo único que podemos deducir es que, si fue los restos fueron llevados a un lugar seguro, tuvo que ser hacia el sur. Lo peor que podría ocurrir sería que el sepulcro haya quedado finalmente en la zona que está bajo el mar.
- De ser necesario, podríamos traer equipos para explorar bajo el mar, si no lo tienen -se arriesgó a decir De La Rue-. ¿Y no hay antiguos monumentos que podrían guiarnos?
- A unos cuatro leguas al sur, hay un monumento que tiene al menos mil años y recuerda, al parecer, el lugar donde fue asesinado.
- Creo que deberíamos ir ahí y estudiarlo en profundidad.

La noche había caído y Urim les condujo a una hostería, frente a la plaza, para pasar la noche. De La Rue decidió plantear en ese momento el problema de las compras y pagos.
- ¿Cómo podemos pagar nuestra estadía? Sin duda, la moneda de nuestro Mundo no tiene curso aquí. Pero trajimos anillos de oro y plata. ¿Podemos pagar con ellos o ud nos los puede cambiar por su propia moneda?
- No han de preocuparse por su alojamiento. Son nuestros invitados, máxime si nos ayudan a recuperar el Tiempo. Pero si desean comprar alguna cosa por su cuenta, con gusto le cambiaremos algo de metal precioso por nuestra moneda mañana.
- ¡Gracias, Maestro!

Mientras el maestro los presentaba al dueño y daba instrucciones de que los atendieran como huéspedes de suma importancia, Trompel miraba el entorno. Parecía una típica taberna de fines de la Edad Media, como se veían en cuadros de época o en películas, con amplias mesas, y con botellas, vasijas y barriles detrás del mostrador. La iluminación, a parte de la luz natural que entraba por las ventanas, provenía de lámparas a gas. Lo que más le llamó la atención fue -encima del mostrador- un gran reloj donde las cifras parecían puestas al revés: en lugar del 12 tenía un 6, las doce aparecían a las seis, las nueve a las tres, etc. O sea que, aquí, parecía que empezaban a contar las horas a las seis de la mañana en lugar de la medianoche.

Una vez en su habitación, lo comentó a De La Rue.
- Es el antiguo sistema latino -dijo éste-. Las seis de la mañana nuestras son las "primas", las nueve las "tercias" y las doce las "sextas". Ésto quedó así hasta hace muy poco en el sistema de oraciones del clero y los religiosos, lo que llamaban "las horas".

13/3/12

Paralelo 9

9.

Aparentemente, el pequeño grupo había sido observado desde las casas y algunos primusianos se atrevieron a salir y a acercarse. Uno de ellos reconoció a los Maestros y se dirigió a ellos.
- Maestro Ibrahim, Maestro Urim, qué bueno verlos. Temíamos de que los hubieran asesinados, como a todos los guardias.
- Singular Rebec, me alegro verlo y ver que otros compatriotas están bien. Nosotros no supimos lo que pasó, porque los Injustos nos encerraron en una celda del Palacio. ¿Qué hicieron aquí?
- Los extranjeros mataron a todos los guardias pero no tocaron a los civiles. Parece que los reconocieron por sus cascos y los que se lo sacaron pudieron escapar. Pero sus armas no servían de nada frente a las de los intrusos. Mientras algunos hicieron caer la torre, otro grupo muy grande utilizó una especie de aparato volador y se fueron hacia el interior del país. Regresar anoche y luego todos se se fueron. Al menos aquí en la ciudad, no quedó ninguno. ¿Vinieron del Mundo Injusto?
- Es lo que hemos podido concluir. Lo peor es la destrucción del Gran Reloj, porque significaría el Fin de los Tiempos si, con la ayuda de nuestros amigos que acaban de llegar del Mundo Justo, no podemos resucitar el Tiempo.

Se había reunido una pequeña multitud alrededor de los Maestros y los europeos. De pronto, otra persona avanzó hacia ellos, los demás abriéndolo paso con reverencia.
- ¡El Imperius está aquí! -dijo el Superior Mandelium, inclinándose ante él, como también los demás-. ¡Qué alegría de que lo hayan respetado y goce de buena salud!
- ¡Felizmente estaba en mi casa cuando llegaron y los Injustos no me encontraron!
- Entonces está de acuerdo en que fueron los Injustos.
- No lo dudo. Y la destrucción del Reloj fue a sabiendas de que así podrían destruir nuestro mundo. Quizás esperen ahora a que todos muramos para volver y ocuparlo sin que haya resistencia. Nuestra única salvación sería encontrar la tumba del Primer Maestro y reactivar el Tiempo con un Reloj de Poder. Pero no tenemos ni lo uno ni lo otro.
- Sí tenemos un Reloj de Poder. Volvieron los dos Observadores del Mundo Justo y traen un Reloj. El problema es la Tumba.
- Me alegra mucho que hayan vuelto y hayan traído el Reloj. ¡Bienvenidos! -les dijo el Imperius a los dos visitantes-. Deberemos reunir a todos los sabios y ponernos a estudiar los textos más antiguos para buscar pistas acerca de la tumba. Toda leyenda tiende un trasfondo histórico, por lo que no podemos perder las esperanzas. ¿Hay antiguos guardias aquí? -agregó, dirigiéndose en voz más alta a la multitud-.

Se acercaron cinco primusianos vestidos de túnica gris, sacándo el casco que tenían escondido.
- ¡Avisen a todos los otros miembros del cuerpo! ¡Qué retomen sus funciones normales! Que los de mayor rango se presenten dentro de una hora en la oficina de guardia del Palacio. ¿Ha visto a algún guardia blanco?
- Todos los que hemos visto han sido vaporizados. Dudo que quede alguno vivo.
- Los Injustos sabían entonces muy bien a quién eliminar. Es una desgracia. Ya veremos qué podemos hacer. Vayamos al Palacio -agregó, hablando esta vez al grupito de cinco.

De vuelta en el Palacio, el Superior ordona a las sirvientas -que también habían vuelto a su puesto- preparar comida y mandó a un guardia buscar a los historiadores. Mientras tanto, el grupo se instaló en la biblioteca.

- Si hay sabios que saben latin, y está claro que su lengua deriva de éste, podríamos intentar saber cuando se separó su historia de la nuestra y también si, antes, ha sido la mismo -dijo Trompel a De La Rue.
- Voy a intentar aclararlo -dijo el francés, dirigiéndose luego al historiador que había llegado.
- ¿Han oído hablar o existe en sus textos el nombre de Jesucristo?
- Este nombre me es totalmente desconocido. ¿Es importante para uds?
- En nuestro mundo, lo es en efecto. Quisiera intentar precisar lo que tenemos actualmente en común. Ésto podría ayudarnos. ¿Que hay del nombre de Abraham?
- No Abraham sino Ibrahim. Uds ya conocen al Maestro Ibrahim. Es un nombre muy prestigioso, que se ha transmitido de generación en generación. Y es tan antiguo que el primer Ibrahim de nuestra historia vivió mucho antes del Primer Maestro.
- ¿Sus hijos eran Isaac e Ismael?
- Los nombres que conocemos son Ismar e Israal.
- Al que conocemos como Isaac, se le dió también el nombre de Isarel. Ismar es un derivado de Ismael. Así, parecen ser los que nosotros también conocemos. ¿Uds descienden de Ismaar o de Israal?
- De Ismar.
- Ésta es una pista histórica y puede explicar porque no concoen, al aparecer, la historia del pueblo de Israel.
- En efecto. Nuestros textos antiguos no siguieron lo que pasó a los descendientes de Israal.
- Como uds conocen el latín y su idioma actual ha derivado de éste, deben conocer la historia de Roma. ¿Conocen la historia de la fundación de esta ciudad? Con dos niños, Rómulo y Remo que fueron amamantados por una loba y más tarde recogidos por un pastor y cuidados por su mujer. Los dos hermanos decidieron fundar la ciudad en una llanura del río Tíber.
- En efecto, conocemos esta historia. Pero los dos hermanos discutieron acerca del nombre de la ciudad y decidieron que lo elegiría aquel que avistase más pájaros, prueba que superó Rómulo y otorgó a la ciudad el nombre de Roma (muy similar a su nombre). Remo, enojado, discutió con Rómulo y borró el surco de los límites de la futura ciudad. Por lo cual Rómulo lo mató.
- Entonces, seguimos acumulando puntos comunes. ¿Qué hay de la ciudad de Roma hoy?
- Ahí, solo quedan ruinas. El este de nuestro continente, a partir del golfo de Liguris, ha sido devastado por un cataclismo muy poco después de la muerte del Primer Maestro.
- Ésto debe ser el mar de Liguria, el mar cercano a Mónaco y a la frontera con Italia. ¿Tiene un mapa?

El maestro Urim sacó un gran volumen de la estantería.
- Éste es un mapa actual, aunque simplificado. Y éste otro es de cómo era cuando llegó el Primer Maestro.
- Queda claro que hubo una catastrófe reciente, como un nuevo diluvio: el mar Mediterráneo es mucho más grande. Los estrechos son mucho más amplios tanto al este como al oeste. Desaparecieron el sur de España, de Italia y de Grecia, y muchas islas. Del sur de Italia, solo queda una pequeña isla. Podría ser el Vesubio.
- Ésto es en efecto Vesus, un volcán apagado. -dijo Urim-.
- Veamos algo históricamente más próximo, para situar mnejor su Primer Maestro. Intento establecer a partir de cuando se producen las principales diferencias entre nuestra información histórica y la de uds, para poder ayudarlos mejor. ¿Qué saben de Julio César?
- ¿Cayo Julio? El que fue asesisado en los Idus de Marzo por los senadores, entre ellos Marco Junio Bruto, su hijo adoptivo, a pesar de que César era Pontifex Maximus y no se podían portar armas en el senado?
- En efecto.
- Fue quién conquistó las Galias, la región en que vivimos. Y fue el primer general romano en penetrar en los inexplorados territorios de Britania y Germania. Tenemos por aquí una copia de sus comentarios sobre esta guerra: "De Bello Gallico" y nuestros estudiantes cuentan con traducciones en lengua moderna. Julio César fue quién fundó nuestra ciudad, Lutecia, en lo que consideramos el año 1 de nuestro calendario.
- Nosotros también tenemos en nuestras bibliotecas ese texto de Julio César y existen múltiples traducciones, en diferentes idiomas. Y nuestra calendario empieza 52 años más tarde que el suyo. Si no conocen a Jesucristo, ésto significa que la historia de nuestros mundos se separó algunas décadas más tarde, antes del año 50 nuestro o 100 suyo, ya que fue entonces que se dió a conocer a Jesucristo a los romanos y unos 150 años mást tarde a sus ancestros de Lutecia. ¿Tienen registrada alguna catástrofe en ese siglo?
- Aproximadamente. En realidad, tenemos el recuerdo escrito de una serie de erupciones y terremotos en los años 125 a 130. Fue cuando se hundió el sur de Italos y de Hellas.
- Ésto corresponde efectivamente, para nosotros, a la erupción de varios volcanes, especialmente del Vesubio. La ciudad quedó cubierta de cenizas pero, para nosotros, no hubo hundimiento. ¿Tienen textos que hablan de ello?

6/3/12

Paralelo 8

8.

Llegadas las vacaciones, al no tener otra investigación en marcha, Trompel volvió a París, à juntarse con De La Rue, para la nueva etapa de investigación. El historiador le tradujo los principales contenidos del Libro del Reloj, mientras el detective le dió cuenta de las teorías a favor y en contra de los universos paralelos.

- ¿Entonces, qué es este mundo de los postalinos o primusianos?
- Un mundo evidentemente paralelo. Pero no tiene nada que ver con la hipótesis del multiverso cuántico. Es posible que haya varios universos y que se haya separado del nuestro en algún momento, aparentemente durante la época del imperio romano, ya que su idioma se deriva del latín. Pero de seguro no ha sido por efecto de alguna decisión de un individuo. Debió ser un fenómeno cósmico.
- Estoy de acuerdo. Tendremos que reunir pruebas irrefutables, y que los cosmólogos elaboren luego las teorías que gusten.

- ¿Cómo vamos a pagar allá nuesta estadía?
- Llevo anillos de oro y de plata. Es lo más fácil de conseguir aquí y que, sin duda, tendrá valor allá. Si no los podemos usar tal cual, podremos seguramente obtener a cambio moneda local con alguna autoridad.

Cuando pasaron el pórtico y entraron de nuevo en la gran "sala del templo", descubrieron una realidad inesperada: estaba casi a oscuras, con la mayoría de las columnas luminosas destruídas. Algo inquietos, la atravesaron y vieron que la puerta de salida estaba a medio abrir, aparentemente trabada.

- Algo serio pasó aquí -dijo Trompel- ¿Quizás un terremoto?
- Sigamos adelante y veamos si encontramos algún guardia.

Siguieron por el conocido corredor y llegaron a la oficina de los guardias sin encontrar a nadie. Varios muebles se veían perforados como por proyectiles se lanzacohetes, aunque no había restos de explosiones.
- Ésto no ha sido un terremoto. Ésto ha sido un ataque en regla. Quizás estén en guerra o incluso hayan sido vencidos. Veamos si hay alguién en la sala donde nos interrogaron.

No había nadie.
- Vayamos hacia la plaza. Si queda alguién vive, deberíamos encontrarlo por ahí.

Tomaron el corredor que iba hacia afuera. Pero no pudieron salir: un derrumbe obstruía el paso.
- ¿Buscamos otra salida? -preguntó De La Rue.
- Mejor revisemos primero todo lo que conocemos. Podríamos perdernos en todos estos corredores: el edicio es enorme. Así, si encontramos a alguién, podrá conducirnos a la salida.

Así fue como bajaron al subterráneo donde habían sido prisioneros. Llegados a las celdas, se dedicaron a abrirlas una tras otra, utilizando la manivelas. En una de ellas encontraron a tres personas. Una de ellas era uno de los Maestros que los habían interrogados.
- ¡Amigos míos! ¡Los estuvimos esperando y no llegaron hasta ahora! ¡Pero qué bueno que llegaron a liberararnos!
- ¿Qué pasó aquí en nuestra ausencia? Hemos visto la destrucción dentro del palacio y no hemos podido salir.
- Dispusimos un par de guardias en permanencia en la Gran Sala para esperarlos. Hace un par de días, el pórtico se abrió y penetraron hombres armados que los abatieron y destruyeron las columnas. Luego recorrieron todo el Palacio, matando a los guardias. A nosotros, nos arrestaron y nos encerraron aquí. No sabemos qué más ha pasado.
- No hemos visto los cuerpos de ningún guardia. ¿Se los habrán llevado?
- Tienen armas terribles: sale un rayo de luz que desintegra lo que toca. Los hombres quedan reducidos a un poco de ceniza.
- ¿Así que no saben qué pasó fuera del Palacio?
- En absoluto. No sabíamos tampoco que no se podía salir por la entrada principal como dicen uds.
- ¿Hay otra salida, por donde podremos llegar a la plaza y averiguar lo ocurrido? Podríamos salir juntos.
- En efecto, hay puertas en las dos alas laterales, que solo usamos nosotros y los guardias. Quizás estén abiertas.
- ¡Vayamos entonces a averiguarlo!

Subieron de nuevo la escalera de caracol y los europeos siguieron a los primusianos hacia una de las salidas laterales. En el camino, el que había hablado se presentó así como a sus acompañantes: - Yo soy el Maestro Urim, éste es el Maestro Ibrahim y él es nuestro Superior Mandelium.

Éste último se dirigió entonces, también en latín, a los dos visitantes.
- Estoy al tanto de su visita anterior y sé que les pusimos condiciones para su regreso. ¿Nos traen el mensaje que les habíamos pedido?
- El mensaje es el siguiente -contestó De La Rue, en el mismo latín clásico en que estaban conversando-:
"Ante la Sabiduría, todo el oro del mundo no es más que arena. Ella es un espíritu potente qui renueva toda cosa. Se extiende por los siglos en las almas santas. Es más bella que el sol porque brilla también de noche y extiende su fuerza de un extremo del mundo al otro."
También les puedo recordar los Siete Primeros Mandamientos, si lo desea.
- Ud citó un pasaje de nuestro Libro Sagrado. Veo que lo conocen. Y los Siete Mandamientos vinieron efectivamente del Mundo de los Justos. Sean bienvenidos y cuenten con nuestra colaboración aunque, en las actuales circunstancias, no podemos por ahora responsabilizarnos por su seguridad.
- Lo entendemos perfectamente. Y, si podemos ayudarlos, lo haremos.

Salieron y vieron que algunas casas habían sido derribadas y otras presentaban los mismo hoyos circulares que habían visto en la oficina. Dando vuelta a la esquina del edificio, llegaron a la plaza. Vieron entonces que lo que bloqueaba la entrada principal era la torre el Palacio, que había sido derribada. El gran reloj yacía roto en el suelo, en posición horizontal y con su arena derramada. Los tres primusianos lanzaron gritos de deseperación.
- ¡Destruyeron el Gran Reloj! ¡Éste es el Fin de los Tiempos! ¡Llegaron los Injustos!
- ¿Qué significa ésto? -preguntó De La Rue.
- Nuestro libro sagrado dice que "Al final de los Tiempos vendrán los Injustos y nos castigarán por nuestros pecados". Destruyeron el Gran Reloj y, por lo tanto, es el fin del Tiempo.
- ¿No se puede hacer nada?
- Una antigua leyenda nuestra dice que el Tiempo solo podrá resucitar si se coloca un Reloj de Poder en la tumba del Primer Maestro. Y solo así podríamos defendernos de los Injustos. Pero no sabemos donde se encuentra dicho sepulcro. Y no tenemos ningún Reloj de Poder.
- Aunque ahora hay uno aquí -dijo el Maestro Ibrahim-. El que traen uds.
- Si les es útil, podrán utilizarlo, siempre que no nos impidan volver a nuestro Mundo.
- Si podemos restaurar las funciones del Palacio, no debería ser un problema. Pero lo difícil será determinar si podremos restaurar el Tiempo.
- Averiguemos primero si los Injustos aún están aquí y si dejaron viva a nuestra gente.